La palabra asertividad proviene del latín assertus y quiere
decir “afirmación de la certeza de una cosa”.
Hace referencia a la
capacidad de trasmitir y recibir mensajes de manera honesta, oportuna y
respetuosa. Su uso reside en llevar a cabo una comunicación efectiva que
permita defender los derechos propios y respetar los ajenos. A la hora
de ponerla en práctica, debe diferenciarse entre conducta asertiva,
pasiva (infravaloración de las propias opiniones y sentimientos) y
agresiva (sobrevaloración de las opiniones y sentimientos personales).
La falta de asertividad suele darse en personas que tienen problemas a
la hora de relacionarse y baja la autoestima. Por lo que su uso puede
ayudar a mejorar la interrelación entre individuos y a reducir el
estrés.
La asertividad también se refleja en el canal no verbal (los
gestos, las expresiones faciales, la postura corporal o los componentes
paralingüístícos). Ya que una persona puede resultar poco asertiva si
hace un uso inadecuado de la comunicación no verbal.
Para iniciar tus primeros pasos hacia una conducta asertiva debes
seguir unos principios generales y unos derechos asertivos que
fortalecerán tu persona ante ti mismo y antes los demás. Te recomendamos
el libro “Cuando digo no, me siento culpable”, del psicólogo Manuel J.
Smith. En esta obra su autor plantea que el ser humano nace asertivo y
la sociedad lo vuelve inasertivo. Además proporciona, entre otras
cuestiones, unas técnicas muy útiles para conseguir ser más asertivos
(disco rayado, autorrevelación, banco de niebla, interrogación negativa y
aserción negativa).
Dentro de la bibliografía sobre la asertividad, también destacan
otras obras como: “El entrenamiento asertivo”, de Lic. Dionisio F.
Zaldívar Pére; “Sea Asertivo”, de Beverly Hare; y “La asertividad:
Expresión de una sana autoestima”, de Desclée De Brouwer.
Fuente
