viernes, 30 de noviembre de 2012

Los efectos del desempleo en las personas

El desempleo no afecta por igual a todas las personas. Hay que tener en cuenta diversos factores como la edad, el tiempo que lleve desempleado o las cargas familiares que tenga. Además, el tipo de personalidad de cada uno y su forma de reaccionar ante las contrariedades, pueden ser factores determinantes a la hora de conseguir otro trabajo.

1. Trabajo e identidad personal 

Para muchas personas el trabajo supone una seña de identidad. A través de él encuentran un lugar en la sociedad, se sienten útiles, les proporciona un status social y lo consideran como el medio para entrar a formar parte de la dinámica de la vida, para participar de la sociedad.

En este sentido, el desempleo supone el aislamiento social. El desempleado no sólo pierde los contactos con las personas que se relacionaba profesionalmente, sino que tiende a encerrarse en sí mismo y a dejar de relacionarse con los demás. Se siente inseguro y desvalorizado.

Para la mayoría de las personas, estar inactivos y no desarrollar ninguna función laboral les impide tener un rol social con el que identificarse, lo que le afecta negativamente en su personalidad. El trabajo aporta un sentido de identidad.


2. Consecuencias del desempleo 

El desempleo conlleva una disminución de los ingresos y, por tanto, produce cambios en el estilo de vida. Se producen cambios radicales en la forma de vivir, pues se vive con la incertidumbre de no saber cuánto tiempo durará esa situación. En tales circunstancias, se tiende a ser precavidos y reducir drásticamente los gastos.

Tiene una gran repercusión en el ámbito familiar, intensificando las relaciones existentes con anterioridad. Puede producir gran tensión y desestabilizar las relaciones familiares perjudicándolas o, por el contrario, la familia puede ser el gran apoyo y encontrar en ella el empuje y ayuda necesaria para buscar otro empleo, transmitiéndole confianza y seguridad.

La pérdida de empleo también produce una reducción de las relaciones sociales. Inevitablemente se pierde el contacto con aquellas personas que son imprescindibles para poder desarrollar nuestro trabajo. Además, es un medio para relacionarnos y hacer grandes amistades. Por otro lado, las dificultades económicas disminuyen los contactos sociales, no hay tanta disponibilidad para salir a cenar, ir de copas o realizar actividades que supongan un gasto.

El desempleo puede traer consecuencias psicológicas negativas como disminución de la autoestima, depresión, ansiedad, etc. Produce un empobrecimiento del concepto que se tiene de uno mismo.


3. Cómo afecta al desempleado 

La forma de reaccionar ante el desempleo dependerá entre otros factores de la personalidad de cada uno. Hay quienes con inmediatez empiezan a movilizarse para salir de esa situación, actuando de forma positiva y esperanzada, confiando en sus posibilidades, y otros, por el contrario se sienten hundidos y sin fuerzas para iniciar la búsqueda de empleo, pierden la confianza en sí mismo y en sus capacidades.

No obstante, hay una serie de sentimientos comunes que sufren quienes han perdido su trabajo. Entre ellos destacamos los siguientes:

- Sentimiento de vergüenza. La persona desempleada suele sentirse avergonzada por esa situación, responder a la simple pegunta "¿en qué trabajas?", les produce malestar. Este sentimiento surge tanto por el hecho de estar desempleado como por tener que buscar un empleo. La intensidad en que se sufre dependerá de diversos factores como la edad o el tiempo que lleve desempleado.

- Sensación de fracaso. Es frecuente encontrar personas desempleadas con sensación de fracaso, por no haber logrado permanecer en ese puesto de trabajo, con la sensación de haber fallado. 


- El sentimiento de culpa también es frecuente ante estas situaciones. Muchas veces la propia persona llega a culparse por es situación, pensando que no ha sido lo suficientemente válido en el desarrollo de sus funciones y no ha sabido mantener su puesto de trabajo, sin tener en cuenta los factores externos que han podido generar esa situación como la necesidad de reducir plantilla o el cierre de la empresa.

- El desempleo no afecta por igual a todas las personas, su efecto no es comparable en una persona joven e independiente que ha perdido su empleo con un padre de familia que tiene que hacer frente a los gastos familiares.

El padre de familia no solo deja de ingresar dinero en su casa, sino que además considera que su rol de cabeza de familia queda desvalorizado, se siente impotente y frustrado. Hay que reaccionar y salir de esa situación, dejar de autocompadecerse y buscar soluciones.


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jueves, 29 de noviembre de 2012

Cómo desarrollar la empatía

¿Cuántas veces hemos estado preocupados o angustiados por algo, y nos hemos encontrado con alguien que simplemente con una mirada, con un gesto o una palabra oportuna, ha hecho que nos sintamos mejor?. En este caso, la capacidad empática de esta persona es la que ha contribuido a nuestra mejoría. ¿Tenemos nosotros esta capacidad?, ¿Cómo podemos desarrollar este poder?, ¿En qué consiste realmente la empatía?

  1. ¿Qué es la empatía?
La empatía es la capacidad de entender los pensamientos y emociones ajenas, de ponerse en el lugar de los demás y compartir sus sentimientos.

No es necesario pasar por las mismas vivencias y experiencias para entender mejor a los que nos rodean, sino ser capaces de captar los mensajes verbales y no verbales que la otra persona nos quiere transmitir, y hacer que se sienta comprendida de manera única y especial.

2. ¿Cómo se desarrolla la empatía? 

La empatía se da en todas las personas en mayor o menor grado. No se trata de un don especial con el que nacemos, sino de una cualidad que podemos desarrollar y potenciar.

La capacidad para la empatía empieza a desarrollarse en la infancia.

Los padres son los que cubren las necesidades afectivas de los hijos y los que les enseñan, no solo a expresar los propios sentimientos, sino también, a descubrir y comprender los de los demás.

Si los padres no saben mostrar afecto y comprender lo que sienten y necesitan sus hijos, estos no aprenderán a expresar emociones propias y por consiguiente, no sabrán interpretar y sentir las ajenas.

De ahí la importancia de una buena comunicación emocional en la familia desde el principio.

La capacidad para la empatía se desarrollará más fácilmente en aquellas personas que han vivido en un ambiente en el que han sido aceptadas y comprendidas, han recibido consuelo cuando lloraban y tenían miedo, han visto como se vivía la preocupación por los demás...

En definitiva, cuando las necesidades afectivas y emocionales han estado cubiertas desde los primeros años de vida.

3. Obstaculos que dificultan la empatía 


Muchas veces hemos podido preguntarnos por qué la gente no busca apoyo en nosotros o se retraen a la hora de hablarnos de sentimientos.
Existen una serie de barreras que suelen impedir este acercamiento.

Entre los errores que solemos cometer con más frecuencia a la hora de relacionarnos con los demás están esa tendencia a quitarle importancia a lo que le preocupa al otro e intentar ridiculizar sus sentimientos; escuchar con prejuicios y dejar que nuestras ideas y creencias influyan a la hora de interpretar lo que les ocurre; juzgar y acudir a frases del tipo "lo que has hecho está mal", "de esta forma no vas a conseguir nada", "nunca haces algo bien"... ; sentir compasión; ponerse como ejemplo por haber pasado por las mismas experiencias; intentar animar sin más, con frases como "ánimo en esta vida todo se supera"; dar la razón y seguir la corriente....Todo esto, lo único que hace es bloquear la comunicación e impedir que se produzca una buena relación empática.

Las personas que están excesivamente pendientes de sí mismas tienen más dificultades para pensar en los demás y ponerse en su lugar.

Por lo tanto, para el desarrollo de la empatía tendríamos que ser capaces de salir de nosotros mismos e intentar entrar en el mundo del otro.

 4. Estrategias para desarrollar la empatía 


Es evidente que hay personas que por diversas razones tienen mucha capacidad empática y sin embargo otras, poseen enormes dificultades para entenderse con la gente y ponerse en su lugar.
En cualquier caso, conviene saber que las habilidades empáticas se pueden potenciar y desarrollar:

En cuanto a las actitudes que se deben tener para desarrollar la empatía destacan:
 
. Escuchar con la mente abierta y sin prejuicios; prestar atención y mostrar interés por lo que nos están contando, ya que no es suficiente con saber lo que el otro siente, sino que tenemos que demostrárselo; no interrumpir mientras nos están hablando y evitar convertirnos en un experto que se dedica a dar consejos en lugar de intentar sentir lo que el otro siente.
 
. Habilidad de descubrir, reconocer y recompensar las cualidades y logros de los demás. Esto va a contribuir, no solamente a fomentar sus capacidades, sino que descubrirán también, nuestra preocupación e interés por ellos.

5. ¿Cómo expresar la empatía? 


Hay varias formas de expresar empatía.
Una de ellas es hacer preguntas abiertas. Preguntas que ayudan a continuar la conversación y le hacen ver a la otra persona que estamos interesados por lo que nos está contando.

Es importante, también, intentar avanzar lentamente en el diálogo, de esta forma estamos ayudando a la otra persona a que tome perspectiva de lo que le ocurre, dejamos que los pensamientos y sentimientos vayan al unísono y nos da tiempo de asimilar y reflexionar sobre el tema.

Antes de dar nuestra opinión sobre el tema, debemos esperar a tener información suficiente, cerciorarnos de que la otra persona nos ha contado todo lo que quería y de que nosotros hemos escuchado e interpretado correctamente lo esencial de su mensaje.

En ocasiones los otros no necesitan nuestra opinión y consejo, sino saber que los estamos entendiendo y sintiendo lo que ellos nos quieren transmitir.

Cuando tengamos que dar nuestra opinión sobre lo que nos están contando es muy importante hacerlo de forma constructiva, ser sinceros y procurar no herir con nuestros comentarios.

Para esto es muy importante ser respetuoso con los sentimientos y pensamientos de la otra persona y aceptar abiertamente lo que nos está contando.

Es aconsejable tener una buena predisposición para aceptar las diferencias que tenemos con los demás, ser tolerantes y tener paciencia con los que nos rodean y con nosotros mismos.

Aunque ser tolerante no quiere decir que tengamos que soportar conductas que nos hacen daño o que pueden hacer daño a otros, sino aceptar, comprender y respetar las diferencias.




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miércoles, 28 de noviembre de 2012

Aprende a vivir con entusiasmo

Hay personas que por naturaleza son más entusiastas que otras, viven la vida intensamente, disfrutan de todo lo que les rodea y contagian a los demás, transmitiéndoles energía y alegría. Aunque esta capacidad sea innata, también se puede aprender y desarrollar, veamos por tanto qué podemos hacer para conseguir vivir la vida con entusiasmo.

 1. ¿Qué es vivir con entusiasmo?
Vivir con entusiasmo significa vivir con intensidad todo lo que acontece en nuestra vida. Saber ilusionarnos y disfrutar de cada día con plenitud, sacando lo positivo de cada momento, y valorando y admirando lo mejor de lo que nos rodea; la belleza de la naturaleza, el valor del esfuerzo, la familia, los hijos, los amigos, el amor, la generosidad con los demás.

Se trata de sacar el máximo partido a todo lo que hacemos y disfrutar plenamente de ello, tanto de nuestro trabajo como de las actividades de ocio o descanso. El verdadero entusiasmo nos lleva a conocer y saborear la vida, y a intentar experimentar y conocerla en profundidad para disfrutar intensamente de todo lo que nos ofrece.


2. Rasgos más comunes de las personas entusiastas 

Las personas entusiastas son personas con inquietudes que continuamente desean realizar algún tipo de actividad, conocer otros lugares o tratar a fondo a otras personas. Son alegres y poseen mucha energía.

Buscan experiencias profundas y emociones nuevas. Suelen ser arriesgadas, se entregan por completo a lo que hacen, generalmente son eficaces en su trabajo y llegan incluso a alcanzar grandes logros profesionales, poseen iniciativa, suelen ser exitosos con sus amigos y entregados a su familia.

Valoran mucho lo que tienen y contagian su entusiasmo a quienes les rodean. Sin embargo, para muchas personas tanto entusiasmo y energía puede ser agotador, y lejos de contagiarse suelen sentirse cansados y agobiados, se trata de personas más tranquilas que disfrutan de la vida de manera diferente y que no tienen la necesidad continua de innovar y experimentar que tienen las personas entusiastas.


 3. Actitud ante la vida 

Todos tenemos una tendencia a un determinado estado de ánimo. Hay personas que por naturaleza son menos optimistas que otras, o son catastrofistas y sólo ven los obstáculos y el aspecto negativo de la vida, y otras que por el contrario son entusiastas y con facilidad para ilusionarse y ver lo mejor de cada momento.

Aunque cada persona tiene un carácter y personalidad que le condiciona a tener una determinada actitud ante los acontecimientos y circunstancias de la vida, hemos de destacar que el entusiasmo se puede infundir.

Los padres pueden enseñar a sus hijos a ilusionarse por las cosas y a vivir el día a día con alegría y energía, tratando de evitar cualquier pensamiento negativo.

Contagiar a quienes nos rodean de nuestro entusiasmo es transmitirles energía y enseñarles a afrontar las diferentes situaciones de la vida con una actitud optimista y esperanzada.

Una persona con un carácter claramente entusiasta no se deja vencer por las contrariedades. Sabe encarar la vida y buscar las soluciones a los problemas y dificultades que se le puedan presentar, no se dejan amilanar ante las situaciones difíciles y suele mantener el entusiasmo en todo momento.

Los padres, por tanto, deben inculcar en sus hijos un carácter entusiasmado, crearles un hábito de pensamiento positivo, sacando siempre lo mejor de cada situación y viviendo la vida con intensidad.


4.  Aprende a vivir con entusiasmo

Si piensas que estás viviendo tu vida a medias y has decidido vivirla con más intensidad, pon en práctica alguno de estos consejos:

- Valora lo que tienes. Es necesario valorar lo que tenemos, desde las cosas más triviales hasta las más imprescindibles, es la mejor manera de hacer especial lo nuestro y sentirnos alegres y felices por lo que tenemos.

- Huye de los pensamientos negativos que te hagan caer en la desgana de vivir y que te hagan pensar que tu vida es un sinsentido que carece de interés o de importancia. Piensa siempre en positivo sacando lo mejor de cada situación.

- Disfruta con lo que haces: tu trabajo, estudio, la casa. Debes buscar la parte que más te gusta de tus obligaciones y disfrutarla al máximo intentando compensarla con la que te guste menos para que tus obligaciones no te resulten tan fastidiosas. Piensa que tus obligaciones son parte de tu vida, realízalas con entusiasmo.

- Aprende a motivarte. Motivarse significa disfrutar de lo que uno hace, independientemente de las circunstancias externas, y de encontrar la satisfacción personal con los propios actos. Las personas con un alto nivel de motivación viven su vida con entusiasmo, saben encontrar motivos para estar alegres y para disfrutar plenamente de su vida.

- Actúa con ilusión. Si piensas que tu vida es monótona y crees que carece de interés, intenta introducir algunos cambios y novedades que te hagan vivir el día a día con más ilusión. Plantéate un objetivo concreto que pueda hacer que tu vida mejore y haz todo lo posible por conseguirlo.


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martes, 27 de noviembre de 2012

Agradece que tienes enemigos


Tolerancia - Superacion PersonalTodos sin darnos cuenta deseamos una vida sin problemas ni retos, ¿correcto? Piensa si no en el fondo quisieras que todo fluyera bien en tu vida, que nunca te toparas con problemas de dinero, de salud o problemas en tus relaciones con otras personas.

Podríamos decir que casi todos tenemos o hemos tenido enemigos. 

Personas con quienes hemos tenido conflictos, y que simplemente no logramos llevarla en paz. Tal vez hayas tenido enemigos en tu pasado, incluso desde el kinder, aquel niño que te molestaba todos los días.

O tal vez hoy día tienes algunos enemigos. Alguna persona en el trabajo, o algún vecino, o incluso algún pariente.

Aunque nuestro primer deseo es que nuestros enemigos desaparecieran de nuestra vida, y hacemos lo posible por evitarlos, en realidad son algo que debemos aprender a valorar y agradecer.

Nos referimos a que un enemigo es una persona que realmente te hace enfrentarte a ti mismo. Te obliga a aprender a manejar aspectos de ti, que realmente te hacen crecer y madurar.

Estar con amigos es fácil y realmente no representa un gran reto. Ellos nunca te van a confrontar contigo mismo como lo hace un enemigo.

Con un enemigo tienes la oportunidad de practicar un aspecto crucial de la superación personal, que es la tolerancia.

Puedes practicar tu tolerancia cada vez que enfrentas alguna situación con tu enemigo. La realidad es que las personas son como son por alguna razón que nosotros no podemos entender, y aprender a tolerar es un gran trabajo de superación para ti.

Aprendes a que las circunstancias externas no determinen tu estado de ánimo.

El día que logres estar tranquilo y mantener tu felicidad personal, aún mientras enfrentas a tu enemigo, ese día podrás aplaudirte y reconocer que has logrado un gran crecimiento personal.
¡Y tienes a tu enemigo para agradecerle la oportunidad de crecer!

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lunes, 26 de noviembre de 2012

El ombligo, principal fuente de bacterias



Un equipo de investigadores la Universidad Estatal de Carolina del Norte, en Estados Unidos, ha hallado hasta 2.000 especies de bacterias diferentes que han escogido nuestro ombligo como su lugar de residencia.

En el estudio Proyecto de la Biodiversidad del Ombligo, publicado en la revista PLoS ONE, participaron diferentes grupos de voluntarios y en todos ellos se encontró una gran actividad orgánica.

Según los investigadores, el ombligo es "el portal por el que nos conectábamos a nuestras madres, y el recordatorio físico de nuestro pasado evolutivo", además de ser lugares relativamente aislados donde los microbios se mantienen "a salvo".

Un descubrimiento que ha sorprendido tanto a científicos como a simples aficionados en la materia, porque los biólogos no se habían molestado en analizar la diversidad de la vida microbiana en diferentes hábitats, centrándose únicamente en determinados lugares.


A esto hay que añadir además la complejidad a la hora de clasificar estas bacterias. Lo que está claro es que este estudio refleja nuestra ignorancia de la diversidad microbiana. «Al principio, comenzamos este proyecto para ayudar a la gente a entender el maravilloso sistema ecológico que nos cubre de la cabeza a los pies, por dentro y por fuera», explica Robert Dunn -coautor del estudio-. Pero en algún punto, el proyecto pasó de la divulgación a la ciencia.

El ombligo está menos expuesto que otras partes de nuestro cuerpo a los productos químicos y a la «contaminación» de otras personas con las que nos encontramos cada día, por lo que suponía una muestra de piel ideal para ser analizada por los investigadores.

Algunas de las bacterias encontradas como las arqueas, nunca se había encontrado en la piel humana, y estaban presentes en menos de diez de cada 60 personas. Pero las más comunes, como los estafilococos, eran compartidas por más del setenta por ciento de los voluntarios. Sin embargo, los científicos no han conseguido explicar por qué unas bacterias son más frecuentes que otras en determinados ombligos.

Rasgos como el sexo, la edad o el lugar de residencia no parecen tener la más mínima incidencia. «No conozco ningún estudio que sea capaz de explicar las diferencias en las bacterias de la piel de una persona a otra. Es un gran misterio que permanece vivo ahora mismo en nosotros», señala el científico.
De la misma forma, los científicos intentan conocer cómo modificar nuestro comportamiento de manera que podamos favorecer a las especies que nos mantienen sanos y evitar a las que nos hacen daño. ¿Prestas atención a esta parte del cuerpo o la tienes olvidada?

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