jueves, 27 de octubre de 2011

Parejas que no pueden tener hijos

No poder tener hijos provoca sentimientos de tristeza, frustración y culpa, pudiendo incluso producir una crisis en la pareja. La forma de reaccionar de cada persona depende de diferentes factores.

 


1. Cuando no se consigue el embarazo
 
Decimos que una pareja tiene problemas de fertilidad cuando, pasados dos años de relaciones sexuales sin contracepción, no consiguen el embarazo. Es entonces cuando la pareja debe acudir al médico para que determine las causas por las que no se produce el embarazo. Estas causas, en ocasiones, se pueden solucionar con un tratamiento médico o con una intervención quirúrgica, pero en otros casos se debe a un problema crónico sin solución.

En el caso de que el problema pueda tener solución y se haya optado por seguir un tratamiento de fertilidad, es frecuente que desde el comienzo de éste aparezcan síntomas de ansiedad debido al temor a no lograr el embarazo y a que las parejas pierdan interés por las relaciones sexuales. Éstas quedan programadas para los días más fértiles buscando un objetivo, por lo que dejan de ser espontáneas.

También es frecuente que surja una obsesión con la menstruación como comprobante del tratamiento. Todo esto afecta a la pareja, aumentando la ansiedad y la angustia conforme avanza el tratamiento.

En otros casos, la pareja se encuentra ante la noticia de que no pueden tener hijos y, a pesar de llevar tiempo intentándolo, generalmente reaccionan con incredulidad y sorpresa. Pasan de la ansiedad por lograr el embarazo a un sentimiento de tristeza y frustración, que hace que en algunos casos las parejas entren en crisis. A partir de esta noticia tendrán que planear su futuro de manera diferente.

2. De qué manera afecta a la pareja
 
Casi todas las parejas estables, tarde o temprano, organizan su vida con la idea de tener hijos y dan por supuesto que así será. Cuando llevan tiempo intentándolo y no lo consiguen crece la ansiedad, pero el desconcierto y el dolor llega cuando las pruebas médicas confirman las sospechas.

A partir de ese momento el sufrimiento, la frustración, la culpa y el fracaso es común en todas las parejas. El impacto emocional que esto causa afecta tanto a la persona como a la pareja y, aunque lo deseable es que se mantengan unidos ante esta noticia, con frecuencia lo que ocurre es que pierden el equilibrio como pareja.

Ahora su proyecto de familia y sus planes futuros no van a ser como esperaban y tendrán que reorganizar su futuro adaptándose a la nueva situación. Aceptarlo y asumirlo cuanto antes es la mejor solución para evitar más sufrimiento.

La relación con las demás parejas también se ve afectada, el hecho de no poder tener hijos les hace sentirse diferentes a los demás y para ellos todo lo que esté relacionado con niños, como son los bautizos, cumpleaños o comuniones son situaciones que prefieren evitar. Sus circunstancias son diferentes y no se comparten las mismas experiencias, tener que adaptarse y relacionarse con parejas que tienen hijos no es fácil para ellos.

3. Formas diferentes de reaccionar
 
La forma de reaccionar de cada persona ante la imposibilidad de tener hijos suele variar según la personalidad de cada uno, el ambiente social, familiar y cultural, la edad, el sexo etc. Sin embargo, hay una serie de características comunes que diferencian la forma de reaccionar de los hombres y las mujeres.

Por lo general, los hombres tienden a no hablar sobre el tema, prefieren evitar las conversaciones acerca de su esterilidad, incluso tratan de evitarlas con su propia pareja, produciéndose de esta forma un distanciamiento y una falta de comunicación entre ellos. Para algunos hombres es muy complicado aceptar su esterilidad ante familiares y amigos, ya que estos siguen pensando que su virilidad puede ser cuestionada.

Sin embargo, en las mujeres no existe este sentimiento de vergüenza, pero generalmente en ellas el sufrimiento es mayor, ya que el concepto de mujer y maternidad han estado tradicionalmente unidos y, aunque esto empieza a cambiar, la maternidad siempre ha sido un objetivo de la mujer y, en cierto modo, puede considerar que su vida está incompleta sin hijos.

4. Estrés y retraso de la maternidad
 
El estrés en sí mismo no es una causa de infertilidad pero sí es un factor psicológico muy importante a tener en cuenta. Aunque no está demostrado que influya en la posibilidad de que se produzca o no el embarazo, se sabe que muchas mujeres que no consiguen quedar embarazadas, cuando se olvidan durante un tiempo de esta obsesión o cuando sus circunstancias laborales o familiares cambian y son menos estresantes, logran el embarazo.

La edad de la mujer es el principal factor de infertilidad en la pareja, conforme pasan los años las mujeres van siendo menos fértiles. En la actualidad es frecuente que las mujeres se planteen la maternidad a una edad avanzada como consecuencia de la incorporación al mundo laboral. La retrasan hasta alcanzar una estabilidad o unos objetivos profesionales, razón por la que muchas de ellas cuando deciden buscar el embarazo, tienen dificultades para lograrlo.