viernes, 30 de septiembre de 2011

La autoconfianza y la empatía mejoran el sexo

Olvídate de lo que otros piensen de ti: ¿te consideras una persona interesante o atractiva o tienes dudas sobre tu aspecto físico y de tu capacidad de agradarle a los demás? ¿Eres capaz de identificarte o solidarizarte con los sentimientos de terceras personas? Del tipo de respuesta que des dependen muchas cosas. Un alto grado de seguridad,  autoconfianza y empatía te ayudarán a desenvolverte con mayor soltura en tus relaciones sociales, laborales e interpersonales, ¡y hasta en tu relación sexual! Así lo ha demostrado un estudio reciente que relaciona estas cualidades con el placer que le brindas y te brinda tu pareja.

El mantener una autoestima elevada es importante para poder funcionar normalmente en todos los ámbitos de la vida. Incluso en el sexo: la seguridad y la confianza en uno mismo parece mejorar el goce y el placer en la cama, así como la empatía con el compañero o la compañera con quien se está disfrutando la relación.

Esto ya lo sospechábamos: es difícil poder disfrutar plenamente un encuentro íntimo si estás preocupado(a) o acomplejado/a por tu imagen, si se te nota el exceso de peso (o de delgadez), o lo que tu pareja pueda pensar de cualquier parte de tu cuerpo de la que no te sientas seguro(a). Pues bien, eso que ya nos dictaba el sentido común ha sido comprobado por una investigación reciente que consideró la opinión de más de 3.200 hombres y mujeres de entre 18 y 26 años de edad al ser consultados sobre su autoestima, la confianza en uno mismo, la autonomía o fortaleza para seguir las convicciones personales, y la empatía o capacidad de asumir la perspectiva del otro en relación al placer en las relaciones sexuales.

De ese modo, los investigadores de la Facultad de Salud Pública de la Johns Hopkins en Baltimore, Estados Unidos, encontraron que la empatía influye positivamente en el placer sexual tanto en los hombres como en las mujeres jóvenes. En ellas, además, la autonomía y la autoestima también parecían contribuir al placer.

Según Adena Galinsky, coautora del estudio, el punto más importante es la asociación entre la empatía y el disfrute sexual.  Coinciden con ella el resto de los investigadores y afirman que la empatía a su vez aumenta la motivación de complacer a la pareja de muchas formas diferentes, no solamente en las relaciones sexuales. 

Además, la persona disfruta “indirectamente” al dar placer al otro.  Esto de por sí refuerza la calidad de toda la interacción de pareja.

Y a ti, ¿cómo te va en este sentido? Cualquier relación por buena que sea, puede mejorar y conviene siempre salirse de la rutina. Pon un poco de ganas e interés para demostrarle a tu pareja cuán importante es para ti y que estás “en sintonía” con sus sentimientos:

  • Demuéstralo con hechos.  Prepara una actividad romántica: una cena que le guste, su música favorita, ese restaurante que siempre ha querido visitar.
  • Escucha atentamente.  Estimula a tu pareja a que hable de lo que le gusta y lo que no le agrada, lo que pueden mejorar entre ambos.  La comunicación efectiva comienza por una buena disposición a escuchar.
  • Dedícale tiempo. Nada surge del vacío. Si no riegas “la plantita” de la relación, se secará.
  • Mucho respeto, por favor. Ese es el cimiento de cualquier buena relación, mucho más de la relación de pareja.  Sean delicados y corteses el uno con el otro.
¿Y si es tu autoestima la que necesita un impulso? Cultivarla es un proceso, no se logra de la noche a la mañana. Es más, hay que alimentarla, al igual que tu relación, ¡todos los días! Aquí te ofrezco algunas sugerencias:
  • Quiérete mucho.  Cuando te venga un pensamiento negativo sobre ti mismo(a), descártalo. Concéntrate en tus virtudes y en tus cualidades positivas.
  • Haz una lista de tus logros y de los aspectos que deseas –y puedes- cambiar de ti mismo(a). Sé realista, no intentes cambiar lo imposible.  Acepta tus limitaciones y trabaja aquéllas áreas que crees que puedes mejorar.
  • Acepta que la perfección no existe, ni en ti ni en nadie más.
  • Trata de ser lo mejor que puedes ser sin compararte con otros. Si alguna persona te inspira como modelo, síguelo, pero no pienses que eres inferior, ni peor.
  • Trázate objetivos concretos, pequeñas metas que puedas alcanzar y que vayan aumentando la confianza en ti mismo(a )y que te den ánimo para seguir adelante.
  • Expresa tus opiniones claramente y sin miedo. Esto es importante, especialmente con tu pareja.
  • Rodéate de personas positivas, que te acepten tal como eres.
Cada paso que tomes para demostrarle a la otra persona lo importante que es y lo que valoras su felicidad, es un paso que das para mejorar la calidad de tu relación sexual. Lo mismo con tu autoestima. Aliméntala y fortalécela a diario para que también te ayude a disfrutar una relación de pareja sana y placentera.

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Enamorarse en el trabajo

Mantener una relación sentimental en el trabajo puede ser un arma de doble filo, por un lado tiene algunas ventajas, pero, ¿qué ocurre cuándo la relación termina o cuándo surgen los problemas?. Cuando el amor surge en el trabajo hay una serie de comportamientos que debemos evitar y hemos de procurar ser discretos ante los demás compañeros.

1. El lugar de trabajo 


El trabajo es el lugar donde pasamos la mayor parte de nuestro tiempo y donde más nos relacionamos con otras personas, con ellas compartimos experiencias, emociones, vivencias, conflictos..., llegamos a tener un gran conocimiento de nuestros compañeros y se producen fuertes vínculos con ellos.
Es normal, por tanto, que se despierte el interés por algún compañero de trabajo más allá de la amistad y de lo profesional y que se formen parejas.
Además, en nuestro entorno laboral es donde encontramos personas con más afinidades y gustos parecidos a los nuestros, lo que une mucho y facilita la atracción hacia alguno de nuestros compañeros.

2. Ventajas e inconvenientes de una relación en el trabajo

Cuando se produce una relación sentimental en el trabajo puede influir de manera muy positiva en el rendimiento laboral, sobre todo en sus comienzos o cuando todo funciona perfectamente, ya que aumenta el interés por ir a trabajar, supone una motivación más, un aliciente y se trabaja con más energía y entusiasmo.

Además, mantener una relación en el trabajo resulta muy cómodo, pues los encuentros pueden ser a la hora de la comida o a la salida del trabajo, por lo que la falta de tiempo para verse no sería un problema.
 
El problema surge cuando la relación se deteriora o finaliza, entonces pueden surgir los reproches o las tensiones. En estos casos, lo mejor es intentar distanciarse de la ex pareja, pedir un cambio de departamento o de oficina, incluso si fuese necesario, pedir unos días de vacaciones hasta que la tensión disminuya.

Otro aspecto negativo de las relaciones en el trabajo, es que en la pareja se produce tal complicidad que da lugar a una gran desconfianza profesional en el resto de los compañeros. Esta complicidad en la pareja puede inducir a pensar que entre ellos se produce un intercambio de información profesional o que se favorecen mutuamente dentro de las posibilidades de cada uno.

Por otro lado, cuando la relación es duradera, la vida social de ambas partes tiende a reducirse al trabajo y la casa, dando lugar a una reducción de la vida social y dejando de tener otros grupos de amigos. De esta forma, su vida social se empobrece.


 3. ¿Qué debemos evitar? 

- Evitar los tratos especiales, ante todo hay que ser profesionales y honestos. Hay que ser especialmente cautelosos cuando uno tiene una posición superior a la del otro y no favorecer a la pareja aprovechado esa posición. Sería un abuso de poder.

- Cada uno tiene unas tareas y funciones que cumplir, no debemos inmiscuirnos en el trabajo del otro. Es muy importante mantener ese respeto y esa distancia.

- Evitar que los problemas profesionales afecten a la relación de pareja o viceversa. Los problemas que surjan en el trabajo hay que solucionarlos en el trabajo y los de pareja fuera del ámbito laboral.

- Evitar conversaciones fuera del ambiente de trabajo que estén relacionadas con este, ya que de lo contrario la relación se empobrecería por no tener nada más que compartir.

- No mostrar comportamientos ni expresiones cariñosas delante de los demás compañeros. Lo aconsejable es ser prudentes y discretos y no hacer demostraciones afectivas en el ambiente de trabajo. Si hay problemas o se está pasando por una crisis tampoco se debe exteriorizar.

- No utilizar una relación sentimental como medio para alcanzar un ascenso laboral o para beneficiar laboralmente a algún compañero.

 4. Cómo actuar si la relación termina 

Si la relación termina, es fundamental, durante algún tiempo, mantener una distancia para que se enfríe. Si lo crees necesario pide un traslado o unas vacaciones para dejar que pase el tiempo.

Hay que procurar tratar a la ex pareja como al resto de los compañeros. No intentes ignorarla ni tampoco trates de demostrarle que estás mejor sin ella. Vuestra relación ha finalizado y ahora sois compañeros de trabajo, trataros como tal.

Es importante evitar hacer comentarios sobre esa relación y sobre vuestra ex pareja con el resto de vuestros compañeros, ni siquiera con aquellos que tenéis más confianza, ahora es un compañero más de trabajo y estos comentarios os pueden perjudicar o hacer daño.
 
Nunca hablar mal sobre esa persona, por muy mal que haya finalizado esa relación o por muy mal que tu ex pareja se haya portado contigo, piensa que vas a tener que seguir trabajando con ella y, por lo tanto, no es recomendable empeorar aún más vuestra relación con comentarios negativos.

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jueves, 29 de septiembre de 2011

Los celos en la pareja: cuándo son dañinos y cuándo no.

Existen parejas que consideran los celos como algo incluso positivo, pero lo cierto es que para algunas parejas, los celos se convierten en una pesada losa de la que tirar en el día a día de su relación, hasta el punto de agotar sus fuerzas y cesar en el intento.

1. Los celos en la pareja 


A lo largo de toda vida en pareja, los celos hacen su aparición aunque esta sea de manera puntual y ante un hecho concreto.

Existen parejas que consideran los celos como algo incluso positivo, pero lo cierto es que para algunas parejas, los celos se convierten en una pesada losa de la que tirar en el día a día de su relación, hasta el punto de agotar sus fuerzas y cesar en el intento.

Descubrir el “modus operandi” de tan enigmática emoción parece una buena idea. Aprender a conocerlos, a identificar las sensaciones que nos provocan y sobre todo descubrir la mejor manera de controlarlos, antes de que ellos sean los que nos controlen a nosotros.


2. De dónde vienen los celos 

Todos parecemos estar seguros de saber de qué estamos hablando cuando hablamos de los celos, sin embargo, la evidencia no debiera ser tal ya que la palabra celos no aparece en el diccionario, al menos en el de Maria Moliner como sustantivo.

Existen el adjetivo celoso/a y el sustantivo celo como "el afán con que una persona se ocupa en mantener algo que le pertenece". En otra acepción, celo "es el periodo de tiempo en el que la hembra de una especie dada es disponible sexualmente". Existen palabras relacionadas como recelo: "aquella actitud de temor o desconfianza ante cierta cosa que se sospecha que puede ocultar algún peligro o inconveniente", que parece vincular a los celos con una emoción relativa a la desconfianza o a la sospecha.

De tales descripciones podríamos intuir que los celos tienen que ver con la propiedad privada, con el sentido de posesión. El mismo vínculo que una persona puede tener con su ganado, sus tierras, su dinero o su territorio. Los celos no son sino una cosificación del otro, una cosificación que se hace en nombre de un derecho de propiedad sobre “algo” que se supone nos pertenece.

Estamos hablando de una emoción compleja, que constituyen una amalgama de sensaciones, pensamientos y conductas relacionadas con un temor, un temor a perder algo que se posee. Parece oportuno diferenciarlos de la envidia, que aparece ante el deseo de poseer algo de lo que se carece. Y es que en ocasiones celos y envidia comparten un territorio común que muchas veces se yuxtapone y converge en una actitud, hipervigilante, temerosa, hostil o hipercrítica. Y es que no siempre se puede poseer a las personas, aunque se tenga la ilusión de estar haciéndolo.


3. Celos y amor 

Los celos se han relacionado con el amor casi siempre como un ingrediente que añade algo de picante a los escarceos de los enamorados y como una prueba de la legitimidad y veracidad del propio proceso de enamoramiento y galanteo.

Un interesante hallazgo de la teoría sistémica es el carácter legitimador de los celos respecto al amor: si alguien es capaz de sentir que los celos son un ingrediente inevitable del amor, está condenado a sufrirlos de por vida, ya que le comunica a la pareja celosa que sus celos operan como expresión amorosa, como demostración de amor.

“Tienes celos porque me amas”. Según la teoría que da como creador de los celos al “amor romántico”, los celosos comienzan su escalada obsesiva con una legitimación que procede, una vez más del ideal de amor romántico. En este ideal anida la creencia de que los celos no sólo son una consecuencia inevitable del amor, sino también una demostración de este.

Pero hay autores que no consideran que esta creencia que liga amor y celos sea un mito. David Buss (profesor de psicología en la Universidad de Texas) en un estudio realizado con estudiantes universitarios estadounidenses señala que un 33% de los encuestados sufre de celos (mostrando síntomas como pérdida de autoestima, abuso verbal, peleas o pánico de ser acosado). Lo más curioso de este estudio, es que el 46 % de los encuestados consideró los celos como una consecuencia inevitable de amor verdadero.


4. Celos positivos 

David Buss señala que los celos, no sólo son normales sino necesarios para fortalecer el compromiso recíproco. Según Buss, unos celos bien manejados pueden enriquecer una relación y añade que la total ausencia de ellos se relaciona con la falta de romanticismo.

En este sentido, el mismo Buss observó en un trabajo con estudiantes de la Universidad de Western (Illinois), como aquellas parejas de jóvenes que mostraban un mayor nivel de celos tenían mayor probabilidad de mantener una relación duradera, es decir aquellas parejas que puntuaron más alto en la escala de celos de David Buss, permanecían juntas 25 años más tarde.

Desde un punto de vista cognitivo-conductual, los datos obtenidos por el profesor Buss que apoyarían la idea de que efectivamente un grado moderado de celos prolonga el éxito de la pareja, se podrían explicar atendiendo a las sensaciones que se producen ante los celos.

Cuando alguien tiene la sospecha de que su pareja puede sentirse atraída por otra persona, ésta acostumbra a experimentar en el clímax del ataque de celos una serie de respuestas similares a la ansiedad (taquicardia, aumento en la frecuencia respiratoria, irritación, nudo en el estómago, etc.) además focaliza su pensamiento en la pareja (¿dónde estará? Últimamente no me hace tanto caso, etc.) e intenta saber de él/ella (llamadas, preguntas a amigas).

Por otra parte, cuando alguien está enamorado las sensaciones que experimenta, aunque los motivos puedan ser diferentes, son muy similares a las enumeradas en los celos; taquicardia, aumento en la frecuencia respiratoria, irritación, nudo en el estómago, focalización de pensamiento en la persona amada (¿Dónde estará? ¿Qué estará haciendo? ¿Le gustaré?) e intentos por saber de él/ella (llamadas, preguntas a amigas).

La paridad de en ambas respuestas fisiológicas, cognitivas y conductuales explicarían cómo las parejas que sienten cierta cantidad de celos son más duraderas, ya que por así decirlo, están más tiempo “enamoradas”. Cuando se agota la sensación de enamoramiento, ésta se mantiene por las sensaciones (cuasi idénticas) provocadas por los celos.

 5. Cuando los celos son un problema 

Reza el “Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales” (DSM-IV) “Trastorno Delirante tipo celotípico”: La característica esencial de este trastorno es una idea delirante, en este caso el tema central es que la pareja esta siendo infiel. Esta creencia aparece sin ningún motivo y se basa en inferencias erróneas que se apoyan en pequeñas pruebas (ropa desarreglada o manchas en las sábanas), que son guardadas y utilizadas para justificar la idea delirante. El sujeto con esta idea suele discutir con pareja e intenta intervenir en la infidelidad imaginada (por Ejemplo, coartando la libertad de movimientos de la pareja, siguiéndole en secreto, investigando al supuesto amante o agrediendo a la pareja).

Una persona patológicamente celosa cree ser dueña de los sentimientos de su pareja, rompiendo el equilibrio que supone la relación de dos personas iguales. Este tipo de celos suelen acabar por socavar la personalidad y el bienestar de ambos.

Por último, cabría mencionar la posibilidad de padecer celos que sin llegar a ser delirantes, si son lo suficientemente tormentosos para el paciente como para ser incluidos en una categoría nueva. Sin embargo, tanto en psiquiatría como en psicología, las celotipias no delirantes simplemente no existen, a pesar de la evidente realidad de este fenómeno.

6. En resumen... 

A pesar de que efectivamente los celos causan un malestar considerable en muchas personas e interfieren en el funcionamiento de otras tantas parejas, lo cierto es que la investigación científica con relación a los celos es más bien pobre y los resultados derivados de esta, no son en absoluto concluyentes.

La razón fundamental que justifica esta ausencia de investigación está en que la aproximación científica a los celos no puede hacerse con el mismo rigor que a otras emociones humanas. Y es que los celos constituyen más bien un complejo constructo difícilmente mensurable, en el que interactúan diferentes emociones y pensamientos.

Y concluimos con la voluntad de haber ayudado al lector, en la medida de lo posible, a conocer un poco mejor a tan escurridizo enemigo, ¿O amigo?. Usted decide.


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miércoles, 28 de septiembre de 2011

Cómo evitar que los niños imiten malos comportamientos

"Seguramente nos parece que nuestros hijos aprenden mas fácil los malos comportamientos que los buenos. Quizás suceda que nosotros no estamos siendo buenos ejemplos para ellos. Los principales maestros de los niños son sus padres." 

A todo joven padre o madre le va a interesar conocer el truco para evitar que sus hijos imiten los malos comportamientos y las conductas agresivas. Y se trata de una solución muy sencilla, y es la de no exponerlos a ellas.

Los niños son pequeñas esponjas que van adquiriendo e incluyendo a su modelo de conducta aquellas manifestaciones observadas en la vida real o en medios de comunicación. Muchos padres optan por evitar que sus hijos vean películas violentas o programas televisivos que no impongan modelos de conducta adecuados para los más pequeños, pero en ocasiones descuidan sus propias manifestaciones.

Todos los adultos tenemos malos comportamientos y actitudes, que exhibimos de manera desapercibida en muchas ocasiones. Puede ser hablando por teléfono, o quizás algún gesto o verbalización respecto del resultado de un encuentro deportivo: debemos tener cuidado, pues nuestros hijos observan cada uno de nuestros movimientos y lo que decimos, y los exponemos a que los perciban como normales, incluso adecuados.

Cuando retamos a los niños por su vocabulario vulgar, y luego repetimos idénticas palabras en su presencia, no estamos haciendo más que confundir el parámetro educativo que llevamos a cabo. Para que los niños comprendan, por ejemplo, que hay una buena manera educada de hablar, debemos imponernos como ejemplos, y evitar las vulgaridades en su presencia. Lo mismo se adecua a nuestros gestos, comentarios y hasta comportamientos.







 Hay padres y tutores que incluyen un sistema de modelos inversos en el proceso educativo, a modo de juego. Se trata de invertir momentáneamente los roles, y permitir que nuestros hijos nos impongan una suerte de castigo ante nuestras malas acciones, palabras y conductas. De este modo, el niño interpreta que sus padres saben que han obrado mal, y que ante una mala acción, hay una consecuencia.
Debemos estar al tanto de nuestras acciones frente a los pequeños, para evitar que las absorban como naturales y normales. Esto incluye nuestro comportamiento general dentro y fuera del hogar, incluso con las mascotas, las plantas y los objetos. La agresividad es fácilmente imitable por parte de los pequeños, y al insultar al árbitro del partido de fútbol en la tele, estamos enseñándole al pequeño que eso "está bien" y que "es imitable".


Por ello, para evitar que los niños imiten los malos comportamientos, debemos comportarnos de manera correcta en su presencia. Además, que nos sirva como modelo educativo a nosotros mismos, para poder ponerlo en práctica en los restantes aspectos de nuestras vidas.

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martes, 27 de septiembre de 2011

Cómo evitar tener adolescentes violentos

La adolescencia es una etapa de transición entre la niñez y la adultez, es un momento en el que los chicos experimentan tantos cambios que puede ser realmente una locura estar en sus zapatos. Actualmente el número de comportamientos violentos en adolescentes se ha venido incrementando, así que debemos tomar medidas para prevenir esta actitud y lograr que se desarrollen con éxito.

La edad en la que comienza la adolescencia puede variar dependiendo de la persona, pues no es sólo un proceso biológico sino todo un conjunto de cambios fisiológicos, sociales y culturales.

¿Cuándo se considera que un chico es violento? De acuerdo con la psicólogo clínico Trinidad Aparicio, un adolescente es violento cuando actúa de manera impulsiva sin reparo, no se adapta a reglas ni normas, es intolerante y agresivo, es el causante de disturbios en el lugar donde se encuentra y pelea sin razón aparente. Estas personas son una amenaza para sus amigos y para toda la comunidad; lo peor es que si no se le presta atención es posible que terminen cometiendo actos delictivos

¿Por qué mi chico se comporta de una manera violenta? Existen muchas razones por las cuales los adolescentes actúan de esta manera:


  • El adolescente se crió en una familia donde no se le ponían límites. Los padres demasiado permisivos pueden generar que sus hijos tengan conductas irrespetuosas, las cuales se van deformando en actitudes agresivas. Padre: A veces los chicos necesitan mano dura.
  • El chico nació con un temperamento agresivo y nunca fue controlado para que su carácter no se forjara con estos parámetros. Las personas nacen con un temperamento, pero el carácter se desarrolla hasta los siete años. Hay tiempo para que mejore, no diga "él es así".
  • Una persona se convierte en violenta cuando copia comportamientos de este tipo de parte de sus padres y otros familiares. Por esta razón hay que dar el ejemplo.
  • En muchas ocasiones los chicos tienen comportamientos violentos debido a que tienen problemas de tipo psicológico o psiquiátrico.
  • Otra posibilidad es que el adolescente esté ingiriendo bebidas alcohólicas o drogas, ya que se ha comprobado que estas sustancias suelen potenciar conductas indebidas en las personas. Si su hijo está comportándose de manera violenta y las razones anteriores no se ajustan, vigile que esto no esté ocurriendo.

No quiero que me hijo se convierta en un adolescente agresivo, ¿cómo puedo prevenir que esto suceda? La palabra clave en este artículo es la educación. Debemos estar conscientes de que los hijos son una gran responsabilidad y en nuestras manos está su futuro. Por esta razón es necesario dar un ejemplo de tranquilidad y calma en todos nuestros pasos, para que ellos nos imiten ya que somos sus héroes.

Desde que el niño viene al mundo debemos establecer lazos de comunicación con él y evitar que esto se rompa a lo largo de los años. Es conveniente que utilicemos aunque sea un momento al día para entablar conversaciones con nuestros chicos y prestar mucha atención a lo que nos dicen.

Evitemos tener en casa cualquier conversación donde se hable de odio y rencor.

Escribamos en una lista los valores que queremos transmitir y trabajemos para que nuestros hijos los tengan.

Hagamos que nuestros hijos se sientan amados, no demos por sentado que ellos lo van a saber. El amor es fundamental para atacar la violencia. Casi siempre los actos delictivos en los jóvenes responden a carencias familiares.

Por último, tenga ánimo y mucha constancia para que su paciencia no se agote.

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lunes, 26 de septiembre de 2011

La difícil tarea de ejercer la autoridad con nuestros hijos

Los adultos se debaten entre mostrarse firmes ante los hijos o permitirles hasta el más mínimo capricho, solo por el temor a que no los quieran más. Lo primero que hay que tener bien en claro, es que enseñar a obedecer se aprende solo cuando quien manda u ordena, lo hace de manera equilibrada y coherente.

Es muy importante crear el acto de la obediencia en los niños desde muy pequeños, y este hábito esté acompañado por el deseo de lograr hijos independientes y responsables, tanto en la niñez como en su adultez.


Porque debemos ejercer autoridad sobre nuestros hijos?

Lo más cómodo suele ser dejar hacer lo que el niño quiera, no marcar límites, sobreproteger, en pocas palabras “malcriar”, lo que desencadenará seguramente en un niño desobediente y en un futuro adulto poco respetuoso e incapaz de cumplir con simples normas de convivencia.

Contrariamente a esta situación, nos podemos encontrar con padres autoritarios, que actúan con fuerza, amparándose en ser los mayores, y que solo lograrán que sus niños sean de carácter inseguro a temprana edad y se rebelen cuando comiencen la adolescencia.

Lo esencial en el arte de mandar es el crédito de lo que decimos. Este crédito no se compra ni se puede pedir prestado por un tiempo, sino que se adquiere y crece cada vez que estamos frente a los hijos, cuando existe coherencia entre lo que piensan y dicen y entre los que hacen y ordenan. Es decir, obrar con el ejemplo.


Como lograr autoridad sobre nuestros hijos, ayudándolos a crecer

Si deseamos lograr entonces, obediencia y niños seguros, confiados y responsables, hay ciertas actitudes que debemos evitar o ciertas cosas que no debemos decir:

  • Tratar de no estar todo el tiempo dando órdenes a los niños; vestite, bañate, anda a comprar, levanta eso...
  • Ubicarnos en la mente de los niños, si queremos que hagan algo, no nos vayamos por las ramas para solicitarlo, debemos ser claros y concisos. Ordenes confusas seguramente terminarán sin ser realizadas o llevadas a cabo sin lograr el resultado deseado.
  • Darle argumentos concretos, el tan conocido “porque yo lo digo” o “porque yo quiero que lo hagas” son frases que podemos hacer que se cumplan sin protestar solo en niños, a medida que vayan creciendo, solo lograremos que se rebelen ante esa razón. Lo mejor es explicar porque se debe hacer tal o cual cosa, aunque no les agrade, al menos ya conocen el fin de la misma.
  • No pidamos a los niños pequeños que realicen tareas que son imposibles para ellos, porque en ese caso solo lograremos dañar su autoestima y que se sientan incapaces o inútiles. Y si las primeras veces no logramos que realicen la tarea tal como deseamos, no hay que recriminárselo, sino felicitarlos y decirles: “muy bien, considerando que es la primera vez…seguramente con el tiempo podrás realizarla mejor, muchas gracias por ayudarme”.
  • No negociar “si haces eso, te llevaré de paseo", o  "si lo terminas pronto, te reglaré un caramelo”. De esta manera estamos logrando buenos comerciantes y no futuros adultos responsables.
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viernes, 23 de septiembre de 2011

¿Cómo afecta la depresión a la sexualidad?

Las enfermedades psiquiátricas frecuentemente provocan cambios en el comportamiento sexual. Las alteraciones anímicas están entre los desórdenes psicólogicos más corrientes, y se caracterizan por trastornos emocionales prolongados que afectan la totalidad de la vida de una persona.

1. Varios trastornos y una misma causa 
 



Los trastornos emocionales adoptan generalmente la forma de depresión anímica, exaltación anímica (euforia o mania), o periodos alternativos de depresión y exaltación, considerado como una enfermedad bipolar o maníaco-depresiva. (American Psychiatric Association, 1987).

La depresión que se presenta sin estar acompañada de estallidos de manía es considerada una depresión unipolar o mayor. Así pues, existen varios tipos de depresión y todos ellos presentan la misma causa bioquímica, un descenso de los niveles de serotonina, neurotransmisor que se encuentra en el cerebro.


2. La depresión, una sensación agónica


El término depresión deriva del latín “depressio”, que significa hundimiento, y como su nombre indica, el estado depresivo es experimentado por quienes la padecen, como una sensación de hundirse lenta y gradualmente.

Se define como el estado mental mórbido caracterizado por lasitud, desaliento y fatigabilidad, acompañado con frecuencia de ansiedad más o menos acentuada.

Es una enfermedad que puede afectar a cualquier persona y a cualquier edad. Si bien es cierto que hay personas más predispuestas que otras a sufrir depresión, esta nos puede afectar a todos.

La Organización Mundial de la Salud estima que un 10% de la población de todos los países desarrollados padece esta enfermedad mental, que afecta a los pensamientos, a los sentimientos, al ánimo, al comportamiento y hasta la salud física.

Se calcula que alrededor de un 15% de las personas sufre una depresión en algún momento de sus vidas. Muchos estudios afirman que afecta más a las mujeres que a los hombres, considerándose que alrededor de un 25% de mujeres son proclives a sufrir depresión.

El descubrimiento de que el cerebro masculino produce más serotonina que el femenino podría explicar por qué algunas enfermedades, entre ellas la depresión, afectan mayoritariamente a las mujeres. Un estudio llevado a cabo por investigadores canadienses, muestra que los varones producen un 52% más de serotonina que las mujeres. Así, las cifras indican que la probabilidad de sufrir este trastorno es tres veces superior en las mujeres que en los varones.


3. Factores de riesgo


No existe una única razón para desarrollar la enfermedad, pero se conocen algunos factores de posible riesgo:

- Las personas con tendencia pesimista, con baja autoestima y que se estresan fácilmente son más propensas a desarrollar una depresión.

- La vulnerabilidad genética a padecer este trastorno, aunque no todas las personas con historia familiar de depresión acaban desarrollando esta patología.

- Se puede desencadenar ante situaciones estresantes como problemas financieros, laborales, pérdida de un ser querido, divorcio...

- Uso prolongado de ciertos fármacos, ante enfermedades crónicas, dietas (la carencia de vitamina B-12 y folato provocan síntomas de depresión), abuso de drogas.

A pesar de conocer algunos factores que pueden provocar su aparición, la depresión puede aparecer cuando todo parece funcionar bien en la vida de la persona.

Puede manifestarse de diferentes formas, dependiendo de la severidad de la misma, la edad o la personalidad previa. No obstante, cuando todo empieza a carecer de sentido y se produce una apatía general durante más de dos semanas de forma que interfiere en la vida social y laboral, es posible que exista un cuadro depresivo. Habitualmente un episodio de depresión suele durar de 6 a 9 meses, prolongándose dos años o más del 15% al 20% de pacientes.


4. Características de la depresión


Los rasgos característicos de la depresión son el ánimo deprimido, sensación de tristeza, desesperanza, pérdida del interés en todas o casi todas las actividades normales de la vida de la persona, o la sensación de presión a causa de dichas actividades. La pérdida de interés en el sexo es muy común en los casos de depresión.

En la depresión mayor, la más común de todos los tipos que existen, los síntomas frecuentes que se desarrollan de forma gradual a lo largo de días o semanas son:

- Pérdida del apetito o aumento exagerado del apetito y peso.
- Problemas para dormir.
- Disminución de la energía.
- Sensación de inutilidad o culpabilidad excesiva o injustificada.
- Dificultad para pensar, concentrarse y tomar decisiones.
- Pensamientos recurrentes de muerte o suicidio.
- Falta de interés sexual.
- Sentirse ansioso o triste la mayor parte del día.
- Sentimientos de ruindad, inutilidad y fracaso.


5. ¿Cómo afecta a la sexualidad?


La pérdida de interés o placer por las actividades cotidianas es el denominador común de las personas que padecen depresión. Existe un desapego general por las personas y las cosas. El área sexual, al ser fundamentalmente interacción con otras personas se desafectiviza y se pierde interés por el sexo.

La mayoría de las personas deprimidas experimentan una marcada reducción de los impulsos sexuales, pero sólo en menos de un tercio de los casos llegan a ser trastornos sexuales mayores como la anorgasmia y disfunción erectil (Kolodny, Masters y Johnson, 1979).

En los casos de depresión crónica es común la falta de deseo (Kaplan, 1983), y con frecuencia se pierde la capacidad para disfrutar de las fantasías sexuales (Woods, 1981). La persona deprimida suele tener pocas fantasías sexuales o pensamientos sexuales.

También existe una pérdida de iniciativa sexual debido a que frecuentemente existe una disminución de la excitación sexual pese a que los mecanismos de excitación sexual permanecen intactos.


6. Combatir la depresión


A pesar del coste personal, familiar y social de la enfermedad, muchas personas niegan padecerla y no buscan ayuda médica. Para combatir la depresión es recomendable un tratamiento integrador, tanto farmacológico como psicoterapéutico.

La farmacología realiza esfuerzos para encontrar antidepresivos eficaces y que no acentúen los problemas de la sexualidad, ya que los efectos secundarios de algunos antidepresivos provocaban falta de deseo sexual y dificultad para alcanzar el orgasmo.

En los últimos años, se ha producido un avance espectacular en el tratamiento con fármacos más seguros, los llamados antidepresivos de última generación, que provocan menos efectos secundarios.

Es importante detectar y tratar precozmente la depresión para evitar posibles deteriores mayores en la vida de la persona, entre ellos posibles disfunciones sexuales.


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La dispareunia o coito doloroso

 

El término dispareunia se emplea cuando el coito resulta doloroso. Aunque el hombre también puede sufrir dolor en el coito, éste es un trastorno más habitual en la mujer por las múltiples causas que lo originan.





 1. ¿Qué es la dispareunia? 

El término dispareunia se emplea cuando el coito resulta doloroso. Aunque el hombre también puede sufrir dolor en el coito, éste es un trastorno más habitual en la mujer por las múltiples causas que lo originan. Según William H. Masters y colaboradores, alrededor de un 15% de mujeres experimentan molestias coitales unas pocas veces al año.

  2. ¿Cómo es el dolor?


El dolor puede variar en cuánto al momento de aparición, la intensidad de la molestia, así como localizarse en zonas concretas del área genital.

- El dolor puede presentarse al principio del coito, considerándose la dispareunia superficial, pero también puede ser profunda cuando el dolor aparece durante la penetración profunda.

- La intensidad del dolor puede depender de la causa que lo origina, así como de la experiencia personal del momento del coito, del grado de excitación y por ende, de lubricación. Las molestias pueden ser leves o pueden resultar muy incómodas y sufridas y las sensaciones que se experimentan pueden implicar escozor, picor, ardor o dolor cortante. El dolor puede estar localizado bien en la zona genital externa, en la zona media de la vagina o bien en la región pélvica abdominal.

También se distinguen diferentes tipos de dispareunia según la prevalencia de aparición:

- Dispareunia Primaria o Vitalicia, cuando el coito siempre es doloroso

- Dispareunia Secundaria o Adquirida, cuando anteriormente se han experimentado relaciones coitales con ausencia de dolor.

- Dispareunia Completa, cuando el coito resulta doloroso en cualquier circunstancia.

- Dispareunia Situacional, cuando el dolor se experimenta únicamente en condiciones específicas.



  3. ¿Qué causas producen dolor en el coito? 

La dispareunia puede ser resultado de factores orgánicos, sociales y psicológicos, pudiendo ser una o varias las causas que originan el dolor en el coito.

En primer lugar hay que considerar que la dispareunia está estrechamente relacionada con la lubricación vaginal. Cuando la mujer está excitada, se produce un trasudado de los vasos sanguíneos del epitelio intermedio del canal vaginal. El trasudado humedece las paredes de la vagina siendo la penetración suave, factible y placentera. Cualquier estado físico que produzca descenso en la lubricación, puede producir molestias coitales.
3.1. Causas orgánicas
Existen algunas causas orgánicas implicadas en la hipolubricación y en consecuencia en la producción de molestias en el coito. Algunas enfermedades favorecen la aparición de la dispareunia, tales como:

Diabetes; hipertensión; estados carenciales de estrógenos: periodo posmenopáusico, periodo posparto…; enfermedades del área genital: infecciones vaginales o del clítoris, enfermedades de la uretra, del ano y de la pelvis, endometriosis…; malformaciones o cicatrices: cicatrices posparto, cicatrices por traumatismo, vaginas tabicadas…

3.2. Por consumo de sustancias y fármacos
La dispareunia también puede ser resultado del consumo de algunas sustancias y fármacos, como son:

- Fármacos antihistamínicos (tratamientos de alergias y resfriados)
- Consumo de marihuana

3.3. Causas psicológicas
En algunos casos, tras tratar y eliminar la causa física que originaba el dolor en el coito, las molestias persisten y el coito sigue resultando doloroso. ¿Qué sucede en estos casos? Es posible, que haya podido desaparecer el precursor del dolor, pero cuando el dolor persiste sin causa aparente que lo produzca, se habla de dispareunia “psicológica”, pudiendo ser de origen orgánico o psicológico:

La dispareunia “psicológica” puede ser de origen orgánico cuando hubo una causa física, como una infección o enfermedad, que provocó molestias en el coito pero que tras su curación, el dolor persiste. En estos casos se asocia la penetración con la experiencia de dolor, se produce el fenómeno de condicionamiento al dolor.

Cuando la mujer tiene miedo a sufrir dolor, el organismo no está relajado, está en alerta y en tensión, y como consecuencia se produce un acto reflejo de contracción involuntaria de los músculos que rodean la vagina. Todo ello implica un descenso de lubricación, y por tanto el coito resulta molesto e incómodo.

Puede suceder que no exista un precursor físico y la dispareunia sea resultado de una o varias causas psicológicas, debido a:

Problemas traumáticos: La adquisición del miedo al coito puede ser consecuencia por haber sufrido traumas sexuales, violación o exposición a algún tipo de agresión sexual…

Problemas relacionales: Puede influir las características de la relación y la situación de la pareja, así como las actitudes y los sentimientos de ambos con respecto a la relación. También puede ser motivo de dolor en el coito, el tiempo dedicado a los juegos preliminares, ya que influye en el nivel de excitación y por tanto de lubricación.

También puede aparecer miedo a hacer ruido (a que les oigan), lo que inhibe y tensa a la persona pudiendo alterarse la fase de excitación. Puede influir los valores sobre la pareja y el sexo, así como sufrir un conflicto de identidad sexual, tener sentimientos de culpa y vergüenza con uno mismo, con respecto a la pareja, a la relación….

Problemas educacionales y/o sociales: Puede perjudicar en la calidad del coito los valores educacionales recibidos entorno a la sexualidad, así como la existencia de prejuicios y tabúes sexuales. También puede ser motivo de dispareunia, el miedo al embarazo y a contraer infecciones de transmisión sexual, miedo a la intimidad…


4. ¿Qué consecuencias tiene? 

Si la dispareunia no es tratada, pueden coexistir problemas adjuntos que hace que aumente la gravedad de la sintomatología.

- La dispareunia puede dar lugar a medio o largo plazo al vaginismo, que es un espasmo involuntario persistente o recurrente de la musculatura del tercio externo de la vagina. Estos espamos causan molestias e incluso impiden la penetración por las contracciones musculares.

- Con el tiempo, el interés sexual puede ir mermando y se produce una alteración en la respuesta sexual, es decir, disminuye el deseo sexual, y por tanto la excitación. Se tiende a evitar el coito porque resulta molesto, y en muchos casos, se acaba evitando casi todo el contacto sexual por miedo a que termine en coito. En estos casos la frecuencia y la calidad de las relaciones se van deteriorando.


  5. ¿Qué causa la dispareunia en los hombres?


En los hombres el dolor al coito se produce mayoritariamente por causas orgánicas, debido a problemas de fimosis, sensibilidad en el glande, contracción de infecciones… En algunos casos, el hombre puede presentar dolor al penetrar o durante la penetración, sin existir causa física que lo provoque.

En estos casos, existiría un componente psicológico causante del malestar. Según la causa que origine el dolor, éste puede estar presente en diferentes zonas:

- Dolor en la zona genital externa: infecciones del pene (herpes genital…), infección o inflamación del prepucio y bolsa escrotal.

- Dolor en la zona genital interna: problemas de uretra, prostatitis y vejiga


  6. Cómo prevenir y evitar el coito doloroso


Para prevenir que el coito sea doloroso, es importante tener en cuenta algunas consideraciones:

- En el caso dela mujer, realizar las revisiones ginecológicas periódicas que aconseje su especialista en ginecología.

- Llevar a cabo antes y después de realizar el coito, una higiene genital adecuada, es decir, lavado con agua.

- Evitar duchas y geles intravaginales, ya que alteran la flora vaginal y la vagina puede ser sensible a contraer infecciones.

- Es importante que la vagina esté lubricada, para ello, habrá que considerar los juegos preliminares para lograr una excitación óptima. También pueden usarse lubricantes solubles en agua.

- Es fundamental una relajación adecuada para poder disfrutar del coito.

- Uso de medidas preventivas adecuadas contra las enfermedades de transmisión sexual y embarazo no deseado. El empleo de métodos anticonceptivos ayuda a reducir el miedo y la tensión.

En los casos que el dolor es inevitable y los intentos de coito resultan sufridos e incómodos, hay que acudir como primera medida al médico ginecólogo/a o urólogo/a para que realicen un diagnóstico o se descarte que la patología sea de origen orgánico.

Es conveniente acudir a un terapeuta sexual para tratar la dispareunia cuando el origen es psicológico. Se recomienda también que en los casos en los que se sigue un tratamiento médico se acuda a terapia sexual para evitar o tratar posibles repercusiones en la relación de pareja.

El dolor coital puede ser un grave problema en las relaciones de pareja y en las relaciones sexuales. El dolor puede producir miedo y ansiedad y las relaciones sexuales peligran tanto cuantitativa como cualitativamente. Tener presente una buena prevención y paliar los síntomas con un tratamiento prematuro y adecuado será fundamental para cuidar la satisfacción y placer en las relaciones sexuales.

Fuente

Los riesgos de infección en una relación sexual

Cuando una persona decide mantener relaciones sexuales con otra, no es suficiente con que exista un acuerdo mutuo y se desee llevar a cabo la actividad sexual, es necesario que además se tengan en cuenta ciertos cuidados básicos que ayudarán a prevenir y evitar algunos peligros de los que uno podría seriamente lamentarse.

1. Cuidar la salud sexual 


Es muy importante tomar conciencia de Salud Sexual. No solo hay que tomar precauciones para evitar un posible embarazo cuando no es deseado, además existen más de 30 infecciones que hay que tener muy presentes, y que fácilmente se pueden contraer durante las relaciones sexuales si no se toman las precauciones oportunas.

Algunas de estas infecciones contagiosas producen síntomas muy molestos, incluso pueden producir la destrucción de órganos internos, llegando a ser letales. Cualquier persona que tenga prácticas de riesgo puede ser víctima de contraer una Infección de Transmisión Sexual (ITS).

Por ello es de suma importancia conocer las causas de las infecciones, cuáles son las prácticas de riesgo, que tipo de infecciones pueden contraerse, cuáles son sus síntomas y tratamiento, qué hay que hacer en el caso de ser portador de una infección, y qué medidas preventivas deben considerarse para evitar el contagio.


2. Causas de las ITS 


Las ITS son un grupo de dolencias infecciosas causadas por diferentes tipos de pequeños organismos vivos. La infección puede ser causa de virus, bacterias, microbios y gérmenes microscópicos.

El denominador común de toda ellas, es que se contagian preferentemente durante las relaciones sexuales. La mayoría de los microbios causantes de estas infecciones, necesitan lugares tibios y húmedos para vivir, por ello infectan las membranas mucosas que cubren la uretra, boca, vagina y ano. Se transmiten por el contacto directo con una lesión o úlcera sobre los genitales o la boca, pero algunos tipos de infecciones pueden estar presentes sobre la piel.


3. Prácticas de riesgo 


La Vía de Contagio de estas Infecciones es mediante el intercambio sexual u otros comportamientos sexuales. Se transfiere a otra persona mediante la relación vaginal, anal u oral. El sexo anal lleva mayor riesgo de contagio de transmitir infecciones, ya que el ano es un órgano en el que residen gérmenes que, siendo beneficiosos allí para las funciones digestivas (saprofitos), si colonizan otros lugares del organismo, dan lugar a infecciones (parásitos).

Cuando se mantiene una relación sexual y no se conoce si la pareja puede ser portadora de una infección, no sólo hay que prevenir o evitar las prácticas coitales, las prácticas orales son igual de arriesgadas y hay que tomar las mismas medidas preventivas. Además de la transmisión por fluidos, existen tres infecciones que pueden contagiarse también por la sangre: la sífilis, la hepatitis B y el VIH.

Las tres infecciones, si no son tratadas, pueden causar daños a órganos internos e incluso pueden provocar la muerte. Otras formas no sexuales de transmitir las ITS son la transfusión de sangre contaminada, la transmisión de la madre al feto a través de la placenta y a través de la leche, al dar de mamar.

 4. Comportamientos de riesgo 


- Tener parejas sexuales múltiples sin protección.
- Tener antecedentes de haber sufrido ITS.
- Ignorar los síntomas por falta de información o por querer ocultarlo, contribuye a su propagación.
- En ocasiones, una persona puede haber contraído una infección y no presentar síntomas, contagiando así a más personas.

Las relaciones sexuales son cada vez más frecuentes, especialmente entre la juventud. El 85% de los casos de ITS aparecen en una población joven, entre los 15 y 30 años.

El alto índice entre jóvenes es debido a que tienden a cambiar con más frecuencia de pareja, no utilizan métodos de barrera para evitar el contagio, no existe conciencia de contagio y no tienen información suficiente contribuyendo a ignorar los síntomas.

En ocasiones, la vergüenza o ignorancia provocan que no se consulte al médico y la infección no es tratada. La vergüenza también ha motivado a la automedicación, siendo un acto completamente perjudicial, ya que es posible cubrir los síntomas sin eliminar completamente la infección.


5. Tipo de infecciones, síntomas y tratamiento

5.1. Infecciones vaginales


- Vaginosis Bacteriana: Infección causada por bacterias anaerobias.
Síntomas: Flujo vaginal maloliente. Algunas mujeres no presentan o no reconocen los síntomas.

- Tricomoniasis: Infección causada por Tricomonas Vaginalis.
Síntomas: Flujo vaginal espumoso y amarillento, picazón o malestar.

- Candidiasis: Infección causada por Cándida Albicans.
Síntomas: Flujo espeso y blanco, con picazón e hinchazón.

Tratamiento de las infecciones vaginales: Se tratan con antibióticos u otros medicamentos.

5.2. Infecciones virales 




- (VIH) Sida: Virus de inmunodeficiencia humana que debilita el sistema inmunitario.
Síntomas: Los primeros meses se experimenta fiebre, escalofrío... Cuando el virus debilita el sistema aparece el síndrome al cabo de unos años, SIDA.
Tratamiento: Existe medicación que reduce el VIH y retrasa el inicio del SIDA.

- (VHS) Herpes Simple: VHS tipo I, manifiesta úlceras labiales, y VHS tipo II manifiesta úlceras en los genitales.
Síntomas: Pueden no presentarse. El herpes puede manifestarse en los genitales, ano y boca a través de úlceras o ampollas. Incluso puede afectar a los ojos. Antes de la aparición de las úlceras, se inicia sensación de quemazón y enrojecimiento. Las úlcera desaparecen y vuelven a salir.
Tratamiento: El virus está presente siempre. No existe cura pero los medicamentos limitan los brotes de las úlceras y calman el dolor.

- (VPH) Papiloma Humano: Virus que produce verrugas en las mucosas y garganta. Puede causar cáncer de cuello uterino, pene y ano. Provoca esterilidad.
Síntomas: Las verrugas son masas protuberantes que no causan dolor.
Tratamiento: Desaparece con láser, electrocoagulación y medicación.

- (VHB) Hepatitis B: Causa lesiones en el hígado y puede transmitirse por vía sexual, a través de la sangre y a través de productos hematológicos.
Síntomas: En su inicio, se presentan náuseas, dolor estomacal, pérdida del apetito y dolores de cabeza. En fases posteriores, hinchazón de los ganglios y daño hepático incluso puede provocar la muerte. Puede curarse o ser crónica.
Tratamiento: Existe una vacuna contra la infección. Recomendable mucho descanso.


5.3. Infecciones bacterianas- Sífilis: La bacteria puede transmitirse además de la vía sexual por la sangre, por tanto transmitirse al feto.
Síntomas: Aparecen llagas en las regiones genitales y la boca y produce lesiones en los órganos internos pudiendo provocar la muerte.

- Gonorrea: La bacteria puede infectar los genitales, el recto los ojos y la garganta. Puede causar esterilidad tanto en el hombre como la mujer.
Síntomas: Pueden no presentarse. En las mujeres, aparece flujo vaginal y dolor pélvico con enrojecimiento del cuello uterino. Entre los hombres, puede suceder un exudado amarillento en la uretra, micción dolorosa y sangre en la orina.

- Chancroide: Infección causada por una bacteria que produce úlceras en las zonas genitales y la boca.
Síntomas: Llagas dolorosas que se hinchan.

- Clamidia: Infección causada por una bacteria que puede infectar la uretra, cuello uterino o los ojos. Puede provocar esterilidad en las mujeres y complicaciones en el embarazo.
Síntomas: Pueden no presentarse. Es común el flujo escaso y transparente de la uretra, irritación y enrojecimiento.

Tratamiento de las infecciones bacterianas: Se pueden curar con antibióticos.



6. ¿Qué hacer si se padece una ITS? 


Es imprescindible acudir rápidamente a la consulta médica. La inmediatez en los tratamientos prescritos favorece la curación. Además, retrasar las medidas curativas, puede provocar secuelas irreversibles.

7. ¿Qué medidas preventivas se pueden utilizar? 


- Utilizar correctamente el preservativo durante la penetración y cuando exista contacto entre mucosas. Si no se dispone de un método de barrera, conviene practicar el sexo más seguro, evitando las prácticas genitales y bucales.

- Es importante realizar una correcta higiene de los genitales.
- Es muy recomendable realizar revisiones ginecológicas / urológicas de forma periódica.

- Acudir al médico cuando aparezca algún síntoma anormal en las mucosas o la piel.

- No automedicarse ni abusar de los medicamentos sin prescripción médica, puesto que se pueden enmascarar los síntomas sin ser tratados.

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jueves, 22 de septiembre de 2011

Superar la soledad

El hombre es un ser social por naturaleza. Desde que nacemos necesitamos afecto, sentirnos integrados en un grupo y mantener relaciones de apego. De ahí que el miedo a sentirnos solos nos pueda provocar inseguridad en algún momento.

1. ¿Qué es la soledad?

Mucha gente experimenta un sentimiento de vacío casi insoportable cuando está sola.

La obsesión por estar todo el día haciendo cosas y la preocupación de tener siempre ocupados los espacios de nuestro tiempo libre, demuestran que nos cuesta estar solos.

Ante esto, conviene saber que aunque compartamos nuestras vidas con los demás, también es bueno estar solos de vez en cuando y disfrutar de ello como una experiencia positiva.

La soledad no deseada es muy dolorosa, por ello hay que aprender no solo a combatirla, sino también a disfrutar de ella.

La soledad es una sensación de aislamiento que nos lleva a una tristeza profunda.

El hecho de encender enseguida la televisión o un aparato de música al entrar en nuestra casa vacía o conectar la radio en el coche antes, incluso, de ponerlo en marcha reflejan la angustia que nos produce el silencio y la soledad.
 
Puede llegar a ser dolorosa, autodestructiva, angustiosa... pero también resultar enriquecedora, creativa, además de una sana y necesaria elección en determinados momentos de nuestra vida.

Se trata, por encima de todo, de una vivencia en la que la autoestima es fundamental; ya que sólo si nos queremos seremos capaces de disfrutar plenamente de la soledad y de sacar el máximo partido de las relaciones que hayamos escogido en la vida para acompañarnos.

2. ¿Qué provoca el miedo a la soledad?

A veces, tras la pérdida de seres queridos, un divorcio, el paro, etc. aparecen sentimientos muy profundos de desamparo que parece que nunca se van a superar, pero es bien sabido por todos que lo normal es que tras un perioda de duelo y con el tiempo desaparezcan.


Se trata de evitar recrearnos amargamente en lo que hubiera podido ser y empezar a reconstruir la vida con optimismo, autonomía, libertad y responsabilidad.

Otras veces pensamos que somos seres incompletos y que sólo a través del amor en pareja encontraremos la plenitud emocional.

Buscamos en el otro aquello que no poseemos, las cualidades de las que carecemos y que creemos que completarán nuestra personalidad.

Esta búsqueda genera relaciones de dependencia, que nos impiden considerar que sólo a través de la confianza en nuestras capacidades y el respeto a uno mismo, podremos amar a otras personas de una forma natural y sana.

Pero la soledad también se sufre, a veces, en compañía y aparece cuando se es consciente de la distancia que separa nuestra alma de la persona con la que convivimos.

En este caso, el desamor y la tristeza que produce la incomunicación puede ser motivo de ruptura, pero para tomar esta decisión es necesario perder el miedo a la soledad y asumir la responsabilidad de reorganizar nuestra propia vida.

 3. Cómo superarla ?

Nos sentimos más vivos cuando nos rodeamos de otras personas y contamos con su apoyo emocional.
 
No hay plenitud sin la relación con los otros, y de ellos buscamos la aprobación, la cooperación, la amistad o el amor como antídotos contra una posible soledad.

Unos hechos que también evidencian que se nos hace difícil entender cómo el disfrute de la soledad, en vez del rechazo hacia ella, es un reto que conlleva la satisfacción de conocernos mucho mejor.

Quienes sacan provecho de su única compañía rara vez se aburren, y no necesitan de un ambiente externo favorable para pasarlo bien, ya que han superado la prueba de la soledad.

De esta forma aprenden a gozar de los demás tanto como de sí mismos, y a estar solos sin sentirse perdidos en el mundo.

La solución consiste en vivir la soledad como una experiencia positiva y equivale a estar satisfecho con uno mismo; a disfrutar de los momentos de nuestra única y exclusiva compañía y tratar de comprender con curiosidad y paciencia nuestro propio mundo interior, pues está lleno de sensaciones, miedos, esperanzas... que ni siquiera hemos empezado a descubrir.

Piensa en todas esas actividades que te han gustado siempre, todos tenemos un montón de actividades en reserva esperando a tener tiempo para poder realizarlas.

Sin embargo, cuando llega el momento y podemos disfrutar de ese instante de soledad nos parece que no somos capaces de hacer nada solos.

No malgastes estos instantes sin hacer nada, pues en soledad pueden hacerse muchas cosas.

Empieza a utilizar tu mente de manera creativa, ocupándola en pensamientos estimulantes: escribir un diario, una carta, leer, meditar...
 
No te maltrates con pensamientos, sentimientos y actuaciones de autodesprecio.
Descubre todo lo bueno que hay en ti y felicítate por ello las veces que sea necesario.

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El lado positivo de las equivocaciones

Nos pasamos la vida tomando decisiones y actuando en función de ellas, y aunque siempre intentamos hacer las cosas lo mejor posible, es inevitable correr riesgos y equivocarnos. Por ello es muy importante que sepamos asumir nuestros fallos, aprendamos de ellos e intentemos sacar el lado positivo.

1. Actitudes más frecuentes

A veces, cuando cometemos un error o nos equivocamos, tenemos cierta tendencia a ignorarlo o culpar a otros. Asumir nuestros fallos e intentar sacar consecuencias positivas de ellos nos va a dar una visión más amplia de la realidad y nos va a dotar de experiencia para un futuro.

Hay personas que no son capaces de asumir la responsabilidad de sus equivocaciones. Creen que nunca comenten errores y los atribuyen a la mala suerte o a malas actuaciones por parte de los demás.

Otros tienen una actitud pasiva y prefieren no tomar ninguna decisión antes de equivocarse, nunca se arriesgan, no soportan el fracaso. Suelen tener muy baja autoestima y para ellos cometer un error es algo terrible y difícil de encajar. Suelen ser personas dependientes y prefieren que otros decidan por ellos. Estas personas difícilmente van a fracasar pero igualmente tampoco van a avanzar.

Por otro lado, hay quien reacciona y actúa con seguridad y, ante las equivocaciones, pone en marcha todo lo que está a su alcance para salir adelante. Son personas luchadoras que ante cualquier error, estudian los motivos e intentan aprender y sacar experiencia de ellos.


 2. Reconoce y asume tus errores

Se trata de aceptar los errores, no como algo catastrófico, sino como una oportunidad para aprender lo que no hay que hacer en ciertas situaciones. Esto nos ayuda a crecer a nivel personal y a aprender de las propias experiencias.

Lo primero que hay que hacer es analizar los fallos lo más objetivamente posible, estudiar motivos que nos han llevado a equivocarnos y reflexionar sobre ello. Es muy importante ser sinceros con uno mismo y tratar de encontrar la verdadera razón del fracaso.

Debemos responsabilizarnos de nuestras actuaciones y decisiones y estudiar como lo podríamos hacer mejor la próxima vez que no ocurra algo similar.

Hay que evitar poner excusas o justificarnos pensando que somos inútiles o que no somos capaces de hacerlo bien. Cuando uno se equivoca es normal sentir cierta angustia o desconcierto pero hay que evitar que la ansiedad nos paralice o nos lleve a pensamientos negativos que afecten a nuestra autoestima.


 3. Actitudes positivas  

- Evita los sentimientos de culpa. No olvides que cometer errores no significa que seas un incompetente o un fracasado. Las equivocaciones no miden tu valía personal, por lo tanto, evita los sentimientos de culpa y sustitúyelos por otros de comprensión.

- Aprende de la experiencia. Utiliza el error para motivarte e intentarlo de nuevo. Utiliza la situación en tu propio beneficio, no olvides que haberte equivocado te ofrece información para mejorar tu forma de actuar y decidir en un futuro ya que es bien sabido que hay muchas situaciones que se repiten varias veces en la vida. Ante situaciones similares no te derrumbes ni te autocompadezcas, ten muy presente que estas situaciones nos permiten madurar y crecer interiormente.

- Rectifica cuando sea posible. No te paralices, actúa, rectifica cuando sea posible, pide ayuda de tus amigos, etc. Nunca dejes de luchar con conseguir tus objetivos, la ilusión es la clave para superar un fracaso. Utiliza toda tu energía para luchar por aquello que quieres, sin derrumbarte. Esto te va a ayudar a madurar y a aprender cada día algo nuevo.

Quienes no aprenden de sus errores suelen tropezar una y otra vez con el mismo problema. Esto es porque prefieren ignorar sus fallos como mecanismo de defensa antes que admitir su equivocación. Aprender de los errores implica analizar cómo debemos comportarnos para no volver a repetir modelos de conducta equivocados.
 

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El error de querer cambiar al otro

Querer corregir ciertos aspectos de la personalidad de nuestra pareja es un error en el que todos alguna vez hemos caído. En la pareja es muy importante que ambos conserven su propia personalidad, pero también es necesario que ninguno intente cambiar al otro. Deben aceptarlo con sus cualidades y sus defectos.

  1. ¿Cambiamos al iniciar una relación?


Al comienzo de una relación todos tendemos a adaptarnos a nuestra pareja, cambiamos algunos aspectos de nuestro carácter y modificamos parte de nuestros comportamientos para hacer más agradable y fácil la relación.
 
Tratar de adaptarse el uno al otro forma parte de la propia relación, ya que no somos iguales ni tenemos exactamente las mismas aficiones, objetivos, inquietudes... Para lograr una buena relación tendremos que ceder y renunciar con frecuencia a los propios deseos.

Normalmente siempre aprendemos algo de las cualidades de nuestra pareja y de su forma de ser y actuar, lo que nos motiva a esforzarnos para hacer las cosas de forma distinta.

Cada persona nos aporta cosas diferentes. De todas podemos aprender y todas pueden inspirarnos a cambiar algo en nosotros para superarnos o mejorar, especialmente aquellas personas por quienes nos sentimos atraídos o enamorados. Poseen mayor influencia sobre nosotros, puesto que las valoramos más y le damos más importancia a todo aquello que hacen o dicen.

Son cambios positivos, que se producen de manera voluntaria y espontánea, ya que es una forma de evolucionar.

El problema surge cuando es la otra persona quien espera de nosotros esos cambios e intenta influir para que éstos se produzcan.

 2. ¿Por qué deseamos cambiar a nuestra pareja?


Hay quienes constantemente desean cambiar cosas de su pareja, critican esto o aquello y siempre sugieren qué debería hacer o cómo debería comportarse. En casos extremos, se trata de personas poco tolerantes y autoritarias que pretenden coartar la libertad del otro porque su conducta no se ajusta a su criterio o personas excesivamente maniáticas, que no pueden controlar sus impulsos de estar constantemente corrigiendo aquello que les molesta.

En muchas ocasiones, este intento se produce porque en la fase del enamoramiento no percibimos los defectos de la pareja o no le damos importancia. El enamoramiento nos produce un efecto transitorio en el que no vemos los defectos ajenos. Es con el paso del tiempo cuando empezamos a observar los defectos, manías y costumbres de nuestra pareja. Tendremos que aceptarlos y asumir que hay cosas que no se pueden cambiar.

Sin embargo, este deseo de querer cambiar algún aspecto de nuestra pareja se produce en casi todas las parejas: formas de vestir, palabras que no deben decir, codazos disimulados y pataditas por debajo de la mesa...

Algunos lo aceptan de buen grado, pero muchos se sienten obligados, porque en caso contrario tendrán que enfrentarse a caras largas y a algún que otro enfado.

Distinto sería tratar de corregir determinados comportamientos que podrían estar perjudicando a nuestra pareja, como por ejemplo hacerle ver que está siendo imprudente o indiscreta, o que su falta de organización está perjudicando a quienes trabajan o conviven con ella. O intentar que tenga las mismas aficiones que nosotros para compartir momentos de ocio juntos, etc. Esta sería una actitud positiva.

Tenemos que tener en cuenta que cuando intentamos cambiar a nuestra pareja y estamos continuamente corrigiéndola o resaltándole sus defectos, podemos dañar su autoestima o hacerle sentir como un auténtico desastre lleno de defectos. Cuando nos comportamos así, puede convertirse en un suplicio para ella y es muy probable que pierda el interés por estar con nosotros.
 
Es muy importante que la aceptemos como es, con sus defectos, manías?no podemos empeñarnos en que deje de hacer tal cosa o haga esta otra porque a nosotros nos guste más ni pretender que sea de una forma determinada ni que se comporte de acuerdo a nuestro criterio.
Si todo lo que hace nuestra pareja nos molesta, probablemente el problema no está en ella sino en uno mismo, tal vez ya no estemos enamorados de ella o nos estamos cansando de esa relación.

3. Ser tolerantes con sus defectos


Al principio una relación vemos los defectillos o manías como algo gracioso y peculiar de nuestra pareja, pero con el paso del tiempo nos ponen de los nervios y no podemos aguantarlos, aquello que antes nos parecía gracioso ahora nos resulta insoportable.
 
Con el tiempo nos volvemos más intolerantes con los defectos de nuestra pareja y deseamos que los corrija. Si algo nos molesta mucho debemos decírselo pero con tacto y respeto. No podemos obsesionarnos con sus comportamientos. Estar constantemente corrigiéndole nos convertiría en una persona insoportable.

Aunque se trate de auténticos defectos que sería aconsejable corregir, nadie puede exigirle que los modifique, sería mejor sugerirlo o ayudarle con paciencia a corregirlos siempre y cuando, así lo desee ella. Nadie puede forzar a otro a cambiar.

Cuando insistimos en exceso o lo intentamos de malas formas, podemos hacer que se sienta atacada y obligada a comportarse según nuestro modo de verlo, sin que ella lo comparta o simplemente lo desee. No podemos estar continuamente resaltando los defectos de los demás.
 
Debemos ser conscientes de las limitaciones y posibilidades de nuestra pareja, aceptar aquellos defectos que no puede superar y no esperar por encima de sus posibilidades. Tenemos que renunciar a la idea de modificar aquello que no nos gusta de ella, porque no depende de nosotros, no somos quien para juzgar sus actitudes o comportamientos.

Es importante darnos cuenta de que nosotros también tenemos defectos o manías que pueden molestar al otro y que, probablemente, nos esté aguantando sin decir nada.

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miércoles, 21 de septiembre de 2011

La importancia de las tertulias familiares

Con la práctica frecuente de las tertulias, vamos creando vínculos muy profundos con nuestra familia. A través de ellas, obtenemos un mayor conocimiento de nuestros hijos y ellos de nosotros; se fomenta así una mayor comunicación. Veamos qué podemos hacer para que las tertulias sean un rato agradable y entretenido para todos. 
 1. Un encuentro familiar

Las tertulias familiares son reuniones informales en las que padres e hijos conversan de forma natural e improvisada sobre cualquier tema que sea de interés para ellos.

Si desde pequeños vamos acostumbrando a nuestros hijos a contarnos lo que hacen o lo que les ha sucedido a lo largo del día, estaremos fomentando la comunicación con ellos, fundamental a cualquier edad pero aun más en la adolescencia, etapa en la que son más vulnerables e influenciables.

Estas reuniones familiares deben realizarse habitualmente, a ser posible todos los días. Hay que buscar el momento idóneo. Lo normal es que sea después de comer o de cenar, según pueda organizarse cada familia. No debemos preocuparnos si estos encuentros no pueden ser a diario, lo esencial es que se produzcan con asiduidad y que se conviertan en una costumbre familiar.

Las familias que tienen esta costumbre, van creando a través de las tertulias unas bases de confianza y respeto que serán fundamentales para la relación padres-hijos.


2. Beneficios de las tertulias 

Con las tertulias nos adentramos en el mundo de nuestros hijos, llegamos a obtener una gran confianza y un mejor conocimiento de ellos, observamos su actitud y manera de pensar ante determinados temas, conocemos sus inquietudes y aquello que más les interesa o que más les preocupa.

Del mismo modo, ellos conocen cómo pensamos nosotros y cuáles son nuestros planteamientos e intereses. Son por tanto, un medio muy eficaz para educar, ya que a través de ellas obtenemos un amplio conocimiento de nuestros hijos y, por tanto, descubrimos cuál es la mejor forma para corregirlos, orientarlos y transmitirles valores como la responsabilidad, la tolerancia y el respeto a los demás.

A través de ellas, también les enseñamos a pensar y a reflexionar para que en todo momento tengan las ideas claras y criterio propio y no un criterio de masas. Conseguiremos también que sean más comunicativos y que tengan más capacidad de expresión.

Otro beneficio de las tertulias es que pueden despertarles el interés por temas muy diversos. Conforme se van haciendo mayores debemos ir abarcando todo tipo de temas: actualidad, geografía, política, familia... y transmitirles conocimientos y experiencias personales, que harán que despierten su interés por todo lo que les rodea y que sientan necesidad de ampliar sus conocimientos.


3. Las tertulias y el sentido del humor   

Los padres deben conseguir que sea un rato agradable para toda la familia, evitando discusiones innecesarias y procurando un clima distendido y relajado. Deben lograr también que sean interesantes y divertidas y que prevalezca, en todo momento, el sentido del humor.

En ocasiones, pueden surgir discrepancias que hagan que el ambiente sea tenso o que alguien ridiculice el punto de vista del otro, que no se respeten las intervenciones o que no se preste atención a lo que se dice. En estos casos, los padres deben intervenir para suavizar la tensión y la mejor forma de hacerlo es con sentido del humor.

En lugar de ejercer nuestra autoridad como padres, hagamos una broma de esa mala actitud de nuestro hijo con una frase divertida o una comparación oportuna. De esta forma, también podrá entender lo ridículo e inoportuno que ha sido su comportamiento. El humor es una buena salida para que las discusiones no vayan a más y para calmar la tensión en algunos momentos.

No podemos olvidar que lo que pretendemos de las tertulias es que sean un encuentro agradable para todos. Si además tenemos en cuenta la facilidad de todos los niños para reír, entonces debemos aprovecharlas para fomentarles el sentido del humor a través de ellas.

Introducir de vez en cuando un chiste gracioso o contar anécdotas de forma divertida buscando que nuestros hijos se rían e invitándolos a que ellos hagan lo mismo, hará que su sentido del humor se desarrolle y por tanto, que sean niños más felices.


4. Claves para que las tertulias tengan éxito  

- Escuchar atentamente. Dejar hablar a los niños permitiendo que den sus opiniones y puntos de vista, sin interrumpirles para darles algún consejo o para hacerles alguna pregunta hasta que no hayan terminado su intervención. El niño debe saber que puede expresarse tranquilamente, sabiendo que lo están escuchando con atención y sin prisas. De igual forma, ellos también deben respetar el turno de los demás.

- Mostrar interés por su vida fuera del hogar. Preguntarles por sus amigos más cercanos, qué ha hecho en el colegio o cómo le ha ido el partido de fútbol. Los hijos agradecerán nuestro interés y sabrán que pueden contar con nuestra ayuda en todo momento, porque conocemos su mundo fuera de casa y nos interesa y preocupa todo lo referente a ellos.

- Comunicación entretenida. Los padres también deben contar a sus hijos algún acontecimiento que les suceda a lo largo de los días, pero de forma entretenida y procurando que les entiendan perfectamente. Deben hablarles también de sus compañeros de trabajo y qué relación tiene con ellos. Esto permitirá que los niños vayan conociendo el mundo de sus padres.

- Respeto mutuo. Es fundamental que exista un profundo respeto entre todas las personas que forman la tertulia. En ningún momento se debe ridiculizar la intervención de nadie, ni hacer gestos o decir palabras que demuestren que su intervención para nosotros es un fastidio.

- Crear un buen ambiente. Aunque estemos cansados, de mal humor o hayamos tenido un día muy duro, no podemos permitir que nos afecte en nuestra tertulia diaria. Hemos de estar preparados para darles lo mejor de nosotros a nuestra familia y hacer todo lo posible para pasar un buen rato con ello.



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