miércoles, 23 de mayo de 2012

CUANDO EL AMOR SE VA


Por razones a veces inexplicables, cuando perdemos un amor, aunque ya haya pasado tiempo los pensamientos llegan a nuestra mente como tantas partículas de polvo tiene el viento. Los recuerdos se agolpan tanto en nuestra mente que nos hacen ver, sentir  y pensar cosas que no existen y eso aumenta nuestro dolor. Recuerdos en cada nota de una canción, en cada risa, en cada lágrima, en cada esquina, en cada sonido, en cada sabor, y aun en cada dolor están presentes todo el tiempo.
Con quien estará? que estará haciendo? Estará riendo, sufriendo? pensando en mi, me llamara? volverá conmigo? me seguirá amando?

Pensamientos de este tipo nunca nos dejaran sanar las heridas del corazón, nunca nos dejaran seguir adelante y pensar que la vida debe continuar, que los golpes fortalecen, que los obstáculos en la vida son oportunidades de mejorar y de refinar nuestra actitud ante la vida.



Desgraciadamente solo hay dos formas de ver la vida. Caerse y quedarse ahí.o levantarse a pesar del dolor del golpe y continuar, tristemente a veces no luchamos y nos quedamos en una zona de confort porque nos da miedo sufrir, esto afecta nuestro  desarrollo no solo en lo emocional sino también ante otros retos en la vida. Veamos estos dos ejemplos de la vida real que muestran que sin importar las edades todas tenemos una actitud o débil o fuerte en la vida.
  
A un niño su padre le compro una bicicleta, cuando se suponía que ya había aprendido su padre lo dejo solo, y así anduvo el niño por un buen tiempo, hasta que un buen día, ya confiado y estable en su bicicletas si darse cuenta rozo con el borde de la acera y fue a rajarse la frente con una esquina de cemento. Al niño le dolió y lloro tanto por el choque que jamás quiso saber más de la bicicleta su dolor y susto llego al grado que  ya adulto por necesidad aprendió a manejar autos pero bicicletas nunca.

Otro niño cuando se suponía que ya había aprendido la técnica para andar en bicicleta cayo por descuido a un desnivel con un metro de profundidad y se quebró un brazo, el niño lloro mucho y no había poder humano que lo consolara, y cuando el doctor que lo atendía le dijo que le daría unas pastillitas muy fuertes que le ayudarían con el dolor, el niño contesto que no era el brazo ni el dolor lo que le importaba sino su bicicleta.  Puede ver la actitud ante algo que nos causa dolor aun en pequeños?


De usted depende si perderá parte de su vida lamentándose como un niño por lo que perdió, lo que pudo haber sido, buscando alternativas a veces ridículas para que el amor de su vida regrese. O sencillamente reconoce que hay que seguir adelante, que la vida no termina solo porque alguien de pronto decide seguir por otro camino su vida y le abandona de manera cruel, que usted sigue integro, que usted es capaz de levantarse aun ante el mas rudo e inesperado dolor. No se conforme solo con ver lo que pasa a su alrededor, no se conforme con ver que los demás son felices, no diga para  si mismo que nunca será feliz. No aprenda a manejar las riendas de su mente y de su vida o cuando  el vigor de su juventud se haya desvanecido justo como desaparece la noche.


Fuente