miércoles, 14 de marzo de 2012

Como decir "no" sin perder amigos

Es difícil mantener tu punto de vista y no dejarte influir por el grupo, sin perder a los amigos. Pero se puede y aquí te explicamos algunas técnicas. 
 
"Yo no lo quería hacer, pero los demás se empeñaron" ¡Cuántas veces hemos oído esta frase en labios de un adolescente!.

La presión del grupo, un amigo que influye demasiado en él, guardar las apariencias, poca confianza en sí mismo... Todas ellas son razones que, en ocasiones, pueden llevarle a hacer lo que no quiere... porque "todos lo hacen".

Y no sólo el grupo de amigos: la televisión, la manipulación de ciertos medios informativos, la publicidad... Existen numerosos elementos en la sociedad actual que buscan una determinada respuesta del adolescente.

Por eso, educarle en el mundo de las habilidades sociales es más urgente que nunca: ha de ser capaz de decir NO a lo que no le conviene, a lo que no quiere.


No se trata de proclamar el NO sin más, automático y sin sentido; cualquier persona, y más un adolescente, ha de aprender a ser coherente con lo que piensa, sabiendo defenderse cuando la presión del grupo o de alguien le acorrala. Muchas veces tendrá que decir NO a lo que le ofrecen como condición para decir SÍ a lo que piensa y siente.

El grupo de amigos

Tomar decisiones sin verse presionado es casi imposible. Dejarse influir es también un arte que hay que aprender. Nuestro hijo se relacionará, y más durante el verano, con gente de muy distinto tipo.

Durante estos años difíciles de la adolescencia recibirá numerosos estímulos para participar, probar, hacer, participar, probar, hacer, protestar... Y, a la vez, no puede dejar de ser él mismo. Saber combinar ambas actitudes es la primera de las habilidades sociales.

Por eso, a veces, hay que saber "enfrentarse" a los demás, para poder decir SI o NO libremente; tener la cabeza fría para hacer lo que realmente quiere hacer.


Lo difícil para un adolescente radica en conseguir mantener sus puntos de vista, sus opiniones... sin perder los amigos, sin perder el aprecio de los demás, sin echar por la borda su influencia en el grupo y sin alterar radicalmente las propias convicciones. No es tan fácil, ¿verdad?

Soy como soy

Cuando un amigo de nuestro hijo o hija le sugiere un plan para el viernes por la noche que no le interesa, su primera reacción, casi automática (al igual que nosotros haríamos) consistirá en inventar una excusa: -"Lo siento, me gustaría, pero no puedo ir; tengo visita"; y lo mismo ocurre cuando un compañero le pide los esquemas que tanto ha tardado en elaborar: "Lo siento, no me los he traído".

Parece como si nos viéramos obligados a mentir para zafarnos del inoportuno o para no herir los sentimientos de nuestro amigo. Y, al mismo tiempo, nos damos cuenta de que no está demasiado bien obrar así.

El primer principio de las relaciones sociales ha de ser el del respeto mutuo: cada uno tiene el derecho a ser como quiera, sin tener que dar excusas ni explicaciones a nadie de lo que pensamos, de lo que hacemos, de si cambiamos de opinión (ayer dije que iba, pero hoy no)... Especialmente, cuantos menos grados de intimidad nos unan a la gente con la que tratamos.

Con los buenos amigos, resultaría raro cerrarnos en banda sin más explicaciones. Pero si son buenos amigos, nunca intentarán influirnos o presionarnos.

Hemos de enseñar al adolescente que está en su pleno derecho para no dar razones que justifiquen su comportamiento ante los demás: "No quiero beber esa segunda (o tercera, cuarta) cerveza, y no tengo que explicar si es porque nunca bebo, porque no me dejan, porque no me atrevo... Simplemente, no quiero".

Seguridad en sí mismo

Las habilidades sociales y las técnicas para resolver conflictos sin perder los amigos tienen una finalidad clara: ayudar a nuestro hijo a sentirse seguro de sí mismo y a relacionarse con los demás lleno de confianza. Son como unas herramientas para vivir en sociedad.

Sin embargo, lo importante es que sepa lo que quiere, que viva con coherencia, que tenga ciertas convicciones que le hayamos intentado enseñar en casa. Ese es el bagaje valioso. Podemos enseñarle a conducir... pero ha de tener primero un coche para que le sirva.


Habilidades sociales

Algunas de las principales habilidades sociales son:

-Tener modos de resolver conflictos, sin cortar con el otro y echarlo todo por la borda. Nada es blanco o negro. Saber llegar a compromisos, cuando no está en juego algo básico.

-No hacer de las fricciones algo personal. Todo ello tiene que ver con la paciencia, con la flexibilidad, con la tranquilidad.
-Saber tomar decisiones, aun a riesgo de que no gusten a todos. Atreverse a decir SI o NO, con firmeza, cuando no quede más remedio.
-Saber mantenerse en una postura, aunque intenten influirnos. Aprender a ser persistentes.

-Atreverse a preguntar por qué, sin ser pesado, pero obteniendo respuestas e información de lo que no se sabe. No hacer nunca dejación de derechos ni dejar pasar las situaciones para reclamar lo que sea necesario. Hablar en vez de callar. Nunca criticar por lo bajo sino abiertamente.

-Saber convivir y relacionarse, aunque nos molesten ciertos comportamientos. Nadie es perfecto del todo.

-Saber cómo establecer con rapidez una conversación.

Para adquirir estas habilidades sociales puede ser conveniente utilizar ciertas técnicas de comunicación social: disco rayado, compromiso viable, banco de niebla...

Disco rayado


Consiste en repetir, una y otra vez, lo que queremos... pero sin enojarnos, sin irritarnos y sin levantar la voz. Los problemas con los demás suelen llegar muchas veces a causa de que, o bien, dejamos aflorar nuestras pasiones, o bien, cedemos para no molestar al otro.
Sin embargo, en ningún lugar está escrito que haya que hacer una tragedia de un "tira y afloja" con nuestros amigos. Se utiliza esta técnica cuando se ponga en juego alguna cuestión que consideremos esencial.

Si, por ejemplo, los amigos quieren poner dinero para comprar "whisky" y emborracharse esa tarde, simplemente hay que mantener nuestra postura machaconamente, sin tener que dar justificaciones y sin desviarnos ante sus críticas:

- Yo NO quiero poner dinero para eso...

- Lo que ocurre es que tienes miedo.

- Puede ser, pero NO quiero poner dinero.

- Todos vamos a ponerlo.

- Quizá, pero NO quiero poner dinero.

- Si NO pones dinero no vamos a poder comprarlo.

- Bueno, pero NO quiero poner dinero.

Los demás tienen sólo unas pocas razones. Si son tres, a nosotros nos bastarán cuatro NOES; si tienen seis, a nosotros siete.




El mantener una postura coherente, además, elevará la imagen que nuestros amigos tienen de nosotros. Además, con esta técnica ayudamos a centrar la cuestión en sus términos y no nos dejamos vencer por sentimientos de culpabilidad, por apelaciones a nuestra fortaleza, etc. Seguir el juego de los argumentos personales lleva, casi indefectiblemente, a la discusión.

Compromisos viables


Siempre que no estén en juego convicciones fundamentales, da excelentes resultados ofrecer a nuestro interlocutor un compromiso viable. Siempre cabe llegar a un acuerdo con los demás.

Hemos de decir lo que queremos hasta que la otra persona acceda a nuestra petición.., o acepte un compromiso. Hay que ser persistente y obtener fruto de esta persistencia. En el ejemplo anterior, un buen compromiso sería:

- Yo NO quiero poner dinero.

- Pues entonces nos vas a amargar la fiesta.

- Podemos poner un fondo entre todos para comer en una cafetería; y que cada uno pida lo que quiera.

- Vale.

Banco de niebla

Su fin es evitar que las reacciones puramente emocionales influyan negativamente en las relaciones con los demás; es decir, evitar reaccionar impulsivamente. Es especialmente eficaz cuando somos objeto de críticas. Consiste en abstenernos de hacer resistencia, aceptando que es posible lo que nos dicen.

- El otro día nos dejaste colgados.

- Tienes razón, los dejé colgados y no sabes cuánto me dolió hacerlos esperar tanto.

Si obramos así, nos obligamos a escuchar exactamente lo que nos dice el crítico, aprendiendo a responder únicamente a lo que dice realmente, y no a lo que sus críticas llevan implícito o creemos que llevan implícito, pues se crearía una espiral interminable.

También nos enseña a ser buenos oyentes, a escuchar, sin lanzarnos a interpretaciones. Como nadie es perfecto, cada una de las críticas tiene cierta parte de verdad.

Técnicas en caso de conflicto

Estas técnicas anteriores buscan ayudar a los adolescentes a actuar con seguridad en sus relaciones sociales, especialmente en situaciones algo conflictivas.

Lo fácil sería dejar de tratar con esos amigos, o reaccionar violentamente. Lo difícil, y más adecuado, consiste en mantener una coherencia que, a veces, chocará con los demás pero que no significa una negación de los amigos. Al contrario, podemos aprender mucho de ellos... pero no podemos permitir que nos obliguen a hacer algo que no queremos.

Estas técnicas (disco rayado, compromiso viable, banco de niebla...) necesitan de un entrenamiento, lo mismo que aprender a manejar una raqueta. La misma vida diaria nos ofrece la posibilidad de practicarlas.

En resumen...


-Cuando tengas que decir NO a una propuesta, acostúmbrate a no dar explicaciones, ni justificar tu postura. Así evitas alargar la conversación, creando la falsa expectativa de que si te desmontan la excusa cederás.

-Si quieres mantenerte firme en una postura, evita a toda costa hacer del tema un enfrentamiento personal. No reacciones impulsivamente, ni con malas palabras. Tampoco personalices ni te compares. Puedes ser agradable y moderado en la forma, y firme en el fondo.

-Muéstrate condescendiente en los temas que no son fundamentales. Si eres abierto y te amoldas fácilmente a los planes que organizan habitualmente tus amigos, no te van a dejar de lado porque un día digas NO a probar un pito en una discoteca, por ejemplo.

-Si continuamente te encuentras en la necesidad de decir NO a todo lo que proponen tus amigos, porque no piensan como tú, quizá sea ahora el momento de cambiar de pandilla. Hasta el metal más fuerte se funde a altas temperaturas.

-Para poner en práctica estas habilidades sociales "fuérzate" y haz valer algún derecho como por ejemplo, devolver (en el plazo previsto) algún producto que no te interese, reclamar algo injusto, etc.

-Nunca caerás bien a nadie si no estás dispuesto a ganarte la antipatía de otros. Si sabes que ese comportamiento tuyo va a molestar y enemistarte contra alguien... no te angusties por ello.

-Podemos realizar un entrenamiento de estas técnicas en casa. Mediante la simulación, y representando diversos papeles, podemos practicar ciertas situaciones entre los hermanos, los padres, o con amigos: conseguir enfadar al otro, intentar convencerle para una mala acción, realizar una reclamación, etc.


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