viernes, 27 de abril de 2012

La autoestima a la hora de mantener una pareja

Una vez conseguida una relación de pareja, llega el momento de mantenerla. Las relaciones de pareja exigen un alto grado de conocimiento por ambas partes, un compromiso y responsabilidad, unas habilidades a la hora de resolver los problemas del día a día… La manera en la que nos vemos a nosotros mismos influirá positiva o negativamente en estas cuestiones.

Así, una persona con alta autoestima será más abierta, se enfrentará a los problemas de pareja de manera madura, aprenderá de los errores, aceptará a su pareja tal y como es… Es decir, el hecho de percibirnos a nosotros mismo de manera positiva hará que nuestra pareja también lo perciba así y facilitará la comunicación y la convivencia.

Por el contrario, una persona con autoestima baja tiene que convivir día a día con el miedo de no estar al nivel de su pareja, de que ésta se de cuenta de ello y la abandone. Ante esto, interpretará cualquier pequeña crítica o problema cotidiano como una amenaza a su relación y una posibilidad de que el ser amado le abandone.

Curiosamente, las personas con baja autoestima suelen defenderse de este posible rechazo menospreciando a sus parejas, es decir, les buscan defectos y cualidades negativas para que “duela menos” que les abandonen.

Por poner un ejemplo, una persona con baja autoestima a la que acaban de abandonar se diría cosas como “¿Qué importa que se haya ido? Estaba gordo, no me ayudaba en nada, era un vago y se estaba quedando calvo. Estoy mucho mejor sin él”. La persona con baja autoestima se dice continuamente ese tipo de discursos para protegerse de la posible perdida pero al ver de esa manera a su pareja, ésta se siente menos valorada. Además, al quitarle valor a nuestra relación lucharemos menos por conservarla y por arreglar los problemas que puedan ir surgiendo, con lo que será más fácil que la relación fracase.

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jueves, 26 de abril de 2012

La autoestima a la hora de buscar pareja

A la hora de buscar e intentar conseguir una pareja el concepto que tengamos de nosotros mismo tiene una gran influencia. Solemos buscar personas con similares gustos, ideas, valores… Además nuestras parejas suelen estar encuadradas dentro de nuestro grupo de edad, aficiones, clase social o características físicas. Para explicarlo un poco, una mujer de clase social media y con un físico normal puede soñar con tener una relación con uno de los ídolos de Hollywood pero jamás hará nada por intentar llevar esos sueños a la realidad pues sabe que son inalcanzables.

Una persona con alta autoestima, conocedora de sus virtudes y defectos, buscará una pareja de características similares, que pueda darle feedback positivo y hacerle feliz. Además, se sentirá mucho más seguro a la hora de abordar a esa posible pareja, lo que aumentará las posibilidades de éxito. A todos nos resulta más agradable una persona abierta, segura de sí misma y que no se siente atacada al menor comentario.

Por el contrario, una persona con baja autoestima, al evaluarse negativamente, buscará parejas inferiores a sus capacidades. En muchas ocasiones se sentirá inferior a la persona que le gusta, lo que hará que no se atreva a intentar proponerle una relación. A la hora de abordar a una posible pareja se mostrarán inseguros, suspicaces, tímidos… Esto hará que tengan muchas más probabilidades de fracasar, confirmando así sus peores temores de que no eran dignos de esa persona.

Además, estudios recientes señalan que las personas con baja autoestima buscan gente que les proporcione en un primer momento feedback negativo, aunque luego teman ese feedback y lo eviten. Para explicarlo un poco mejor, estas personas buscan gente que se de cuenta de sus supuestos defectos y su baja valía, incluso hablan de ello y lo señalan para que quede muy claro. Su intención sería que la persona que vaya a ser su pareja sepa de esos defectos y aún así les acepte, aunque después vivan con el constante miedo de que su pareja le eche en cara esos defectos, no pueda convivir con ellos y les abandone.

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miércoles, 25 de abril de 2012

Los hombres malos seducen a las mujeres

Según un estudio reciente, los manipuladores, y egocéntricos son las personalidades que más las atraen a la hora de relacionarse con los hombres y comenzar una relación afectiva 


Un estudio realizado por especialistas de la Universidad de Nuevo México demuestra que las mujeres consultadas se inclinan por rasgos de la personalidad que se relacionan con la vanidad y el egoísmo porque las asocian a la masculinidad.
Otra investigación llevada a cabo por la revista “New Scientist” ha demostrado también esta afirmación. En este caso, 200 estudiantes fueron sometidos a diferentes pruebas de personalidad para clasificar los rasgos negativos y que sean aquellos capaces de manipular a las mujeres, también se ha indagado sobre las actitudes frente a las relaciones amorosas, cuántas parejas ha tenido cada uno y qué tipo de vínculo sexual prefieren entablar.

El resultado reveló que aquellos hombres que reunieron más rasgos oscuros fueron aquellos que más compañeras han tenido y que más relaciones fugaces han sido capaces de tener.
La mujer se siente atraída por un perfil de hombre muy marcado. Éstos deben ser impulsivos, guerreros, seductores y vanidosos. Sin embargo, estas “virtudes” pueden fortalecerse más de la cuenta y comenzar a ser errores que luego tienen un alto precio. La mentira, la manipulación y el engaño son aportes que nada bien hacen a la relación.
Estos datos pueden resultar sorprendentes, pero a la vez, peligrosos ya que las mujeres al sentirse atraídas por estas características de personalidad pueden enfrentar serios problemas a futuro.
 
“El salir lastimado de una relación no es aconsejable para nadie. Hay mujeres que se reiteran en las relaciones tóxicas y que sienten que la virilidad se define con malos tratos, agresividad, falta de compromiso o manipulación.
 
Es importante poder tener una menta sana para discernir sobre lo que conviene y lo que no. Se puede educar al corazón para no cometer siempre los mismos errores. Sólo es cuestión de poner en práctica la autoestima, la sensibilidad y el amor propio.
El valorarse y el quererse son claves para tener éxito con esta tarea”, sostiene la psicóloga española Conchi Alonso Pérez.
 
Sugerencias para lograr una pareja duradera
- Analizar si la pareja que se tiene al lado reúne las condiciones necesarias para brindar felicidad y tranquilidad
- Hacer una lista a consciencia de todo aquello que no gusta del vínculo amoroso que se tiene en la actualidad

- Intentar poner en la balanza si son las virtudes o los defectos los que pesan en la relación

- Es importante entender que uno merece estar con la persona que desea estar, que tenga un buen trato, que sea generosa, dulce, amable y comprensiva

- Conformarse con lo poco que se tiene es un error en el que no se debe caer.




martes, 24 de abril de 2012

Todos buscan la felicidad, pero muy pocos saben lo que están buscando.

¿Es posible alcanzar la felicidad como un estado permanente y una manera de vivir la vida?

Definitivamente sí.

Pero para entender cómo llevar nuestra vida a un estado bienestar y plenitud, para entender cómo vivir felices, debemos hablar primero un poco sobre la felicidad.
Pensemos un momento algo que parece obvio, aunque no lo es tanto, ¿qué es la felicidad?

Evidentemente no es fácil definirla, pero todos estaremos de acuerdo en que se trata de algo que sentimos. Quizá este sentimiento vaya acompañado de muchas otras cosas como una especial manera de pensar, o una actitud particular, pero es un hecho que la felicidad es de alguna forma un sentimiento.

También podemos estar seguros de otra cosa: es un sentimiento positivo. Uno que provoca una sensación placentera y que es cercano a la alegría, a la sensación de plenitud y de gozo de la vida.

No podemos definirla con claridad, porque no es posible reducir a palabras el maravilloso mundo de los sentimientos, pero sí podemos entonces decir, por lo menos, que la felicidad es un sentimiento positivo que inunda nuestro ser cuando lo podemos alcanzar.

Ahora bien, todos los sentimientos son en realidad fenómenos que se crean en nuestro interior gracias a cierta forma particular de estimular a nuestro cerebro. Si nuestra mente percibe que el mundo a nuestro alrededor puede ser peligroso, activa una serie de estructuras cerebrales que nos provocan el sentimiento de miedo. Por otro lado, si nuestra mente percibe que nuestro mundo es un lugar de gran seguridad y abundancia en cosas que nos hacen sentir bien, nos genera un sentimiento de bienestar, seguridad y ánimo.

Lo importante de este punto es el hecho de que los sentimientos no los provoca el mundo exterior, sino que los crea nuestra mente. Es la mente la que analiza lo que sucede en el mundo exterior y luego activa ciertas zonas de nuestro cerebro para provocar la aparición de del sentimiento que, según lo que la mente ha aprendido a lo largo de la vida, resulta adecuado a la situación. Los sentimientos no existen en el mundo físico exterior, son una creación de nuestra psique.

Una demostración simple: ¿por qué a un niño del campo le puede resultar muy divertido un juguete que a un niño de la ciudad no? No es el juguete lo que genera la alegría de un niño, sino la manera en que su mente ha aprendido a reaccionar cuando ve ese juguete. Si ha aprendido a verlo como algo novedoso, o divertido, su mente le genera un sentimiento positivo. Si lo ha aprendido a ver como un juguete pasado de moda o con el cual no sabe jugar, su cerebro no le genera gusto cuando lo ve. Es la mente la crea los sentimientos, no el mundo exterior.

Como la felicidad es en última instancia un sentimiento, podemos entender ahora que es nuestra mente la que la genera y no el mundo que nos rodea. Es por esto que existen personas muy felices viviendo en circunstancias en las que otras personas no pueden ser felices. La felicidad no depende realmente del exterior, sino de los hábitos de nuestra mente.

Hablemos ahora de la meditación, para entender su relación con la felicidad. Meditar es el nombre general que se da a una amplia gama de ejercicios y técnicas de manejo de la mente que comparten una característica particular. Esta característica está profundamente ligada al tema de la felicidad.

Meditar, independientemente de la técnica o ejercicio del que se trate, es una manera de hacer que la mente se desconecte por unos momentos de su habitual manera de reacción frente al mundo exterior. Entre muchas otras cosas, la meditación provoca que la mente deje de generar sentimientos en relación con el mundo externo mientras se realiza el ejercicio y en lugar de ello, activa los circuitos y estructuras cerebrales que provocan sentimientos de bienestar, tranquilidad, ánimo, alegría y muchas otras emociones positivas.

Conforme más se practica un ejercicio de meditación, más fácil se genera el efecto de bienestar y más se independiza la mente de los estímulos que le provocan a generar sentimientos displacenteros. Además, conforme más se practica la meditación, más intensos, duraderos y abarcadores se convierten los sentimientos positivos que genera.
Imaginemos ahora que nuestra mente empezara a generar emociones de alegría, bienestar, seguridad y demás emociones positivas más a menudo en nuestra vida cotidiana. Imaginemos que poco a poco esas emociones se van haciendo más y más intensas, de manera tal que las podemos saborear con mucha facilidad y las sentimos claramente cada vez que las genera nuestra psique. 

Imaginemos también que esas emociones se tornan más duraderas durante el día y sobre todo que ese estado de ánimo alegre, positivo, de paz, confianza y seguridad casi no se altera cuando en el mundo exterior suceden cosas que normalmente nos harían sentir mal. Nos hemos vuelto casi inmunes a que se rompa nuestro estado de bienestar emocional.

Piensa ahora que cuando tienes un problema o una situación que resolver, esa energía positiva y el ánimo que tienes te hacen actuar con más fuerza, con más capacidad, pero sin perder una sensación positiva que permite disfrutar todo lo que estás haciendo en la vida. En lugar de sufrir los problemas, los enfrentas con ánimo y actúas. Y al final, tus sentimientos de bienestar siguen ahí, estables, profundos, intensos, duraderos. Te sientes alegre, fuerte, con paz, saboreando y disfrutando la vida. ¿No es eso una buena manera de describir a alguien feliz?

La meditación, cuando es realizada como debe ser, es en muchos sentidos un arte para generar emociones positivas y útiles sin perder el contacto con la realidad, pero sin ser esclavo de lo que sucede en la realidad. Es una de las más poderosas fuentes de sentimientos positivos, estables y profundos que van abarcando todas las áreas de nuestro ser y de nuestra vida. Un ejercicio bien diseñado de meditación es un verdadero camino al autodescubrimiento, al conocimiento de la vida y a la felicidad… real y permanente.

lunes, 23 de abril de 2012

Logra tus metas

La motivación es, como su nombre lo indica, el motor que te lleva a lograr algo, lo que sea, desde simplemente levantarte por las mañanas para ir a trabajar hasta correr un maratón o componer una sinfonía.

Motivarte y mantenerte así es un factor muy importante para lograr todas tus metas. Sin embargo, no siempre se encuentra esta motivación fácilmente. Diversos factores pueden afectar tu estado anímico e impedirte que sigas luchando por tus metas.
Aquí te compartimos algunos tips para que te mantengas motivad@ frecuentemente y logres alcanzar tus metas.
Ten una meta. Los sueños y las metas son las mejores motivaciones que puedes tener. Trabajar con una meta clara ayuda a las personas a enfocar sus esfuerzos y a mantenerse motivadas.
Visualización. Visualiza tus objetivos y cómo los vas a llevar a cabo, pero sobre todo, observa cómo se concretan, y lograrás sentirte con ganas de seguir adelante. Si crees que lo lograrás, será más fácil mantenerte motivad@ que si de entrada piensas que tus metas no se verán cumplidas.
Haz un plan. Tener metas y hacer planes claros para lograrlas ayuda a sentir que estás en el camino correcto y te hacen ver que, paso a paso, puedes lograr lo que te propongas. Sin metas y planes, pierdes el rumbo y la dirección, desmotivándote rápidamente.
Vence la procrastinación. No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. La procrastinación retrasa tus objetivos y los hace aparecer más lejanos, lo que puede llevar a desmotivarte. Trata de avanzar en tus metas todos los días, aunque sea un poco, así sentirás que estás logrando algo diariamente.

Prémiate cuando lo merezcas. Cuando hagas un trabajo bien hecho, date un premio para reconocer tus esfuerzos y motivación. Quizás después de una larga semana de trabajo y esfuerzo quieras festejar el viernes. Es tu derecho y te ayudará a mantenerte motivad@ porque verás cómo los esfuerzos tienen sus premios.
Apoya tu motivación. Sin duda elementos externos como la música energizante y las películas con mensaje son grandes formas de recargar la batería de la motivación cuando esté baja. Procura no ver noticieros ni leer temas que te bajen la moral o te hagan pensar en tus propios conflictos o limitaciones.
Procura las lecturas que te dejen algo positivo, así como las películas y la música que te ayuden a sentirte mejor y por ende, a lograr tus objetivos.
Recuerda que la motivación debe cultivarse y alimentarse constantemente, para no perder fuerza. Sigue estos tips y verás cómo te será más fácil mantenerte en el camino de lograr tus metas.

viernes, 20 de abril de 2012

Afirmaciones

El poder de la palabra.
¿Cuántas veces has dicho que eres distraída, floja, torpe, etc.?  ¿Sabes que lo que estás haciendo es ordenando a tu cerebro y subconsciente a que lo seas? Entonces, ¿Por qué no damos órdenes a nuestro favor?

Cada que hablas de ti mismo estás dándole la orden a tu cerebro para que lo ejecute, así que si lo que estás diciendo sobre tu persona son cosas negativas, no te sorprendas si no te salen las cosas del todo bien.

Nuestros pensamientos y palabras son más poderosas de lo que creemos. Cada vez que formulas un pensamiento y dices algo estás haciendo una “afirmación”. Cuando se trabaja con afirmaciones se trata de decirle a tu subconsciente que de hoy en adelante tomarás las riendas de lo que sucede en tu vida. Estarás asumiendo la responsabilidad y te estás dando cuenta de que puedes crear el cambio.

¿Cómo hacer afirmaciones?

Nuestro subconsciente es exacto, lo que escucha es lo que hace.

Las afirmaciones pueden ayudarnos a eliminar algo de nuestra vida o crear algo nuevo en ella y deben formularse de forma positiva.  Es decir, si necesitas sanar de alguna enfermedad y dices: “Ya no quiero estar enfermo” el subconsciente escucha “quiero estar enfermo”.  Para que las afirmaciones funcionen y trabajen a tu favor tienes que decir con toda claridad lo que quieres. Puedes decir por ejemplo: “Me siento extraordinaria”,  “estoy sana”.

Para apoyarte de las afirmaciones y obtengas lo que realmente deseas, necesitas reflexionar y ser claro con lo que quieres.  Lo más común es que sea ahí donde comiencen los problemas pues o no sabemos bien que es lo que queremos o en el fondo creemos que no lo merecemos. Tenemos que comenzar creyendo que merecemos todo lo bueno que la vida nos ofrece.  Entonces haciendo uso de las afirmaciones, tendríamos que ponerles un orden y comenzar con frases que nos permitan recibir y aceptar las cosas que deseamos.

Puedes comenzar con: “Acepto para mi ____.”, “Soy merecedora.” “Soy valiosa”.
 Una vez estés convencida de que mereces las bondades de la vida, comienza con pedir lo que deseas.


Puedes hacer pequeñas cancioncitas para cantarlas durante el día con lo que quieres, intenta las veces que sea necesario para crearla y no la cantes ni aceptes como tuya hasta que no te convenza y no sientas dentro de ti que lo que cantas es lo que realmente deseas.

Declara tus afirmaciones en tiempo presente y recuerda que no puedes afectar los actos de alguien más. Crear afirmaciones que incluyan a un tercero es una forma de manipulación y de pretender tener control sobre la vida de alguien más, además de que no se cumplirá pues no es su mente la que estás trabajando, es la tuya.

Sé paciente y trátate con amor, las afirmaciones y “reprogramar tu mente” no son milagrosas ni se logra de un día a otro. Se trata de un esfuerzo diario y de mucho trabajo interno para conocerte a ti misma.

Haz tus afirmaciones sobre estos conceptos, deja ir tus temores y cargas y llegarás a donde lo desees.

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jueves, 19 de abril de 2012

Qué esperar de un antidepresivo

Cada vez más común, la depresión es un padecimiento en el cual los pacientes experimentan cambios importantes en su estado de ánimo.

Los pacientes generalmente manifiestan: tristeza,  cambios en los hábitos alimenticios, problemas de sueño, falta de interés en general, poca tolerancia, ansiedad, falta de concentración, cansancio, etc.

Existen tratamientos que ayudan a que el paciente lleve una vida normal. Hay diferentes antidepresivos  para cada tipo de depresión. La diferencia radica en el mecanismo de acción, la eficacia y los efectos secundarios.

Los tratamientos para la depresión vienen acompañados de terapia.

Los tratamientos con antidepresivos son efectivos en la mayoría de los pacientes, el resto necesitarán un ajuste en la dosis o el medicamento. La meta del tratamiento no es sólo la respuesta inicial, sino la ausencia de síntomas de la enfermedad.

Los tiempos de tratamiento son muy variables. Cada paciente es particular, generalmente el tiempo de tratamiento mínimo es de 6 semanas, otros requieren tomarlo por 6 o 9 meses y algunos por más tiempo.

Lo más aconsejable es acudir puntualmente a la citas médicas, el único que tiene la autoridad para retirar, sustituir o reiniciar un tratamiento con antidepresivos es el psiquiatra. Por ningún motivo puedes interrumpir tu tratamiento de forma abrupta.

Acompañando el tratamiento con una buena terapia y un cambio de actitud, saldrás victoriosa de la depresión. Tratar la depresión también consiste en buscar sentirse bien. La actitud positiva es una excelente aliada.

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miércoles, 18 de abril de 2012

¿Te sientes sola?

La soledad abarca a más personas cada vez, el hecho de que nos relacionemos más por la computadora o teléfonos celulares ha ayudado a que nos alejemos físicamente de quienes tenemos cerca y queremos. A la larga y con el cúmulo del tiempo, vamos juntando porciones de soledad y aislamiento hasta que se tornan en una carga sumamente pesada y difícil de sobrellevar.

Cuando nos sentimos solos tenemos un vacío en nuestro interior, sentimos que algo nos falta. Muchas veces se intenta llenar ese vacío con fiestas, compras o hasta amigos cibernéticos; pero esto sólo nos lleva a darnos cuenta de lo mal que nos sentimos.

Generalmente la soledad nos lleva a la depresión y esta se manifiesta con insomnio, ansiedad, adicciones, etc.
Para comenzar a combatirla es importante saber si nuestro malestar es crónico o temporal. La mayoría de nosotros manifestamos dicho estado de ánimo cuando alguien cercano muere o nos abandona, pero la soledad crónica se estaciona durante años y nada puede hacernos sentir mejor.  Trata de identificar si tu soledad es ocasionada por tener pocos amigos  o por tener muchos amigos superficiales y relaciones insatisfactorias.

Una vez que hayas detectado el origen del problema puedes poner manos a la obra:

Está comprobado que el estar rodeado de gente no te hace sentir acompañado, es por esto que la tarea comienza por uno mismo. El primer paso es aumentar tu autoestima y descubrir todo lo que puedes hacer por tu cuenta y para tu bienestar. Es importante disfrutarnos, conocernos, aceptarnos y amarnos como somos.

Comencemos con aceptar que estamos solos, porque realmente lo estamos. La única persona que nos acompañará durante toda la vida, somos nosotros mismos.

El segundo paso es relajarse. No será sencillo tener amigos nuevos y reales si los juzgamos apenas nos saludan. Si queremos relaciones que valgan la pena y no superficialidades, debemos darnos la oportunidad de conocer realmente a la gente y aceptarla como es. Esto no quiere decir que harás o te convertirás en lo que los demás quieran; simplemente abre tu corazón y se sincera con lo que te gusta, te interesa y quieres. Si la persona que estás conociendo no te agrada o no te da confianza, hazle caso a tu instinto y sigue tu camino. Tú mereces amigos que realmente valgan la pena.

No temas en profundizar tus relaciones. Cuando nuestros amigos sólo nos buscan para ir de fiesta y no están cuando necesitamos un abrazo, es momento de dejarlos atrás. Para hacer amigos verdaderos necesitamos abrirnos y tener confianza, no toda la gente busca lastimarnos. Habla de ti, de tus sueños, de lo que te gusta y lo que no.  Aprende a escuchar y a ser escuchado, es básico en las buenas relaciones.

Todos nosotros necesitamos que nos abracen y nos digan cosas lindas. Déjate querer y que te den muestras de cariño. El contacto físico no es sólo para hacer el amor, es también para sentir confort y decir lo que las palabras no alcanzan a explicar.

Si llevas un tiempo tratando de salir de la soledad y no lo logras, es momento de acudir con un especialista. Él te guiará y verá lo que te sucede y lastima, te ayudará a sanar y a ver la vida de otro color.

Recuerda que para estar bien empezamos con desearlo y trabajar por ello.

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lunes, 16 de abril de 2012

El niño, su edad y su respuesta ante el divorcio.

Es importante entender las características de cada edad, para no malinterpretar la conducta y el sufrimiento de los niños.



¿El sufrimiento del niño, varía según su edad?



No, varía su capacidad para manejarlo. Diferentes edades, distintas conductas.


El divorcio de los padres, afecta a todos los niños.
Aun aquellos que vivían en un hogar con violencia intrafamiliar, de una u otra manera se ven afectados.

El dolor y el sufrimiento de los niños no terminan cuando se firman los papeles, puede durar varios años.

En ocasiones, los padres ya reorganizaron su vida y superaron el divorcio y los niños no han podido hacerlo.

Recuerda que cada niño es diferente y se expresa de manera distinta.

Si tu hijo parece muy tranquilo y poco afectado, obsérvalo.
Puede estar deprimido o negando sus sentimientos y la situación.
En éste último caso, ten presente que en algún momento va a surgir todo su dolor y quizás con mucha mayor fuerza o puede terminar en una depresión.

Por otro lado, cada edad tiene sus características propias, por lo que es importante que, ante los cambios de tu hijo, consultes con su médico y/o su maestro.

Por ejemplo, más o menos alrededor de los 18 meses y hasta los 2 o 3 años, los niños a todo dicen que no.
Este negativismo vuelve a aparecer durante la adolescencia, aunque de manera un poco diferente.

Por lo tanto, hay que tomar en cuenta los aspectos propios del desarrollo, para no achacarle al divorcio, cualquier cambio en el niño.

Pero teniendo cuidado, de no caer en el otro extremo y pensar que toda conducta es propia de la edad, ignorando el sufrimiento del tu hijo.

Independientemente de la edad, pueden darse problemas de conducta o respuestas agresivas.
La disciplina y los límites son sumamente importantes, siempre.

No compadezcas a tu hijo, entiéndelo y ayúdalo.
Aunque a veces es difícil, evita desquitar tu tensión y mal humor, con él.

No podemos establecer una relación rígida entre la conducta y edad del niño, ya que existen muchos factores relacionados con el niño en sí y la manera en que se desarrolla todo el proceso.

Sin embargo, existen ciertas pautas generales, que pueden ser una guía para entender al niño y para orientar a los padres respecto a qué hacer.

Bebés (menos de un año).


Los bebés no saben lo que está pasando.
No tienen la capacidad para hacerlo.

Pero sienten la tensión, los cambios constantes en las emociones de los padres y la intensidad de sus sentimientos.
Reciben menos atención y el tiempo que pasan con los padres, generalmente es de menor calidad.

Se vuelven más irritables, lloran frecuentemente y tienen cambios en sus hábitos de sueño y alimentación.

Es importante que trates de darles tranquilidad y seguridad.
¿Cómo?
Abrázalos, tócalos, mécelos y háblales con cariño.
Platícale, cántale y juega con él.
Si te es posible, pasa más tiempo con ellos.


Trata de que sus horarios y rutinas se alteren lo menos posible.
Que siempre tenga a la mano sus juguetes favoritos, su cobijita o cualquier objeto que es conocido o importante para él.

Pídele a alguna persona que el bebé conozca muy bien, que pase algún tiempo con él.
Si va a tener trato con personas desconocidas, deja que se acostumbre poco a poco a ellas.

Los niños de 1 a 3 años.


A esta edad, los pequeños entienden que los papás no viven juntos, pero no entienden por qué.
Necesitan saber que su mundo es estable y predecible y el divorcio impide satisfacer esta necesidad.

Lloran constantemente, no quieren separase de la mamá y/o del papá
Pueden tener dificultad para dormir o pesadillas y tienden a regresar a conductas que ya habían superado, como chuparse el dedo, usar pañales, etc.

Dales mucha atención y cariño, sobre todo cuando te vas a separar de él, porque va al kinder o porque tú vas a salir.

Explícale, de manera que pueda entenderlo, que sus papás ya no van a vivir juntos, pero que los dos lo quieren mucho.

Es importante que lo sepa, porque:
  • Va a ver que uno de sus padres no está,
  • que el otro no es "como siempre" y
  • va a escuchar cosas que no entiende, pero que puede interpretar a su manera.
Demuéstrale mucho cariño, tanto con palabras, como con caricias y gestos.
Evita todos los cambios que no sean indispensables es este momento.

Los niños de 3 a 5 años.


También necesitan que su vida sea estable y predecible.

No entienden lo que el divorcio significa, pero les hace falta la presencia del padre que ya no vive con ellos.

Dado que son egocéntricos, es decir, que piensan que lo que sucede a su alrededor está provocado por ellos o que pueden controlarlo, se sienten culpables del divorcio y del sufrimiento de sus padres.
Creen que sucedió por algo que ellos hicieron.
O piensan que son responsables de su bienestar.

Constantemente tienen fantasías, en donde sus padres vuelven a vivir juntos.
Estas fantasías pueden durar muchos años.

Pueden estar tristes, preocupados, temerosos, agresivos, etc.

Se vuelven temerosos, sobre todo respecto a la pérdida de sus padres.
Temen que el padre que se va, no los vuelva a ver o que el que se queda, los pueda abandonar también.

Es por eso que los padres deben asegurarles, que siempre los van a querer y que siempre van a estar con ellos.
Esto último, sólo que sea verdad.

Se sienten confusos, por lo que es importante hablar sobre el divorcio y lo que va a pasar, para ayudarlos y darles seguridad y tranquilidad.

Es frecuente que tengan pesadillas, que se quejen constantemente de dolor de cabeza, estómago, etc., que se aíslen o que regresen a conductas más inmaduras.

Dedícales toda la atención que puedas.
Muéstrales tu amor, tanto física como verbalmente.

Ayúdalos a expresar sus sentimientos y anímalos a preguntar, siempre que tengan cualquier duda.
Demuéstrales que entiendes sus temores y que es normal que se sientan mal.

Repíteles constantemente, que ellos no tienen la culpa del divorcio y que no pueden hacer nada por cambiar lo que sucede.

Favorece la relación con el otro padre.
Mantén, en lo posible, sus actividades y rutinas.

Los niños de 5 a 12 años.


A esta edad ya se dan cuenta de lo que sucede, pero no tienen la capacidad para manejar los problemas del divorcio, ni sus propios sentimientos.

Empiezan a entender lo que significa un divorcio y lo viven como una gran pérdida.
Se sienten rechazados por sus padres y pueden estar enojados con uno o con ambos.

Pueden estar tristes, tener problemas en la escuela, con sus amigos o hermanos y aislarse o actuar agresivamente.

Entre los 6 y los 8, más o menos, se sienten confusos respecto a su propia situación.
Si ya no son una familia, no saben lo que son, ni a donde pertenecen.

Con frecuencia agraden al padre con el que viven e idealizan al que se fue.
Pueden estar muy enojados con uno o ambos padres, porque piensan que son muy egoístas, ya que se divorcian sin pensar en los hijos y se sienten traicionados.

Se sienten poco queridos y muy confusos respecto a sus propios sentimientos, ya que por un lado están enojados con sus padres, pero por el otro, temen perderlos.

Es una edad difícil, porque ya no pueden negar lo que sucede, pero tampoco tienen la capacidad de entender y manejar sus sentimientos.

Pueden sentir que tienen la responsabilidad de cuidar y proteger al padre que ven más solo o más afectado o que, en la casa, necesitan cumplir con las responsabilidades del padre que se fue.

Entre los 9 y 12 años, el sentimiento que más destaca, generalmente es el enojo.

Habla con ellos sobre lo que está sucediendo y sobre lo que va a pasar, pero a su nivel.
Recuerda que es diferente hablar con un niño de 6 años que con uno de 11.

Muéstrales tu amor, siempre que te sea posible.

Anímalos a expresar sus pensamientos, sentimientos y preguntas, pero no los forces.
Respeta su forma de ser.

Repíteles que ellos no son responsables de los problemas entre tu pareja y tú, ni culpables del divorcio.

Apoya la relación con el otro padre y con su familia.

Los adolescentes (de 13 a 17 años).


Entienden el divorcio, pero no lo pueden aceptar.

Durante esta etapa están más alejados de sus padres, porque dependen mucho de su grupo social.
Les preocupa lo que sus amigos pueden decir o hacer en relación al divorcio.

Pueden dudar de su propia capacidad para establecer relaciones duraderas.

En ocasiones, manipulan emocionalmente a sus padres.
Pueden sentirse tristes, deprimidos o muy enojados y mostrar actitudes hostiles, impredecibles o conductas peligrosas.

La situación económica puede generarles mucha preocupación.
Su autoestima se deteriora.

Platica con ellos todo lo que puedas.
No los engañes, ni les digas medias verdades, pero no compartas con ellos aspectos de tu intimidad.

Sin entrar en detalles muy personales y sin atacar al otro padre, háblale sobre tus cambios de humor y preocupaciones, aclarándole que no tienen nada que ver con ellos.

Tómalos en cuenta para algunas decisiones y dales responsabilidades que sean capaces de cumplir.

Favorece la relación con el otro padre.


http://www.crecimiento-y-bienestar-emocional.com


jueves, 12 de abril de 2012

Adicción al trabajo

Muchas personas entran en contacto con diversas sustancias químicas para una búsqueda de sensaciones, como una alternativa al estrés o por otros problemas y se dice que son adictos a drogas o tóxicos. Pero también se viene advirtiendo que una cantidad de trabajadores cada vez mayor, desarrolla un tipo de adicción sin sustancia, que se ha denominado adicción al trabajo.

Ser trabajador es una virtud, pero serlo en exceso y tener un elevado compromiso con la empresa puede dar lugar a la adicción al trabajo y por tanto, a un riesgo psicosocial. Para los adictos el valor del trabajo es superior a las relaciones con compañeros, amigos y familiares. Esta obsesión por asumir más y más tareas, genera conflictos entre los trabajadores y en la organización (Del Libano y otros, 2006).

Una particularidad de la adicción al trabajo que la diferencia de otras adicciones es que se alaba y recompensa a la gente por trabajar en exceso, esto casi nunca sucede con otras adicciones (Fassel, 2000).

El término inglés que define la adicción al trabajo es workaholism que vincula el concepto de trabajo con el alcoholismo, relacionándolo, por tanto, con una drogodependencia.

Epidemiología

La adicción al trabajo que afectaba principalmente a los hombres, en los últimos años se ha extendido entre las mujeres y se calcula que más del 20% de la población trabajadora mundial presenta esta adicción.

En España se estima que sufre adicción al trabajo el 10% de la población; otros han señalado que la adicción al trabajo incide en el 11,3 % de los trabajadores (Sánchez Pardo, Navarro Botella y Valderrama Zurián, 2004), y la OIT afirma que el 8% de la población activa española dedica más de 12 horas al día a su profesión para huir de sus problemas personales y muchos de ellos acaban sufriendo enfermedades cardiovasculares.

Concepto

La adicción al trabajo que apareció en 1968, cuando un profesor americano de religión, Oates, lo utilizó para referirse a su propio trabajo y lo comparó con el alcoholismo. Más tarde, Oates definió workaholism como una necesidad excesiva e incontrolable de trabajar incesantemente, que afecta a la salud, a la felicidad y a las relaciones de la persona.
La adicción al trabajo se compone de diversas dimensiones (Flowers y Robinson, 2002) como:
  1. Tendencias compulsivas relacionadas con el trabajo duro y con dificultades para relajarse después de trabajar.
  2. Necesidad de tener el control, ya que el trabajador se siente incómodo cuando tiene que esperar o cuando las cosas no se hacen a su manera y escapan a su control.
  3. Comunicación relación interpersonal deficiente, es más importante lo que hace el propio trabajador que las relaciones con los demás.
  4. Incapacidad para delegar tareas entre los subordinados y a trabajar en equipo.
  5. Autovaloración centrada en el trabajo, ya que se da mayor valor a los resultados del trabajo realizado, que al proceso mediante el cual se han conseguido esos resultados.
El adicto al trabajo o laboradicto es aquel que dedica más tiempo al trabajo de lo que es exigido por las circunstancias. Pero además, no sólo es una cuestión cuantitativa de horas de dedicación, sino cualitativa, aquellas personas que hacen del trabajo el núcleo central de su vida, hasta el punto de desdeñar otras actividades y de no ser capaces de tener otros intereses. Los workaholics no son capaces de tomarse tiempo libre porque en seguida la falta de actividades les genera insatisfacción y agobio.

Por tanto, para el laboradicto el trabajo es el único objeto de su vida, ya que muestra desinterés por otros ámbitos que no sea su trabajo y porque es incapaz de dejar de trabajar.

En la adicción al trabajo se pueden encontrar los siguientes parámetros (Fuertes Rocañín, 2004):
  • Se produce cuando la actividad se convierte en una idea obsesiva, ocupando la mayor parte de la vida del trabajador.
  • Habitualmente no es reconocida por el trabajador, siendo la familia quien lo detecta, debido al exceso de tiempo que dedica al trabajo y que resta a la familia, y ésta acaba creando un tipo de vida al margen del adicto.
La adicción al trabajo se caracteriza por la extrema actitud laboral (trabajan fuera de hora, fines de semana o en vacaciones), por la dedicación excesiva en tiempo (hay una pérdida del control sobre el tiempo empleado en el trabajo), por la compulsión y esfuerzo en el trabajo, por el desinterés hacia otras actividades fuera de lo laboral, por una implicación laboral desproporcionada, y por un deterioro de la vida cotidiana (familiar y social).

Aunque no existe una definición común sobre la adicción al trabajo, se podría decir que el adicto al trabajo es aquel trabajador que dedica de una gran parte del tiempo a las actividades laborales con consecuencias negativas a nivel familiar, social y de ocio, que piensa constantemente en el trabajo cuando no se está trabajando y que trabaja más allá de lo que razonablemente se espera (Scott, Moore y Micelli, 1997) y que trabaja un mayor número de horas que los trabajadores normales, ya que le satisface el trabajo en sí mismo (Machlowitz, 1980).

 Factores de riesgo
Entre los factores de riesgo que conducen a esta adicción se pueden señalar:
  • Las presiones económicas familiares.
  • El temor a perder el trabajo.
  • La enorme competitividad que existe en el mercado laboral, en donde es más valorado el que lo deja todo por el trabajo, que el que cumple sólo con su horario.
  • La fuerte necesidad de conseguir el éxito y el puesto deseado.
  • La incapacidad para negarse ante un jefe sobre peticiones que pueden bien posponerse para el día siguiente.
  • El temor a los jefes prepotentes, exigentes y que amenazan constantemente al trabajador con perder su empleo.
  • La falta de organización, que permite la acumulación y sobresaturación del trabajo.
  • El ambiente familiar problemático que hace que el trabajador no quiera llegar a casa.
  • La ambición excesiva por el poder, el dinero y el prestigio.
  • La incapacidad para establecer prioridades.
  • La falta de afectos personales que se suplen con el trabajo.
  • La educación familiar que impone a los hombres el cumplir con el rol de proveedor de su familia.
  • La presión de muchas mujeres cuya meta es solamente el sacar adelante a los hijos.
  • La presión de la sociedad para que los hijos sean independientes.
Las demandas denominadas retadoras (challenge stressors) y las demandas obstáculos (hindrance stressors), que pueden tener efectos positivos sobre el desempeño y la motivación laboral, pueden también convertirse en potenciadotas de la adicción al trabajo (Del Líbano y otros, 2006).

Tipología

Las personas adictas al trabajo tienen algunos rasgos comunes como:
  1. La necesidad de reconocimiento social de su trabajo.
  2. Son perfeccionistas y con baja autoestima. No les gusta trabajar en equipo, prefieren trabajar solos.
  3. Anhelan tener poder aunque su motivación no es sólo esa. La mayoría de los adictos al trabajo son personas con un puesto de responsabilidad y con posibilidades de ascenso. Pero, también los hay que no tienen un cargo de gran nivel ni oportunidades para mejorar o cambiar de situación. En general, podemos decir que utilizan el trabajo como refugio para escapar de otros problemas.
  4. Son narcisistas, cuando alcanzan puestos con poder se deshumanizan, no tienen en cuenta los sentimientos de los demás o el compañerismo a la hora de trabajar y esperan que sus subordinados cumplan un horario laboral similar al de ellos. Son muy exigentes con ellos mismos y con los demás. Además las características más destacables de los adictos son:
    • Sentir preocupaciones agobiantes durante el fin de semana.
    • Ser incapaz para tomarse vacaciones o descansar.
    • Sentir la imposibilidad de abandonar al final de la jornada un trabajo inacabado.
    • Ponerse nuevos trabajos para realizar en los periodos de descanso.
    • Ser incapaz de rechazar ofertas de trabajo adicional.
    • Experimentar que el tiempo pasa muy rápido cuando se trabaja.
    • Ser exigente y competitivo en cualquier actividad.
    • Mirar impaciente el reloj.
    • Ser acusado por los familiares y amigos de que dedica más tiempo al trabajo que a ellos.
    • Experimentar cansancio e irritabilidad si no se trabaja durante los fines de semana.
    • Quedarse el último en la empresa.
    • No delegar y realizar o supervisar todo personalmente.
    • Limitar las lecturas a temas laborales.
    • Tener problemas para relajarse.
    • Trabajar con tensión.
    • Comunicarse mejor en la empresa que fuera de ella.
    • Distanciarse afectiva y socialmente.
    • Tener sentimiento de culpabilidad.
    • Tener un nivel de ansiedad elevado.
    • Tener necesidad de admiración y obediencia de los demás.
    • Carecer de motivación económica.
    • Ser incapaz para desconectar de su actividad laboral.
Por ello, no sólo la variable tiempo, aunque algunos han señalado que dedicar más de 50 horas a la semana al trabajo, puede determinar la adicción. Aunque muchos profesionales estarían incluidos dentro de la adicción; ya que hay que tener en cuenta que hay gente que disfruta con su trabajo, que se halla muy motivada con él y que pese a eso mantiene un equilibrio entre el trabajo, la familia y el ocio y tiempo libre. Por eso hay que matizar muy bien si una persona es o no adicta al trabajo, cosa difícil en función de la investigación actual (Llaneza Álvarez, 2002).

Fassel (2000) afirma que la diferencia entre la adicción al trabajo y trabajar mucho reside en que el adicto está desprovisto de un regulador interno que dice cuándo tiene el trabajador que parar.
Naughton (1987) distingue cuatro tipos de adictos al trabajo orientados hacia dos tipos de comportamientos como el obsesivo-compulsivo y la dedicación excesiva o no:
  • El fuertemente comprometido (puntúa bajo en obsesión-compulsión; dedica muchas horas al trabajo, con mucha motivación por los objetivos; asume los desafíos; está muy satisfecho con su trabajo y le presta poca atención a las demás cosas).
  • El adicto al trabajo compulsivo (alta puntuación en dedicación y obsesión; suele tener dificultades para relacionarse con los compañeros y subordinados; son personas muy impacientes, llenas de manías o pautas, entienden que las actividades sociales y familiares son un enojo y no tienen adecuación entre el puesto que ocupan y las horas que dedican a su trabajo).
  • El compulsivo no adicto al trabajo (baja puntuación en dedicación y alta obsesión; considera el trabajo como algo que hay que llevar a cabo pero se compromete de manera obsesiva con actividades fuera del trabajo (hobbies, deportes, etc.)).
  • No adicto al trabajo (baja puntuación en las dos variables; no busca el logro personal a través del trabajo, se desentiende de él cuando acaba su jornada establecida; su motivación la encuentra fuera del trabajo).
Por otro lado, Scott, Moore y Miceli (1997) han propuesto tres tipos de patrones del comportamiento en la adicción al trabajo:
  • El compulsivo-dependiente (se relaciona positivamente con niveles altos de ansiedad y con problemas físicos y psicológicos y negativamente con la satisfacción laboral y vital).
  • El perfeccionista obsesivo-compulsivo (se relaciona positivamente con niveles de tensión, con problemas físicos y psicológicos, con relaciones interpersonales hostiles y con la satisfacción profesional).
  • El orientado a logros (se relaciona positivamente con la salud física y psicológica, con comportamientos proactivos socialmente y con la satisfacción laboral y vital.
  • También habría que señalar a los “pseudoadictos” que no sufren adicción al trabajo, pero llevan un ritmo laboral muy alto, y utilizan el trabajo para escalar puestos y conseguir mejoras económicas y sociales. El problema es que este tipo de conductas pueden pasar a la adicción con suma facilidad y sin ser percibido por el propio individuo (Fuertes Rocañín, 2004).
Quizás en esta tipología pueda incluirse lo que se viene denominado “síndrome del ejecutivo” padecido por gente ambiciosa y perfeccionista, pero triste y aburrida. Estos trabajadores tienen mucha pereza a la hora de irse de vacaciones, por lo que no las planean hasta el último momento y cuando salen, necesitan una gran actividad para olvidarse del trabajo, con lo cual, en vez de descansar se estresan todavía más.

Consecuencias de la adicción al trabajo

La adicción al trabajo genera consecuencias negativas en la vida familiar, ya que conduce al aislamiento, al divorcio y a la destrucción de la convivencia familiar.

También pueden desarrollar problemas de salud como enfermedades cardiovasculares, gástricas, hipertensión, musculares y ansiedad.

Además pueden consumir sustancias tóxicas para aumentar el rendimiento laboral y superar el cansancio y la necesidad de dormir.

Prevención e intervención

Todo trabajador tiene que tener en cuenta que:
    • Hay una gran cantidad de cosas para disfrutar, no sólo el trabajo.
    • En las tareas laborales es importante y necesario delegar.
    • La jornada laboral es de ocho horas.
    • El trabajo para realizar en casa debe ser la excepción.
Además, el abordaje psicoterapéutico de la adicción al trabajo deberá realizarse con el mismo esquema que cualquier otra adicción, para recobrar el equilibrio laboral y personal en su vida.

Evaluación de la adicción al trabajo

Para llevar a cabo la evaluación se emplearán entrevistas semiestructuradas al trabajador, a los compañeros, a los subordinados y a los superiores, con técnicas exploratorias, de escucha activa, que permita la clarificación, la racionalización y la reformulación y la confrontación. También se puede utilizar el Test de

Riesgo de Adicción al Trabajo (Work Addiction Risk Test) (Anexo 20) y orientar hacia un abordaje psicoterapéutico.

Además es conveniente realizar:
  • La anamnesis sociolaboral y datos de filiación (sexo, edad, antigüedad en la empresa y empresas anteriores).
  • El análisis de las condiciones psicosociales del puesto de trabajo.
  • La descripción cronológica de los hechos relevantes para la situación actual.
  • Los recursos personales de afrontamiento.
  • La valoración de las consecuencias para el trabajador: personales, laborales, familiares y sociales.
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miércoles, 11 de abril de 2012

Cómo superar los complejos

1. ¿Qué son los complejos? 
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Los complejos son pensamientos irracionales que pueden influir negativamente en las personas produciendo inseguridad y baja autoestima.

Son percepciones distorsionadas o imágenes exageradas de uno mismo que se originan al compararnos con otras personas, o con modelos que la sociedad impone.

Pueden llegar a influir y condicionar nuestra vida, comportamientos y relaciones personales. Incluso pueden impedirnos disfrutar de determinadas cosas o llegar a limitarnos profesionalmente por no confiar en nuestras capacidades.


2. Factores que influyen en los complejos 


Uno de los factores que más influyen en la formación de un carácter acomplejado es el entono familiar. La opinión de los padres o la falta de apoyo y atención por parte de ellos, hará que el niño se sienta poco valioso o que crezca con una baja autoestima. Es en la familia donde las personas tienen que sentirse queridos, valorados y respetados para que puedan desarrollar una personalidad firme y decidida.

El entorno escolar es otro factor que influye enormemente. Cuando los niños tienen alguna característica física que sobresale, como puede ser: ser muy alto o bajito, excesivamente gordo o tener una nariz muy grande, puede convertirse en objeto de burlas de sus compañeros, quienes probablemente le pondrán algún apodo.

Muchos de estos complejos aparecen en la infancia pero se pueden acentuar en la adolescencia, ya que en esta etapa se producen grandes cambios físicos y la personalidad aún no está formada. Los adolescentes son más vulnerables y necesitan la aprobación de los demás para su propia autoestima.

Otro factor a tener en cuenta es la sociedad, que marca unas modas y unos estereotipos de belleza que no se corresponde con la realidad. Esto hace que muchas personas se sientan acomplejadas al compararse con esos modelos que la sociedad impone y nosotros aceptamos, aunque no se ajusten a nuestra forma de ser o vivir.

Hay personas que a lo largo de los años no han sabido superar los complejos de la infancia. No han sabido interpretar ese defecto de forma objetiva y tratan de ocultarlo provocándole angustia y ansiedad.


3. Tipos de complejos 


Hay diferentes tipos de complejos aunque los más comunes son los físicos:

- Complejo de Edipo: El complejo de Edipo se produce cuando el hombre compara a todas las mujeres con su madre. Busca una mujer que se parezca a su madre y la rechaza si no se parece o cuando deja de ver en ella esa semejanza.

- Complejo de Electra. En este caso es la mujer la que no logra encontrar el hombre apropiado. Idolatra a su padre y no ve a ningún hombre a la altura de él.

- Complejo de Peter Pan. Lo sufren aquellas personas que no desean crecer ni madurar. Son personas que no quieren enfrentarse a responsabilidades.

- Complejo de Blancanieves. Desean ser el centro de atención y contar con la aprobación de los demás, pero en el fondo subyace un problema de autoestima, inseguridad y sensibilidad a las críticas.

- Complejo de patito feo. Es el complejo más común y se corresponde con los complejos físicos. Lo sufren personas que no están contentas con su aspecto físico y que suelen compararse continuamente con los demás, pensando que los demás son mejores que ellos.


4. Pautas para superar los complejos 


Lo más importante para superar un complejo es aprender a quererse uno mismo, aceptándose y valorándose tal y como cada uno es, con sus virtudes y defectos. Para lograrlo, busca aspectos positivos de tu personalidad y repasar las virtudes y cualidades que tengas.

No trates de buscar la aprobación de los demás, sino que debes actuar de acuerdo a tus valores y forma de ver las cosas, sin tener que contentar o gustar a todo el mundo y sin sentirte acomplejado por ser diferente o tener ideas distintas. Debes tener claro que tu opinión es más importante que la de los demás.

No te lamentes en público de tus defectos o limitaciones, de esta forma lo único que lograrás es que los demás vean en ti sólo esa parte negativa tuya. Saca lo mejor de ti y no te autodesprecies ni infravalores, piensa también que transmitimos lo que nosotros pensamos y sentimos sobre nosotros mismos.

Confía en ti y en tus valores, no bases tu vida en la apariencia externa y refuerza tu autoestima con pensamientos positivos que te llenen de seguridad y confianza en ti misma. Valórate por lo que eres y no por lo que los digan de ti.



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martes, 10 de abril de 2012

El ego de los hombres

El ego es uno de nuestros aspectos bio-psicológicos que nos han ayudado mucho a evolucionar pero también son nuestra condena. Que fuera el ser humano y no otra especie quien evolucionara más inteligentemente fue por motivos como el ego, la envidia… Ya que estos sentimientos negativos hacía que fuéramos malvados, nos esforzáramos y entrenáramos nuestro cerebro.. No obstante si ya antes de la evolución era una mala herramienta ahora mismo se ha quedado como una herramienta totalmente obsoleta.

Seamos francos y honestos, la naturaleza es sabia, quizás, pero de humanidad no entiende mucho aunque si de crueldad, mucha crueldad. ¿Por que morimos? ¿Por que algunos nacen enfermos? Todas estas cosas son crueles y algunas innecesarias, a la naturaleza no le importa el como y cuantos se lleve por delante, ella solo quiere avanzar.

Es como ese rey caprichoso que manda a la muerte a un millón de soldados y arruina al país entero con tal de salirse con la suya. ¿Es técnicamente correcto dominar el mundo por ese solo hombre? Quizás evolutivamente sea lo que necesitamos pero en el lado humano NO y la naturaleza no entiende que se pueden conseguir grandes cosas sin necesidad de recurrir a lo primero que viene, lo fácil o la maldad. Como digo, la naturaleza no entiende de humanidad y por eso los hombres siguen teniendo mucho ego.

 

Ego hombres

El ego que demuestran los hombres es la culminación del egoísmo, del uso excesivo del yo. Creemos que todo en la vida, que todo en el universo se reduce a una sola cosa: En nosotros. Y ya está. Como estamos todo el tiempo con nosotros mismos creemos que nosotros somos los únicos que importamos y esto no es así. Ambos hombres y mujeres tenemos ego pero en los hombres se manifiesta de una forma diferente, por lo general una forma mucho más agresiva.

Territorio

A los hombres les encanta marcar territorio, son como los perros pero en vez de orinarse por las esquinas utilizan el lenguaje no verbal o a veces directamente el verbal. Les gusta dejar claro que esa chica es la suya o que su amigo es suyo. Intentarán discriminarte, te lo dirán directamente o harán algo con el lenguaje no verbal que indicará que tú allí sobras, que estás en lugar ajeno o tocando algo que no te pertenece.

Por ejemplo, tu hablas con Claudia y de repente viene su novio, le dice hola, le da un fuerte beso y la coge por la cintura y luego por los hombros mientras hablas con ella, su novio está marcando el territorio porque obviamente ve algún tipo de amenaza, aunque solo esté en su cabeza pero la ve.

Otro ejemplo, Felipe habla mucho con Pepito, tu vas directamente a tu amigo Felipe y le dices: “tio, tenemos que ir a “x” sitio”, él invita a Pepito y tu pones una excusa tonta, no quieres que esa persona vaya, crees que te cae mal, que es un idiota pero en realidad lo que sientes es celos y lo que haces es marcar el territorio. Te has llevado a tu amigo como cual trofeo y has demostrado que tu amigo te pertenece.

Estas cosas las hacen muchísimo los hombres, sobretodo en grupos cerrados o hombres cerrados.

No cometo errores

Tú eres hombre y como tal eres la ostia, sabes que cometes errores pero casi nunca sabes cuando ni los vas a admitir, eso te impide progresar porque no avanzas, ni admites ni ves tus errores ni eres capaz de asimilar ninguna crítica y utilizar lo constructivo de cada una de ellas.

Esto es igual a anti-progreso, esta cualidad nos ayuda a veces a ser fuertes a hacer lo correcto sin importar lo que nos digan pero otras muchas nos impiden alcanzar nuestras metas. En ese aspecto el ego de los hombres está esclavizado a no mejorar y si quieres mejorar tendrás que poder moldear tu ego de hombre.

Dicto cátedra

No solo no admites errores  ni críticas sino que además Dictas cátedra y muchas veces sin tener idea de lo que hablas. Todo vale con tal de hinchar tu ego como si fuera un globo. Cuanto más alto esté tu ego de hombre mejor. ¡NO! No hay que hablar sobre lo que uno no sabe o decir a los demás que es lo que tienen que hacer como si tu fueras un dios. Y no debes hacerlo aunque seas padre, esposo, amigo…

Aunque yo escribo sobre todas estas cosas, con mis amigos soy una persona normal, uno más, aporto mi opinión como uno más y no voy dictando cátedra, incluso algunos amigos me explican y me dictan cátedra ellos a mi, sin importar que mi trabajo es ayudar a los demás y hacerles ver lo que, bajo mi punto de vista, es el camino correcto para hacer un mundo mejor. Aquí soy un gurú como os gusta llamar, pero con mis amigos y familia soy una persona más, así deberíamos ser todo: “una persona más”, no pretender ser los únicos o los jefes. Independientemente de cual sea tu trabajo en tu vida personal eres simplemente uno más.

Hay que saber encontrar el equilibrio entre prepotencia, excesivo ego y el poder moldear tu ego.

Miento y alardeo para verme y sentirme superior

Otro problema muy común en todos los hombres es que nada es lo que parece. Si tienen un mal sueldo te dicen que cobran un montón, si se besaron con una chica horrenda te dirán que era una top model, si trabajaron el verano fuera te dirán que ligaron un montón y que todo fue genial cuando solo iban del trabajo a casa y de casa al trabajo.

Cuando hablas con un hombre parece que es la leche, todo le sale bien, todo lo hace bien y casi nada le va mal. Te da lecciones… ¿Que raro que haya tantos psicólogos, coach y demás no? Si justo al lado tenemos cientos de hombres que son máquinas perfectas de avanzar.

Nada más lejos de la realidad, los hombres viven en una falsa realidad dónde mienten, exageran y engañan con tal de no herir su ego y también para impresionar a los demás. Hacen sobre todo esto cuando quieren impresionar a alguien, ya sea a la persona a quien admiran a una chica que les gusta, sus padres…

Es un comportamiento odioso o ruin pero muy utilizado. No digo que todos los hombres lo hagan, pero si que lo hacen en sus vidas ya sea de forma común, muy común, intermitente o pocas veces. Obviamente mientras lees esto dirás: “yo lo hago pocas veces”, ¿Estás seguro de ello? Los hombres mentimos y exageramos es un hecho lo que debes preguntarte es si lo haces mucho y si te pasas de la rosca que muchas veces la respuesta es: SI, MUCHO.

Parezco agresivo cuando se requiere

Un buen macho ibérico tiene que demostrar sus músculos y bíceps. Todos hemos visto el típico gallito de corral que se pone violento cuando su chica calienta a los demás o simplemente se pone violento porque es un celoso compulsivo. Pero no todos llegan a ese extremo, es más, solo lo hacen unos pocos.

La mayoría comienza a alardear y  a comentar la paliza que podría propinarle al otro, pero eso si, solo de
palabra. A los hombres se les va la fuerza por la boca sobretodo cuando hablan de amenazas, proyectos a cumplir o demás cosas que requieren acción.

Son agresivos, parecen agresivos pero no se moverán de la silla por mucho que hablen. ¿Por qué hacen eso los hombres? Porque ellos quieren ser valientes, quieren ser unos hombres, demostrar que harían cualquier cosa si se tiene que hacer pero la cruda realidad es que más del 90% de los hombres son unos cobardes en todos los aspectos. El ego del hombre no quiere eso y por lo tanto simula una falsa valentía y hombría para que estemos contentos y sigamos creyendo que somos la leche.

lunes, 9 de abril de 2012

El hombre de tu vida

En la vida se te van a cruzar muchos hombres por el camino. Muchos de ellos pasarán solo por un momento, otros por un buen tiempo y algunos durarán mucho. Quizás hayas vivido magníficas relaciones, quizás otras desastrosas pero al final de cuentas ahora estás sola y sin compromiso. Y, aunque muchas veces tengas que rechazar distintas propuestas, aún te seguirás preguntando cuándo será el día en que te encontrarás con “el hombre de tu vida”.

Porque en la vida tienes que conseguirte a alguien que te acompañe el resto de tu vida, tienes que encontrar a ese hombre que te ayude a seguir adelante, al que esté dispuesto a formar una familia, al que esté siempre buscando el progreso en unión pero eso parece que actualmente se está poniendo cada vez más difícil a medida que pasan los años.

Los hombres suelen ser un mundo distinto y complicado para el mundo femenino. Y es que muchas veces te sientes incomprendida por el comportamiento de los hombres y no sabes si es que alguno de ellos realmente será el hombre de tu vida.

No te preocupes, amiga, ya entenderás que no necesariamente tienes que encontrar la perfección. Solamente tienes que llevarte más tiempo con ellos y aprender a llevarte mejor con ellos. Porque, ponte a pensar: ¿A cuántos hombres has conocido en tu vida?

Algunas pueden decir: “Uff… No llevo ni cuenta para eso”, mientras que otras podrían contarlos con los dedos de la mano, sin embargo hay algo que tienen en común la gran mayoría de mujeres: Están ansiando ver llegar al hombre de su vida tocando la puerta de su casa y proponiéndole matrimonio.

Algunas se han tragado, de manera inconsciente, el cuento de la Bella Durmiente, que espera a su Príncipe Azul mientras ella se encuentra dormida durante muchos años. ¡Qué desperdicio de tiempo!

Todo eso déjalo a las niñitas, debes ponerte a pensar que en esta vida nada es tan fácil ni fantasioso como los cuentos que solías escuchar hace muchos años. Ahora es momento de que te pongas a pensar seriamente que el hombre de tu vida te está esperando y, muy probablemente, también te esté buscando.

Pero jamás lo hará mientras estás sentada viendo películas de amor, jamás irá hasta la puerta de tu casa mientras estás aburriéndote y lamentando tu situación.

Quizás lo puedas conseguir a través de internet como muchas hacen, sin embargo, al no estar en contacto con el mundo real, al no estar en contacto con los hombres de verdad no tendrás mucha experiencia con ellos y nuevamente, al tener una relación con el posible hombre de tu vida, todo eso se volverá aterrador y difícil.

Y es que debes entender que por más bella y atractiva físicamente que seas, siempre correrás el riesgo de que pierdas al hombre de tu vida por el simple hecho de no saber cómo tratarlo, por el simple hecho de no entender bien su mundo interior. Y todo por el simple hecho de que no te preocupe llevarte bien con los hombres.

¡Despierta! Baja de tu nube. No vas a encontrar al hombre de tu vida esperando hasta la muerte. Lo vas a encontrar buscándolo. No queda otra opción.

Muchas mujeres tienen la creencia de que “el hombre debe dar el primer paso” pero por esa razón no salen, no se divierten, no exploran. Lo que yo te digo es que tú debes hacer las cosas propicias para que ese hombre dé el primer paso. Y para ello debes estar yendo a los lugares donde muy probablemente él esté yendo.

Imagino que tú, como una mujer normal, está buscando a un hombre que te proporcione protección, uno que te sea fiel, uno que te demuestre mucha seguridad, sin embargo todos los fines de semana estás yendo a las discotecas.

Obviamente así las posibilidades de que encuentres al hombre de tu vida se reducen hasta lo más mínimo.

Nuevamente te repito: Quizás hayas visto que en una película la protagonista conoce al hombre de su vida en un sitio así pero definitivamente no va a funcionar para ti. Las películas son las películas, la vida real es distinta.

Está bien que digas “el hombre debe dar el primer paso” pero tampoco te pases esperando y lamentando tu solitaria situación. Tampoco te quejes de que los hombres son infieles, aburridos o que no tienen ningún propósito en la vida si lo que haces es recibir a los hombres que llegan a ti en vez de ir al lugar donde tú podrías estar disponible para el hombre que siempre soñaste.

Y para eso también debes estar preparada porque es lamentable que estés leyendo este artículo y no te preocupes por ser una mejor mujer. Preocúpate por ti, hazte una mujer más atractiva tanto física como interiormente. Hazte un encanto de mujer, cultiva una personalidad más atractiva, una mentalidad positiva y asertiva, y todo lo que pueda sumar puntos al momento de llegar el hombre de tu vida.

No le puedes exigir a él si no te exiges a ti mismo.

Quizás tengas un problema de timidez y eso sea el principal obstáculo para que llegue el verdadero hombre de tu vida pero eso no es más que un motivo para seguir mejorando, para seguir saliendo a aumentar tu círculo social. Que eso te sirva de motivación para aprender a ser una mujer más atractiva, una mujer más interesante y cosas que tu hombre puede estar soñando ahora mismo pero siendo, al mismo tiempo, la mujer que tú quieres ser.

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lunes, 2 de abril de 2012

De vacaciones

A los queridos lectores de este espacio, les informo que no estaré publicando a partir del lunes 02 de abril hasta el 06 de abril, pero estaré de regreso el lunes 09 del abril del año en curso.

Agradecida con ustedes por seguir este blog.

Gracias,

La Autora.-