viernes, 30 de diciembre de 2011

Mi niña ya es una mujer

Hoy en día los padres damos por sentado que nuestros hijos lo saben todo acerca del sexo, pues pareciese que sea el tema de moda, siempre en la televisión, revistas, publicidad… y en todos lados.
Por la misma, asumimos que nuestras hijas no tienen reparos en hablarnos de ello, conocemos perfectamente a nuestras hijas, y no creemos que tengan secretos que nos estén ocultando… Pero bien vendría la pena preguntarnos cuando nuestras hijas se convirtieron en mujeres…

¿Cuándo dejó mi hija de ser niña para convertirse en una mujer? Quisiéramos que el tiempo se detuviese, nos parece irreal que la niña que hasta hace poco se ruborizaba ante ciertos temas ahora sea una mujercita con sus formas definidas, cada vez más segura de si misma. Ahora ya el sexo opuesto la mira de diferente forma, y como es lógico, empiezan los sobresaltos y el temor por su futuro, pero al mismo tiempo damos por sentado que sabe distinguir entre lo correcto y lo incorrecto.

¿Hemos educado a nuestras hijas de la mejor manera? Sabemos que tanto en las escuelas, como en el grupo de amigas y hasta en la misma casa, muchos temas han dejado de ser tabú, que los tiempos de nuestras abuelas en que el tema del sexo era “sucio y pecaminoso” quedó atrás, ahora la niña ya no ignora de donde vienen los bebes y cómo entran en nuestro vientre. Se habla diariamente y por todos los medios de los mejores métodos para “protegerse”. Es más, en estos tiempos de tanta información sólo quien comete un error consciente de las consecuencias tiene un bebé indeseado, ¿pero será sólo contra enfermedades transmisibles y embarazos indeseados que debemos educarlas?

Cuando la niña se está haciendo mujer, valdría la pena también enseñarles las consecuencias psicológicas que su actos pueden traer consigo, porque como mujeres, sabemos la importancia de la “primera vez”, sabemos también que muchas han sucumbido al deseo carnal, o han sucumbido pensado que “él’ sería el primero y el único. No podemos negar que nuestros jóvenes piensan y actúan de una forma liberal acerca de muchas cosas, sabemos también que muchos de los jóvenes viven una juventud acelerada en donde tal parece que todo debe ser lo más pronto posible, y por supuesto, que nuestras hijas no se encasillan y se apartan de la diversión. Muchas hacen todo lo posible por acomodarse un lugar entre las chicas mas populares, se dejan llevar por la emoción del momento o por lo que piensan que es el amor.

Tampoco se trata de criar hijas que desconfíen de todo el que se les acerca y mantenerlas en una burbuja para que mantengan nuestros valores intocables, tal vez debiéramos poner más atención en enseñarlas a ser responsables con su cuerpo y guiarlas o tratar de guiarlas para que vivan de acuerdo a su edad, sin alterar sus principios.  La vida es un constante aprendizaje y tenemos mucho que aprender de ella, ¿Por qué no les enseñamos que la responsabilidad en el sexo va mas allá de un protegerse? ¿Por qué no enseñarles y explicarles que una chica que va en busca del amor, no necesariamente debe tener sexo? ¿Por qué no enseñarles que existen las frustraciones ante el abandono de quien se pensó era el amor verdadero?

Sabemos que existen muchas tentaciones, sabemos también que una mujer la mayoría de veces piensa con el corazón y se entrega pensando que la otra parte piensa y siente igual que nosotras, ¿pero cuántas veces se entregará una chica pensando que “este sí”? Podría entonces convertirse en una chica desconfiada y recelosa de que le pase lo mismo y hasta podría tener reacciones negativas en contra del sexo opuesto. Debiéramos explicarles las reacciones psicológicas que pueden tener si se entregan sin antes asegurarse que está segura de lo que va hacer.

Tampoco se trata de retener a la niña cuando a todas luces se ha convertido en mujer, pero sí se trata de enseñarlas a proteger no sólo su cuerpo sino también su estado emocional a consecuencia de tener sexo sólo por un deseo o lo que sería peor, por presión de las amigas o encajar en un grupo. Desafortunadamente muchas veces las posibilidades para tratar esa parte tan delicada en el crecimiento de nuestros hijos está fuera de nuestro alcance, pero existen libros que pueden ilustrar de manera sencilla algo que podría parecernos complejo, como el estado mental en que una chica puede caer al sentirse engañada o el sentir que ha entregado una parte tan importante de si misma, y luego ser dejada de lado. Creo que cualquier cosa, libro o educación que podamos adquirir para la educación de nuestros hijos, no sólo les ayuda a esperar por esa “primera vez” sino también les ayuda a sopesar si vale la pena esperar o si es mejor ponerse en riesgo su estabilidad emocional.

Como madre, ¿qué piensas?

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