jueves, 28 de febrero de 2013

¿Qué comes cuando estás preocupado o triste?

No sólo comemos por necesidad, las emociones también afectan nuestro modo de comer y hasta la selección de los alimentos. Nuevos estudios se enfocan en este tema: mientras uno demuestra cómo las emociones negativas pueden hacer que prefieras ciertas comidas, otra investigación sugiere que algunos alimentos mejoran el estado de ánimo. Y tú, ¿qué comes cuando estás triste o algo te preocupa?

No importa cuán satisfecho o lleno te sientas, a veces comer no tiene que ver con el hambre sino con las emociones.  Cada vez son más las investigaciones que ofrecen nuevos datos sobre este tema. Un estudio reciente desarrollado por unos investigadores de la Universidad de Miami, en Estados Unidos, encontró que las malas noticias pueden funcionar como un detonante que active la necesidad de comer, y lo que es peor, la elección en estos casos tiende a ser la de alimentos altos en calorías.

Para llegar a esta conclusión, que aparece en línea como un avance de la publicación impresa en una próxima edición de la revista Psycological Science, les dijeron a los participantes que se trataba de una prueba de sabor para un nuevo tipo de chocolates y los pusieron frente a dos envases con los mismos dulces, pero les dijeron que uno contenía las golosinas altas en calorías y el otro las tenía de bajo contenido calórico.

Antes de hacer la prueba, les enseñaron a los participantes imágenes con frases neutras o con enfrentamientos y adversidades, y al finalizar el análisis detectaron que quienes recibieron mensajes sobre la dificultad de la época que estamos viviendo comieron casi 40 por ciento más que los que vieron mensajes neutros, y alrededor de 70 por ciento más dulces altos en calorías. Mientras  que quienes vieron imágenes neutrales comieron cantidades similares de ambos chocolates.

Esto demuestra que el sabor no sería lo que provocó el deseo de comer las calorías. Y si bien las emociones pueden entrar en juego en la elección de los alimentos, otro estudio -que no estuvo vinculado con esta investigación- ha encontrado pistas físicas sobre este tema. 

Se trata de unos investigadores de la Universidad de Leuven, en Bélgica, que encontraron que los alimentos más altos en calorías generan una sensación mayor de bienestar. En este caso, usaron imágenes de resonancia magnética (MRI) para trazar un mapa de las áreas del cerebro que se iluminaban cuando 12 personas que no eran obesas experimentaban tristeza y recibían una solución de ácido graso o una solución salina, que les era administrada a través de un catéter (un tubo), sin que ellos supieran cuál estaban recibiendo.

Para modificar el estado de ánimo, hicieron que los participantes escucharan música triste o neutra mientras miraban imágenes de rostros, también tristes o neutros. Además, les pidieron que respondieran acerca de su sensación de saciedad, hambre y estado de ánimo, antes y durante los escaneos del cerebro (las imágenes).
Según los resultados que aparecen en la publicación especializada Journal of Clinical Investigation,  quienes recibieron la solución de ácidos grasos reportaron sentirse la mitad de tristes que los que recibieron la solución salina.

Estos hallazgo demuestran una nueva relación entre el estado de ánimo y la alimentación, que prueba que la elección de los alimentos altos en calorías no sólo tiene que ver con las emociones de las personas sino también con cuestiones físicas. Es necesario continuar los estudios para obtener datos más precisos y de esta forma desarrollar nuevos tratamientos para evitar la obesidad.

Y tú, ¿qué comes cuando tu estado de ánimo no está de fiesta? La próxima vez que estés triste o angustiado(a), piensa dos veces antes de abrir la heladera (el refrigerador) o la alacena. No te dejes llevar por la tentación y busca otra solución para levantar tu estado de ánimo. Hacer ejercicios, encontrarte con amigos o participar en alguna actividad que te agrade puede ser una buena solución, que no ponga en riesgo ni tu salud ni tu figura.

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martes, 26 de febrero de 2013

4 áreas importantes para supervisar en la vida de los adolescentes

Ser padres de un adolescente no es tarea fácil. Es muy probable que en algún momento te hayas preguntado cómo manejar la relación para que tu hijo o hija adolescente no se aleje, te tenga confianza y no te guarde secretos importantes. Pero hay una línea muy estrecha entre los padres que intervienen cuando deben y aquellos que invaden la privacidad de los jóvenes. Aquí te hablo de cuatro áreas en la vida de tus hijos jóvenes que pueden necesitar atención y buen manejo.

Luis tiene dos hijas adolescentes y ha dicho bromeando más de una vez que quisiera tener un dispositivo para detectar cuando un chico está demasiado cerca de alguna de ellas. Algo así como una alarma que le avise si hay peligro de que alguna de sus hijas esté en alguna situación que pueda terminar en el acto sexual. Por supuesto es un poco exagerado, pero en el fondo Luis de verdad quisiera poder contar con ese aparato. Para él, controlar la vida de sus hijas es una obsesión porque le tiene miedo al mundo y no quiere que les pase nada.

Las redes sociales, los teléfonos inteligentes, las fiestas clandestinas, los códigos que no entiendes, las drogas, el alcohol, las personas malintencionadas… son muchas cosas que pueden hacerte sentir agobiado y temer por la seguridad y el bienestar de tus hijos adolescentes.
Como Luis, muchos padres se exceden en sus esfuerzos por querer cuidar a sus hijos adolescentes y terminan creando una relación tensa, pues los jóvenes se sienten invadidos. Algunos padres, por el contrario, dejan que sus hijos adolescentes hagan lo que quieran hasta que sucede algo que los alarma y hace que les presten más atención e intervengan.

¿Cuál es tu estilo? Lo ideal es llegar a un término medio. No ser unos padres demasiado entrometidos para permitirles cierta independencia, pero tampoco ser tan liberados que no haya ningún tipo de control. Lo ideal es poner límites, estar pendiente de su comportamiento (dependiendo de sus antecedentes en cuanto a “no seguir las reglas” y a tener un comportamiento malo), ayudarlos a que sean responsables y enseñarles a tomar decisiones en situaciones difíciles. En resumidas cuentas, estar involucrados como padres en la vida de sus hijos estableciendo con ellos un canal de comunicación claro y amoroso.
Hay cuatro áreas en las que te debes enfocar especialmente:

1.  Internet: El espacio cibernético es un universo infinito de posibilidades en donde fácilmente se puede caer en comportamientos inapropiados y peligrosos. Es importante revisar la actividad de tus hijos y poner controles en donde sea necesario (las páginas que visitan, si pueden o no tener un perfil en las redes sociales como Facebook, el uso de identidades falsas). Puedes ser un padre activo y hacerte “amigo” de tu hijo(a) en Facebook para saber cuál es la actividad que tiene en su perfil. Si ti hijo(a) decide que no quiere que veas su perfil, entonces debes establecer límites: puedes decirle que la única forma de que esté en esa red social es si tú también tienes una contraseña para poder entrar y ver su historial. Te aseguro que va a preferir que seas su amigo en la red social. También es importante que vigiles la actividad de tu hijo(a) adolescente en la red cuando sucede a altas horas de la noche o cuando no hay nadie en casa. Háblale claramente de los peligros de poner toda su vida a disposición del público, pues hay personas que pueden aprovecharse y causarle daño físico o psicológico.

2.  Uso de teléfonos celulares: Monitorear el uso del celular, puede ser complicado. Tal vez fuiste tú el de la idea de darle un teléfono para poder estar en contacto con tu hijo(a) todo el tiempo, y no pensaste que puede también ser un instrumento para que los jóvenes no se comporten de la mejor manera. Mi consejo es que desde el principio le digas a tu hijo(a) que revisarás con frecuencia a quién llama y sus mensajes de texto. Puedes ver los números con los que se comunica en la cuenta de cobro de tu proveedor, y si tu hijo(a) está involucrado en actividades sospechosas o irresponsables, que le causen peligro, o que te generen algún tipo de desconfianza. Puedes establecer controles para los padres que están disponibles en los diferentes proveedores de celular. Mantén una lista de los números de sus amigos para ponerte en contacto con ellos en caso de que sea necesario.

3.  Uso de alcohol y drogas: Lo primero que debes hacer es informarte acerca de las tendencias en cuanto al uso de drogas y alcohol entre los adolescentes. En los Estados Unidos existe un sitio web que es muy útil pero la información está en inglés (www.drugfree.org). Puedes averiguar en tu país si hay algo similar para que sepas cuáles son las señales de alerta que pueden indicar que tu hijo(a) está abusando de las drogas y/o el alcohol. Si sospechas que ya está sucediendo, revisa su teléfono y otras pertenencias. Mantente alerta de sus actividades, llama a los padres de sus amigos. El uso de drogas y alcohol es bastante delicado, puesto que afecta su comportamiento físico y emocional, y puede tener graves consecuencias si no actúas a tiempo. Si descubres que tu hijo usa estas sustancias, lo mejor es asesorarte con un profesional especializado. Puede que la solución sea restringirle el dinero y los privilegios incluyendo prestarle el carro o auto, o no permitirle manejar.

4.  Conoce a los amigos de tu hijo(a): Motiva a tu hijo(a) para que invite a sus amigos a tu casa de vez en cuando. Esto te permitirá conocerlos y saber de cerca si hay alguna dinámica que no te parezca adecuada. Puedes observar cómo actúa tu hijo adolescente cuando están sus amigos, si es diferente, si es líder o si hace lo que los demás le dicen. Si consideras que alguna de sus amistades es una mala influencia, habla abiertamente sobre el tema para lograr un acuerdo en cuanto a cómo actuar. Esto puede incluir limitar el tiempo que pasa con esa persona, o incluso, hablar con los padres del amigo en cuestión.
Ser padres es una tarea de constante aprendizaje. Si tienes dudas sobre cómo establecer una buena comunicación con tu hijo(a) adolescente, asesórate, busca consejo y apoyo. Lo mejor es que establecer una relación de confianza y que tus hijos(as) no te vean como un enemigo, sino como un aliado en el que siempre pueden confiar.

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lunes, 25 de febrero de 2013

La belleza de la piel, ¿es cuestión de tu peso?

A la obesidad ya se le atribuye ser la responsable de varios problemas de salud como la diabetes, las enfermedades del corazón, los problemas ortopédicos, el cáncer, etc. Sin embargo, poco se habla de cuánto afecta el sobrepeso a la piel. Aquí te cuento sobre el tema.

Salud es belleza, mucho más cuando hablamos del órgano más grande del cuerpo humano: la piel. Para mantenerla sana, es probable que te la pases leyendo consejos sobre cómo lavarla y qué tipo de productos utilizar para mantenerla hidratada y evitar que se note demasiado el paso de los años. También puede ser que hayas incorporado en tu alimentación muchas más verduras y frutas, y que tomes mucha agua para mantener una piel linda y sana.

Sin embargo, te apuesto a que no habías pensado que esos kilos o libras de más que puedes tener sean los responsables de la apariencia de tu piel. Un nuevo estudio publicado en una revista de la Academia Europea de Dermatología, así lo indica.

El estudio, realizado en Brasil por unos investigadores del Departamento de Dermatología de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul en Porto Alegre, analizaron los datos de 76 personas obesas y sus problemas dermatológicos y lo compararon con 73 personas de peso normal. A todos los participantes se les hicieron exámenes para evaluar su glucosa, colesterol y triglicéridos.

De acuerdo a los especialistas, los problemas de la piel mostraron una fuerte relación con la obesidad, luego de analizar los datos. Los problemas más comunes de la piel causados por el exceso de peso son: estrías, hiperqueratosis plantar o engrosamiento de la piel de los pies con formación de callos y grietas, verrugas alargadas (acrocordones), inflamación o dermatitis en las zonas entre pliegues (intertrigo), el oscurecimiento de la piel, la inflamación por anomalías en la circulación linfática y las infecciones causadas por bacterias.

Entre las razones por la cual la piel sufre cuando hay sobrepeso, es porque hay ciertas zonas en donde se somete a una mayor fricción y humedad, como en los pliegues del abdomen, en las ingles y en las axilas. Esto puede causar hongos, sobretodo en épocas de calor o en climas tropicales debido a la sudoración.
Pero tal vez el hallazgo más curioso e importante para los investigadores, es que la resistencia a la insulina y los triglicéridos en la sangre están relacionados con la aparición de verrugas alargadas en la piel. Saber que el sobrepeso juega un papel importante en la aparición de las verrugas es indispensable para que los médicos recomienden a sus pacientes perder peso.

En general, este estudio enseña la importancia de que las personas obesas cuiden con más esmero su piel. No sólo porque sufren de más condiciones en este órgano tan importante, sino porque muchas de las condiciones que se presentan ellas son síntomas de problemas endocrinos que requieren atención especial.
De cualquier manera, si te preocupa el aspecto de tu piel, consulta con un dermatólogo (el médico especializado en la piel). Si estás pasado(a) de peso, puede que rebajar esas libras o kilos que te sobran sea el principio para mejorar la salud de todo tu cuerpo en general, lo cual se verá reflejado en tu piel.

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jueves, 21 de febrero de 2013

Las 10 cosas que debes dejar de hacer para ser feliz

La mayoría de las personas aseguran que para ser feliz hay que tener más, que hay que saber sumar y que el conjunto de la abundancia siempre dará como resultado mayor placer y felicidad. ¿Qué tal si cambiamos la formula y esta vez en lugar de sumar restamos, quitamos el exceso y dejamos la carga de algunas cosas innecesarias? Quizá entonces realmente podamos encontrar la felicidad tan deseada y codiciada en estos tiempos.

En esta ocasión, en vez de una receta, te quiero recomendar 10 cosas que puedes dejar de hacer para encontrar tu felicidad y tranquilidad.

1.  Deja la culpa. Ni modo, la gente comete errores, las cosas no salen como esperabas, tus expectativas no se cumplieron, te desilusionaste nuevamente. Entonces ¿Culpas a todos por tus problemas? ¿Tomaste el tiempo de reconocer tu parte en el asunto?
Tomar responsabilidad cuando las cosas no salen bien, en lugar de culpar de da poder, te da la oportunidad de poder solucionar lo que te molesta y de aceptar que quizá estabas pidiendo mas de los demás limitando tu capacidad y tus potencialidades.

2.  Deja de tratar de impresionar a los demás. La calidad de las relaciones personales no tiene que ver con la cantidad de cosas materiales que tienes, de hecho estorban ya que estas solo deslumbran y confunden el verdadero valor que tu tienes como ser humano.
Se una persona genuina, sensible y agradable. Esos atributos más que impresionar logran relaciones autenticas que llenan tu alma y te hacen sentir bien.

3.  Deja de querer aférrate a las cosas. Hay que dejar ir, soltarse experimentar, aprender, fracasar si es necesario y volver a intentar. El aferrarte a tus ideas y tus convicciones no te va hacer más feliz.
La verdadera felicidad llega cuando uno aprende 1000 maneras como no salen las cosas y finalmente lo logra. No temas a equivocarte, preocuparte cuando dejes de tratar. 

4.  Deja de interrumpir. El interrumpir es un signo de indiferencia, de soberbia y de poco interés, ¿cómo crees que la gente reacciona cuando está hablando y siente que no la escuchan?
Para que las personas sientan interés por lo que tu tienes que decir es importante que tú hagas lo mismo. Concéntrate en lo que dicen, pregunta con interés, entiende y seguro te vas a sentir escuchado querido y aceptado, eso si te ayuda a sentirte mejor.

5.  Deja de quejarte. Cuando lloras y te quejas lo único que logras es sentir lástima por ti, las victimas no son personas muy felices. Las palabras son poderosas, sobre todo las que te dices a ti misma, cuidado.
Haz lo que tengas que hacer para reparar lo que te molesta. El esfuerzo que hagas por componer lo que te lastima solo se va a traducir en un sentimiento de bienestar que se va a multiplicar cuando veas los primeros resultados.

6.  Deja de querer controlarlo todo. Es imposible controlar las cosas que no están en tu control. Lo único que realmente puedes controlar son tus pensamientos  tus acciones, ni siquiera los resultados ya que estos generalmente no dependen solo de ti. El querer controlar solo trae enojo, frustración y mucha impotencia nada de lo que te puede hacer sentir bien.
Cuando haces lo correcto, cuando trabajas con gusto, cuando sabes que hiciste tu mejor esfuerzo sin tratar de controlar ni de dirigir a nadie definitivamente surge un sentimiento de satisfacción y de felicidad.

7.  Deja de criticar. La crítica solo lastima, deteriora las relaciones y sobretodo no da nada constructivo. El criticar no te hace ser más inteligente ni mejor simplemente nutre tu soberbia y elimina tu posibilidad de comunicación.
Si crees que puedes ayudar, ayuda, si sabes cómo hacerlo haz lo, pero si ves que otro está haciendo algo déjalo en paz, todos somos distintos y hay muchas maneras de llegar al mismo lugar.

8.  Deja de predicar. Esta es otra manera de juzgar y la verdad ¿a quién le caen bien los jueces que solo opinan y critican?
Se feliz y deja que los otros también lo sean. Cada quien tiene su historia y su razón, escucha, observa y aprende.

9.  Deja los lamentos y el pasado atrás. Aprender de los errores pasados es una virtud. Vivir en el pasado solo trae más reproches y frustración.
Disfruta el presente y ten fe en el futuro, después de todo ya tuviste un buen maestro: el pasado.   

10.  Deja de tener miedo. Este solo paraliza, limita y condiciona el crecimiento personal. Qué triste es cuando dejamos ir nuestros sueños y nuestras ilusiones por que nunca tuvimos valor de luchar por lo que tanto queríamos.

Recuerda que la vida es corta y lo único que tenemos es el hoy, aprovéchalo, haz, lucha esfuérzate, vive, ama, sonríe y realmente se feliz.

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miércoles, 20 de febrero de 2013

La baja autoestima se sube con el ejercicio


martes, 19 de febrero de 2013

Abrazar a tu pareja fortalece el sentimiento de amor y conexión

La importancia del abrazoMuchos científicos y psicólogos recomiendan los abrazos como una forma muy especial de contribuir al bienestar físico-emocional. Pero la mayoría de las parejas no se da tiempo para abrazarse, mucho menos durante 20 segundos.

Sin embargo, diversos estudios arrojan interesantes resultados respecto al comportamiento y las relaciones humanas

Las investigaciones han demostrado que un abrazo de 20 segundos eleva los niveles de oxitocina, también conocida coloquialmente como la hormana del acurrucamiento.
Esta hormona se libera en nuestro cuerpo cuando nos sentimos cómodos y conectados, y le dice al cerebro “todo va bien”.

Después de un abrazo de 20 segundos de duración con la persona que quieres, se puede conseguir un pico en los niveles de oxitocina, así como una disminución de los niveles de presión sanguínea, tasa cardíaca, y los niveles de cortisol.

También nos sirve de guía para navegar en un mundo de complejas relaciones sociales recompensándonos el comportamiento social positivo con sentimientos de relajación y alegría, además la oxitocina producida en el cerebro favorece la confianza , la compasión y el perdón.

Asimismo, en las mujeres, libera un sentimiento de amor y conexión.

No en vano es la hormona que forja ese vínculo inquebrantable entre las madres y sus bebés, ahora la oxitocina también es reconocida como el estimulante humano de la empatía, la generosidad y la confianza.

El Dr. Paul Zak, también conocido como Dr. Amor, de la Universidad de Claremont, asegura que el cerebro humano produce oxitocina de forma natural durante el amamantamiento, el orgasmo, los abrazos, las caricias, cuando le das la mano a alguien, al bailar en pareja, durante un masajes, al realizar trabajo corporal y mientras se reza.

Zak prescribe al menos 8 abrazos al día para sentirnos más felices y conectados con la gente, así como para enriquecer nuestras relaciones sociales.
Por otro lado, según un estudio de la Universidad de Carolina del Norte y de Pittsburgh, cuando una mujer recibe estímulos como caricias, abrazos, mimos o masajes por parte de su pareja, se reducen su presión sanguínea y ritmo cardíaco.

También se ha comprobado científicamente que las mujeres casadas sometidas a un estrés extremo que toman la mano de su marido sienten un alivio inmediato al producirse un efecto apaciguador a nivel neuronal.
Por lo tanto, además de placenteros y tranquilizadores, los abrazos son terapéuticos, como las caricias y los mimos.

¿A qué esperas? Pon en practica la abrazoterapia. Los hay de oso, de espejo, de mejilla, de sandwich, de costado, de espalda y de corazón.

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lunes, 18 de febrero de 2013

¿Estamos perdiendo la capacidad de amar?

Según estudios de prevalencia en diferentes poblaciones, la Sociedad Española de Neurología (SEN) estima que al menos el 10 por ciento de la población mundial padece alexitimia, un trastorno neurológico que impide a las personas afectadas identificar las emociones que experimentan y expresarlas verbalmente.

No todos los pacientes presentan el mismo grado de afectación y es importante establecer una distinción entre la alexitimia primaria, producida porque las estructuras neurológicas vinculadas con las emociones están dañadas, y la secundaria, como consecuencia de un trauma emocional grave o por un desorden en el aprendizaje emocional.

"Los seres humanos somos capaces de sentir amor, odio, alegría, miedo, es decir, experimentar sentimientos y emociones gracias a un cerebro que lo hace posible, tanto estructural como funcionalmente, así como a relacionar dichos sentimientos con estructuras que hacen posible su verbalización, su materialización en forma de palabra", explica el Prof. Pablo Duque San Juan, Coordinador de la Sección de Neuropsicología de la SEN.

Al parecer, si se nace con alguna anomalía en las zonas cerebrales que se encargan de analizar y formular las emociones o se produce alguna lesión o disfunción que interrumpa el circuito de conexión entre estructuras, es cuando se puede generar la imposibilidad de verbalizar e identificar sentimientos.

La alexitimia primaria puede ser fruto de factores hereditarios, y en ese caso es común que comience a manifestarse en los primeros años de la infancia, pero también puede desarrollarse como consecuencia del propio desarrollo de alguna enfermedad neurológica.

"En los últimos años, las emociones han cobrado una extraordinaria relevancia dentro de la práctica clínica. Y aún más en el campo de la neurología, puesto que han pasado a ser consideradas un síntoma más en el diagnóstico de las enfermedades neurológicas", subraya Duque San Juan.

Traumatismos craneales, ictus o tumores cerebrales suelen ser las causas más frecuentes de alexitimia primaria adquirida, pero también otras muchas enfermedades neurológicas.

Así, por ejemplo, la esclerosis múltiple (EM) es un tipo de enfermedad que, en ocasiones, puede provocar con alexitimia. Además, hay investigaciones que indican que estos pacientes, por la dificultad que manifiestan para expresar las emociones, pueden aumentar su frecuencia de brotes.

La incapacidad para expresar las emociones también puede ser un síntoma temprano de la enfermedad de Parkinson (EP). Estudios recientes señalan que la alexitimia puede anteceder a los característicos problemas motores de la EP e incluso apuntan a una prevalencia de este trastorno en el 21 por ciento de los pacientes en tratamiento.

"Tradicionalmente, y como herencia de la corriente racionalista, se tendía a pensar que las emociones impedían el desarrollo de la razón y la lógica. Pero nada más lejos de la realidad. Las emociones influyen muchísimo en la atención, la memoria y el racionamiento, nos indican qué es lo importante y nos ayudan a tomar decisiones", aclara el experto.

Cuando no somos capaces de reconocer nuestras emociones, ni de interpretarlas, no podemos utilizar una información que es muy valiosa, lo que hace que sea mucho más complicado tomar decisiones y crear vínculos sociales.

En definitiva, "los trastornos emocionales en general -no sólo la alexitimia, si así la consideramos-, tienen que ser abordados para que los pacientes puedan llevar una vida más placentera con más calidad", concluye el coordinador de la SEN.

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viernes, 15 de febrero de 2013

Beneficios de los Pensamientos Positivos

Cómo pensar positivamente
Todo el tiempo escuchamos que tenemos que ser positivos, que tenemos que pensar bien y cambiar nuestra forma de ver la vida, pero ¿sabes por qué deberías hacer caso a estos consejos?

La vieja pregunta del vaso “medio lleno o medio vacío” es tan sólo una forma de darse cuenta de cómo ve la vida una persona, como un reto, o como un fracaso; con optimismo y esperanza, o con pesimismo y negrura.

Decenas de estudios han comprobado que la forma de pensar y ver la vida afectan tu realidad, no sólo del punto de vista externo, sino también interno. Tu salud, tu felicidad y tu forma de ser tienen mucho que ver dependiendo de cómo abordas la vida.

Hábito aprendido
Muchas personas creen que no pueden cambiar su forma de pensar, y que “así soy yo, ni modo”. Creen que se nace optimista y no hay forma de convertirse en uno.
Todo lo contrario, los pensamientos y la forma de ver la vida son un hábito, y como tal, se puede construir o cambiar. Por supuesto, como todo hábito, no es fácil cambiarlo pero con dedicación y constancia, se logran los resultados.

Pensamientos positivos y auto diálogo
Pensar positivo no es negarse a ver la realidad, o pensar en flores y pajaritos todo el día. Pensar positivo significa que tu forma de ver los problemas y contratiempos de la vida es diferente.
Pensar positivamente es hacerse consciente de todo lo que está bien, y lo que no está bien se puede enfrentar, con un resultado positivo.
El pensar positivamente comienza con lo que nos decimos en la mente durante el día. Esa cadena infinita de pensamientos que no ceden –pero que se pueden acallar con meditación – es la responsable de cómo vemos la vida y sus problemas.
Los pensamientos pueden ser positivos o negativos, y con práctica y entrenamiento, la gran mayoría se pueden convertir en positivos.
Algunos de los beneficios que obtendrás al cambiar tus pensamientos por positivos, y que han sido demostrados por investigadores, son:
  • Mayor felicidad
  • Mayor Paz
  • Incremento en longitud de la vida
  • Menor depresión
  • Menor Estrés
  • Mayor Salud Física

Cómo cambiar tus pensamientos
El primer paso es detenerse y darse cuenta de qué se está pensando. Practícalo. En la próxima situación estresante que tengas, en el auto, en el trabajo, con los hijos, observa qué estas pensando.

En el momento en que detectes un pensamiento que no te conviene, cámbialo por otro positivo.
Si alguien se te cierra en el tránsito, en vez de pensar “este cretino, y el tráfico de esta ciudad, me enloquecen, etc” piensa, “seguramente tiene más prisa que yo, soy afortunad@ por no haber chocado y por tener auto en el cual transportarme cómodamente.”

Algunos errores al pensar, que causan negatividad, son:

Personalizar.- Creer que todo está en tu contra y que todos te quieren hacer mal.

Catastrofizar.- Pensar que de toda situación va a suceder lo peor.

Polarizar.- Ver las cosas en extremos, blanco o negro. Tendencia perfeccionista.
Para cambiar este hábito debes monitorearte todo el día, detener los pensamientos negativos y cambiarlos por unos positivos, tratando de sentir la emoción positiva también.
Rodéate de gente positiva que te ayude a ver las cosas de otra manera. Estar con un quejumbroso te convertirá en uno también.

Practica “hablarte” positivamente. No digas o pienses de los demás algo que no dirías o pensarías de ti misma.

Repite afirmaciones positivas todos los días, a la hora que puedas, para acostumbrar a tu mente al cambio. 

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miércoles, 6 de febrero de 2013

¿Por qué otros son más felices que tu?

Tendemos a compararnos con los demás, y curiosamente solemos notar aquello que creemos que ellos tienen que nosotros carecemos.

Ya sea una casa más bonita, un trabajo mejor, mejores viajes, hijos más inteligentes, un perro mejor educado, etc… los demás parecen estar realmente contentos y satisfechos con sus vidas, y nosotros sufrimos en silencio. Cuando esto sucede nos preguntamos ¿por qué ellos si logran esa felicidad y yo no?

Quizá has escuchado la frase “el pasto del vecino siempre es más verde”. Crees que los demás están mejor que tu, pero en realidad eso es totalmente falso. ¿Sabes qué piensan los demás de ti? Quizá piensan que ojalá les fuera tan bien como a ti. ¡Si, de verdad! Por lo menos en algún aspecto de tu vida.


La realidad es que solemos estar atentos en los demás a aquellos aspectos en los que nos estamos sintiendo inseguros o inferiores. Nos comparamos con otros en ese tema, para evaluar si estamos muy mal o no tanto. Si tienes problemas de dinero, vas a estar notando la situación económica en otros, y por supuesto que vas a tender a notar todo lo que te haga ver que ellos están muy bien de dinero. Si tienes problemas con tu pareja, vas a estar observando cómo son las relaciones de los demás, y por supuesto notarás lo felices que ellos si son. ¿Verdad que si?

Sin embargo piensa en una cosa. Si tu tienes problemas de dinero, de pareja, con tus hijos, o de lo que sea, probablemente sueles disimularlos ante los demás y aparentar que todo está bien (quizá con excepción de alguien muy cercano a ti en quien si confíes tus problemas). Todos lo hacemos. No queremos notarnos débiles y derrotados ante los demás y por eso disimulamos nuestros problemas.

Esto significa que esas personas que estás admirando y envidiando porque tiene mejores situaciones de vida que tu, ¡en realidad no la tienen! Es un hecho que todas las personas tienen problemas que enfrentar. Algunos más que otros o de mayor o menor intensidad, pero seguro, todos tienen problemas, y la gran mayoría los disimula. Así es que esa vida “ideal” que estás viendo en tu vecino, probablemente no es tan ideal si la conoces a fondo, y si buscas con detenimiento, quizá te des cuenta que prefieres quedarte con tus problemas, ¡en vez de tener los que otros tienen!

El aprendizaje importante es que debes valorar tu vida, así como es, con tus propios retos y obstáculos, y no caer en engaños de que los demás son más felices, porque eso no es verdad. Disfruta la vida que tienes, pon atención en todo lo que está bien en tu vida así como es, incluso agradece los problemas que tienes porque son los que te corresponden a ti para crecer y superarte.

¡Sé feliz hoy!

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martes, 5 de febrero de 2013

Comer antes de las tres puede influir en la pérdida de peso

Si comes a esta hora, adelgazarásUn grupo de científicos españoles ha demostrado que comer más temprano ayuda a adelgazar. Así se desprende de los resultados de un estudio de la Universidad de Murcia, en colaboración con Harvard y Tufs (Estados Unidos) y publicado en el último número de la revista International Journal of Obesity.

De las 420 personas que participaron en el estudio (mitad hombres, mitad mujeres) y que estaban intentando adelgazar, aquellas que comían antes de las tres de la tarde, lograban una pérdida de peso más significativa que quienes dejaban el almuerzo para después de esa hora.

Durante 20 semanas los participantes siguieron una dieta mediterránea y se les dividió en dos grupos, los que comían temprano -al mediodía- y los comedores tardíos, teniendo en cuenta que en esta comida es en la que se ingieren el 40 por ciento de todas las calorías diarias.

Los resultados revelaron que quienes tomaban la principal comida del día antes de las tres, lograban reducir un 12 por ciento su peso corporal, frente a sólo el 8 por ciento de quienes comían pasada esa hora. Estamos hablando de alrededor de cuatro kilos de diferencia entre ambos grupos a pesar de que todos ellos comían lo mismo, hacían el mismo ejercicio, dormían las mismas horas, etc.

Marta Garaulet, catedrática de Fisiología de la Universidad de Murcia y autora principal de este estudio, subrayó la importancia de "seguir estudiando para observar si comiendo antes o después de esa hora, la misma persona adelgaza más o menos".

Posteriormente, analizaron el horario del desayuno y de la cena --comidas más pequeñas y menos energéticas-- y comprobaron que en ambos casos no influye en la pérdida de peso.

Además se examinaron otros factores que desempeñan un papel en la pérdida de peso como la ingesta de energía y el gasto calórico, las hormonas del apetito y la duración del sueño. Todos estos factores fueron similares entre ambos grupos. Sin embargo, la investigación confirma que los comedores tardíos desayunaron menos e incluso puede que se saltasen la primera comida del día.

Otra diferencia importante es que poseen una variante génica en el gen Clock, que codifica una proteína implicada en el reloj circadiano que marca los horarios de nuestro organismo. Y esto hace que sean personas nocturnas, que se acuestan tarde, duermen peor y tengan tendencia a la obesidad.

Por lo tanto, los expertos señalan que hay que fijarse más en la hora a la que comemos y no tanto en la cantidad. Ahora ya lo sabes, cambiar la hora en que comes puede significar una gran diferencia a la hora de adelgazar. ¿Te atreves a probarlo?

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