A todos
nos ha pasado ser víctimas de algún tipo de chantaje
emocional. Es casi inevitable serlo en ocasiones e incluso todos somos
culpables de chantajear a otros.... sin darnos cuenta, claro.
¿A qué nos referimos con chantaje emocional? Bueno, si alguna vez te has dicho algo como: “mejor ya no le digo nada, no se vaya a enojar”, o “prefiero no decirle la verdad para no lastimarla”, entonces sin darte cuenta has sido víctima de un chantaje emocional.
Con esto no queremos decir que necesariamente hay que ser descarados e insensibles a los sentimientos de los demás, ni que cada vez que decidimos cuidar lo que otro siente forzosamente se trata de un chantaje emocional. No se trata de eso. Se trata de identificar si hay personas con quienes se da constantemente el que no puedas hablar con absoluta sinceridad ya que eso resultaría en que se moleste o se ofenda.
Piensa
es si es tu caso con alguien cercano a ti. Hay personas que nunca
se atreven a decirle a su madre lo que realmente piensan porque saben
que se ofendería. O no le dicen a su pareja que no quieren
ir a cierto restaurante porque saben que se molestaría.
Cuando
tememos que el otro se moleste o se ofenda, nos limitamos a decir
lo que realmente sentimos y pensamos, hacemos a un lado nuestras
necesidades, y entonces somos víctimas de un chantaje emocional.
Muchas
veces la otra persona “se ofende” o “se molesta”
con facilidad, porque ha aprendido que de esa manera logra que los
demás le den gusto en vez de contrariarlas. Esto es algo que
hacen de manera inconsciente claro está (por lo menos la mayoría
de las veces es así). Y la verdad es que les funciona muy bien
porque efectivamente los demás prefieren darles gusto y callarse
sus propias necesidades.
Lo cierto
es que cada vez que tú decides callar tus necesidades por temor
a causar una molestia en otra persona, en realidad estás
cuidando lo que tú sientes, no lo que siente el otro.
Estás cuidando no sentir la culpa o el miedo que sientes cuando
alguien se ofende o se molesta contigo, y con tal de evitar eso, mejor
cedes y le das gusto.
Ahí es cuando eres víctima de un chantaje emocional, que muchas veces la otra persona ni siquiera lo hace con intención, pero tu te enganchas de inmediato.
La mejor
manera de evitar caer en estos chantajes, es en vez de evitar causar
emociones negativas en ti o en la otra persona, hablar sobre lo que
sucede. El mejor antídoto para
un chantaje es hablarlo. Poder decir algo como
“Me doy cuenta de que te has molestado por lo que te dije. Me
gustaría saber qué te molesta de eso”, o
“Veo que te ofendiste conmigo por lo que comenté,
me puedes decir qué te ofendió?”
Abordar
de manera directa la situación abre las puertas al diálogo
y elimina cualquier tipo de chantaje emocional y desarma a la otra
persona. Las personas con una alta
autoestima son las que pueden enfrentar con mayor facilidad
las molestias y los desacuerdos con los demás, sin sentirse
amenazadas o vulnerables. Sin sentir que tienen que hacerse a un lado
para darle gusto al otro. Las personas con una autoestima
sólida saben manejar y mediar entre sus propias
necesidades y las de los demás, sin dejarse aplastar pero sin
aplastar al otro. Se trata de llegar a un acuerdo que beneficie y
atienda las necesidades de ambas partes.
Así es que pon atención a la manera como te relaciones con los demás, y qué tanto haces tus necesidades a un lado, o que tanto puedes manifestarlas y escuchar las de otros para llegar a un acuerdo.