Para satisfacer esa necesidad femenina, el hombre necesita entender primero qué es el romance. Recibir tarjetas, flores y pequeños regalos, las noches de luna, las decisiones espontáneas y las invitaciones a comer afuera: todo eso habla de romance.
No se puede decir que ellos no estén dispuestos a crear una relación romántica; lo que pasa es que no entienden por qué debe ser tan importante. A él le gusta comportarse con romanticismo en un principio, para demostrar que ella es muy especial; pasada esa tapa, el instinto no le dice que deba seguir haciéndolo. Probablemente, si él hubiera visto a su padre actuar siempre románticamente con su madre, eso no tendría que ser una habilidad aprendida.
ROMANCE Y COMUNICACIÓN
Para que el romance prospere, ella necesita sentirse escuchada y comprendida todos los días. En los comienzos de una relación, no conoce del todo al hombre y puede imaginar que él le presta atención, la comprende y la valora. Esa sensación positiva es campo fértil para él romance y la pasión. Sin embargo, bastan algunas desilusiones para romper el hechizo.
Cuando el hombre no ha desarrollado la habilidad de escuchar y comprender a una mujer, o cuando ella se resiste a expresar los sentimientos que surgen naturalmente, tarde o temprano sentirá que no se la escucha y perderá interés. Por lo general, ni siquiera sabe qué pasó. Hasta es posible que él haga gestos románticos, pero éstos ya no tendrán la misma magia. Hasta las flores sin cortar pierden su potencia si la mujer no se siente diariamente escuchada.
Hablar es una gran necesidad femenina. No obstante, para comunicar el amor sin palabras prestan un gran servicio los ritos románticos, con los que se puede decir: "Te amo y me intereso por ti". Con el apoyo del romance, la comunicación se hace mucho más fácil.
Fuente: Libro Martes y Venus en el dormitorio de John Gray.-