lunes, 16 de enero de 2012

No actúes en forma violenta frente a los niños

Si tu hijo crece en un entorno en el que hay lenguaje violento, gritos o en el que abunden los pensamientos pesimistas y de culpabilidad, es muy probable que tu pequeño se convierta en una persona insegura. En este entorno, el niño intentará aislarse de su entorno cercano (que no le resulta agradable) y tendrá una disminución considerable en su autoestima.

Esto sucede porque el niño interioriza el siguiente “mensaje”: las personas no tienen valor y son simplemente un objeto para ser utilizado. En algunos casos, los padres no tienen una actitud violenta directamente con los niños, pero pueden manifestarla con el entorno. Por ejemplo, si llevas a tus hijos en el coche y quedas atrapado en un atasco, trata de serenarte y no vociferar a los cuatro vientos palabras violentas ya que en ese tipo de situaciones sus hijos percibirán que eres una persona violenta. Esto se transmitirá a tus hijos que tendrán temor hasta de conversar contigo (por miedo a que te enfades). Cuida tu lenguaje y enseña a tus hijos con el ejemplo. Esta es la mejor manera de trasmitir una actitud y además te ayudará a convertirte en una persona más serena.


Pero las personas perfectas no existen, y es muy difícil que si pasamos mucho tiempo con nuestros hijos, nunca les gritemos o a veces nos excedamos en los gritos. Somos humanos, y después de un mal día en la oficina, es normal perder la paciencia. Cuando esto ocurra, y si has gritado excesivamente a tu hijo, discúlpate por los gritos “desproporcionados” que le has dado. Y sobre todo, hazle saber cuanto le quieres (aunque te hayas enfadado o incluso estés enfadado con el niño o la niña).

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