viernes, 2 de septiembre de 2011

Cómo reavivar la pasión

Muchas veces, dos personas sienten la atracción sexual mutua durante el día, mientras están separadas, pero pierden esa sensación cuando llegan al hogar. Por ejemplo: el esposo, en su trabajo, puede echar de menos a su mujer y sentirse excitado, pero en cuanto llega a casa pierde la atracción. La mujer también puede desear más romance, pero en cuanto entra desaparece la sensación.

Esto tiene causas diversas. Puede ser, simplemente, que las responsabilidades domésticas de atender al hogar y a los hijos arrojen su sombra sobre los sentimientos románticos. Un exceso de rutina sofoca la pasión.

También puede ser que haya pequeños resentimientos no resueltos después de un diálogo incómodo o una discusión. Aunque el tema esté mayormente solucionado, no ha quedado resuelto de una manera ideal. Fuera de casa es fácil olvidar el desacuerdo, pero cuando la pareja llega al hogar todo vuelve vagamente y, de pronto, la atracción desaparece. Cuando en la vida de pareja se reaviva la pasión, el amor que se comparte
durante el sexo puede lavar esas pequeñas manchas y suavizar aristas rugosas.

Aunque, como regla general, es preciso arreglar la relación antes de disfrutar del sexo, a veces un amoroso acto sexual produce en la relación una enorme mejoría. La mujer, al abrirse al sexo, puede abrir a su compañero al amor que le inspira. A veces, aunque sólo sienta frialdad, practicar el sexo con él y sentir su amor puede volver a abrirla.

Puede que la pareja haya perdido, sencillamente, el hábito de hacer el amor con regularidad. Fuera de la casa están en libertad de experimentar sus deseos sexuales, pero en el hogar se impone la vieja rutina de prescindir del sexo. Una vez que se
lo aparta al último rincón, cuesta volverlo al centro sin emplear técnicas avanzadas. Si se conocen las técnicas necesarias, aunque la pasión haya desaparecido suele ser muy fácil
reavivarla.

Fuente: Libro Martes y Venus en el dormitorio, de John Gray.-