La mitomanía, por su parte, es un trastorno psicológico que consiste en mentir de manera compulsiva y patológica.
El mitómano falsea la realidad para hacerla más soportable e incluso
puede tener una imagen distorsionada de si mismo, generalmente con
delirio de grandeza (lo que produce una gran distancia con la imagen
real).
Lo habitual es que el mitómano mienta sin valorar las consecuencias
de sus mentiras. Por eso adopta a la mentira como parte de su
comportamiento social y crea sistemas falsos para sostener todos sus
engaños.
Por ejemplo: “Juan es mitómano, siempre habla de sus viajes por el mundo pero ni siquiera tiene pasaporte”, “Una cosa es decir una mentira piadosa, otra es convertirse en mitómano”, “La verdad es que no sabría cómo actuar si tuviera un familiar mitómano”.