lunes, 29 de agosto de 2011

CUANDO LA MUJER NO QUIERE ORGASMO



A veces, al iniciar el acto sexual, ella no sabe si su cuerpo quiere o no el orgasmo.Ignora si está en su fase de Luna llena o de cuarto menguante. Quizá se sienta románticamente cortejada por su compañero y quiera hacer el amor, pero al avanzar en el acto sexual puede descubrir que su cuerpo no tiene ganas de orgasmo.

Puede ser muy frustrante para ambos que él dedique mucho tiempo a llevarla hasta la culminación y ella lo intente sin que su cuerpo responda. Él tiene la sensación de que algo falla, por culpa suya o de la mujer. Ella misma puede pensar que le ocurre algo malo, si no conoce sus fases de Luna. Entonces tratará de fingir una respuesta que no es real. Eso puede reducir en ambos la confianza sexual, dejando un recuerdo perturbador que les minimice la voluntad de copular.

Estas viejas frustraciones desaparecen en cuanto ambos comprenden el ciclo sexual femenino. Cuando los dos sienten una mayor confianza, los jugos sexuales fluyen libremente. Una y otra vez, las mujeres  dicen que, con sólo enterarse de que
son como la Luna, se sienten en libertad de llegar al orgasmo.La mujer que ha experimentado dificultades para abrirse al sexo comienza a hacerlo en cuanto deja de sentirse presionada para llegar al orgasmo. Esa liberación la lleva al punto en que
las respuestas surgen con más naturalidad. Si en determinado día no debe tratar de llegar al orgasmo, queda en libertad para lograrlo en cualquier otro momento.

Durante el acto sexual, si la mujer comienza a notar que no llegará al orgasmo, en vez de seguir intentándolo puede decir: "Hagámoslo breve". Esa pequeña frase puede cambiar muchísimo las cosas. Su compañero no tendrá problemas en abandonar inmediatamente el intento de llevarla a la culminación para buscar en cambio su propio orgasmo.

El hecho de que ella "no termine" sólo es difícil si su compañero no llega a comprender que no ha fracasado. Si ella le dice: "Hagámoslo breve", una parte de él se siente liberada. Eso le recuerda que ninguno de los dos tiene la culpa: simplemente,
para ella no es hora de orgasmos. Entonces puede contentarla satisfactoriamente con simples muestras de afecto mientras busca su propio alivio.

Así como el hombre debe emplear mucho tiempo para que la mujer quede sexualmente satisfecha, a veces necesita que ella no tarde mucho.

Fuente: Libro Martes y Venus en el dormitorio, de John Gray.-